Revista Infancia

¡Castigado sin patio! Castigar sin recreo ¿Es la solución?

Por Mamapsicologain @mamapsicologain
¡Sin patio,castigado! Creo que a ninguno de nosotros nos resulta nada raro escuchar que el maestro  o la maestra de nuestro hijo ha castigado a algún alumno sin patio por no haber obedecido, molestar, pegar, empujar, insultar o por algún otro motivo. Quizás nosotros mismos fuimos uno de ellos en nuestra infancia, probablemente lo vivimos en primera persona y seguro que no nos gustó nada. niños en el cole
Hoy en día se sigue castigando a los niños privándoles del recreo, privándoles del único momento de la jornada escolar que tienen para desahogarse y liberar tensiones. Dejar a un niño de 4, 10 o 12 años sin permitirle que salga al patio, que corra, brinque, grite y juegue es una medida disciplinaria que, como muchos otros tipos de castigo, puede tener un efecto inmediato pero muy poco a largo plazo. No digo que no se deban poner límites y aplicar consecuencias, solo me planteo la eficacia del castigo sin patio como medida correctora y eficaz.
El rendimiento escolar de los niños que son castigados sin patio decae, por no poder liberar de modo natural el estrés, la ansiedad y el cansancio que acumulan a lo largo de las muchas horas que pasan dentro del aula. Cierto que los maestros argumentan que dejan sin patio a algunos niños porqué el recreo les gusta mucho, obvio, y aplicar este castigo tiene efecto, sí, inmediato pero nada más. No digo que no se deban corregir las conductas disruptivas que algunos niños tienen en clase. Lo que digo es que se deben aplicar otro tipo de medidas que ayuden a nuestros hijos, los alumnos, a entender qué es lo que pueden y lo que no hacer en el aula y, en definitiva, en la vida. Evidentemente que educar a los niños es obligación de los padres y por tanto somos nosotros los primeros que debemos inculcarles la importancia de portarse bien, obedecer, seguir las normas, no molestar, respetar a los demás, ...  Castigar sin patio, castigo por excelencia en muchas escuelas todavía hoy en día, es señal de que algo no acabamos de hacer bien, ni unos ni otros. Ni padres ni maestros. Privar o quitar algo que gusta como castigo es la solución más fácil y la que sale sin pensar, pero no enseña la conducta alternativa ni el porqué lo que han hecho es incorrecto. Sencillamente genera más malestar y frustración, por tanto una medida contraproducente, ya que impide a los niños moverse y desfogarse, algo que necesitan y mucho a estas edades y más aún tras la inmovilidad obligada de las clases. Inmovilidad que en gran parte de los casos es la causa del mal comportamiento. ¿Cuál es la opción? Pensar en estrategias a más largo plazo. Si nos tomáramos más tiempo en pensar qué es lo que produce el mal comportamiento del alumno en concreto que tiene conductas disruptivas en el aula y que impiden el normal funcionamiento de la clase quizás y probablemente podríamos obtener mejores resultados a largo plazo.  Me refiero a que ya desde el primer día en el que un niño y su familia entran en el circuito escolar se tome realmente en serio desde la escuela el hecho de :
  • educar en valores positivos, 
  • en tener más en cuenta la educación emocional, 
  • fomentar más la buena convivencia dentro del aula,
  • la importancia de respetar las diferencias, 
  • promover e impulsar la empatía, el ponerse en el lugar del otro,
  • motivar más las conductas positivas,
  • mantener más diálogo con los alumnos y las familias,
  • aplicar consecuencias naturales a las conductas negativas,
  • ...
Todo cuanto haga falta antes de dejar a ningún niño sin patio y sin la posibilidad de exteriorizar sus impulsos naturales de movimiento, recordemos que son niños y que lo que necesitan es moverse para desahogarse.

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