Revista Viajes

Castillo de drácula en bran. viaje a rumanía, día 3

Por Trotaburgos @trotaburgos

Nos levantamos a las 8. Duchas, desayuno y salimos hacia Bran, a 35 km de Brasov para ver el Castillo de Drácula.

Al salir buscamos un taller o gasolinera, hay una rueda un poco baja y estamos preocupados por si está pinchada. Paramos en una gasolinera. La miran, meten aire y parece que todo ok.

La carretera llena de baches y parches. Llegamos a Bran a las 10:30. Hay que tener en cuenta que las distancias kilométricas se tarda más tiempo en hacer, debido al estado de las carreteras y que se atraviesa pueblo tras pueblo y la velocidad es lenta.

Buscamos aparcamiento, lo hacemos muy cerquita del mercadillo que da acceso al castillo. Nos viene un aparca coches a cobrar, son 4 RON la hora, pagamos la primera hora y nos dice que cuando volvamos le paguemos el resto, si estamos más horas. Nos da un recibo donde pone la hora que es. Aparcar gratis se puede por la parte trasera del castillo o alejados de él.

CASTILLO DE DRÁCULA

Vamos al Castillo de Bran, popularmente se le conoce como el Castillo de Drácula. Aunque la verdad hay que decir que Vlad Tepes el empalador nunca estuvo aquí. El personaje histórico en el que se inspiró Bram Stoker para su libro, Vlad Țepeș (Vlad III Drăculea), jamás vivió en este castillo y su verdadera fortaleza fue el castillo de Poenari, hoy parcialmente en ruinas. El verdadero Vlad Tepes (Vlad el Empalador) fue un príncipe rumano y líder militar que luchó valientemente contra el ejército turco invasor sobre el año 1.450. Pero la leyenda vampírica ha hecho que el turismo en masa llegue hasta aquí. Probablemente sea el punto más turístico de Rumanía.

A pesar de su aspecto macizo y fortificado, el Castillo de Bran recibió pocos asedios y su importancia militar fue escasa. Sólo fue habitado permanentemente durante las décadas de 1920 y 1930, cuando sirvió de residencia veraniega a la reina María de Rumanía.

La entrada cuesta 40 RON y no vale el carnet de prensa. No se paga por hacer fotos.

Hay una barbaridad de gente. Casi no se puede ni andar, vamos todos como borregos, paramos, avanza, espera que hago una foto, no me empujes.... Es un coñazo visitar los lugares así, pero es lo que hay.

En las faldas del Castillo hay restaurantes, tiendas, un estanque, ... Todo super cuidado, da gusto.

Subimos y antes de entrar vemos una gran cruz de piedra. Leemos que la cruz originaria la puso en este lugar la reina María. Después de morir la guardaron en unas casas verdes y en el 2006 la volvieron a ubicar donde la reina eligió en su día, devolviéndola a su lugar de origen.

Encontraremos a Drácula?

Es difícil moverse, vamos a paso muy lento. Parecemos hormigas descubriendo un laberinto. Nos vamos moviendo por estancias de crujiente suelo y muebles profusamente labrados. Aunque nada que ver con el de Castillo de Peles que vimos ayer, aquí no vemos grandes lujos.

El Castillo ha sufrido varios percances, reformas e incluso abandono. Hasta que en 1920 fue cedido a la Reina consorte María de Rumanía por su esfuerzo por mantener el país unido.

En él se cuenta más la historia de María y su forma de vida que la de Drácula. Hay una sala dedicada a ello. En otra hay ropajes de la época y uno de ellos es similar al que lleva El Empalador en los grabados.

El patio con corredores de madera, te evocan a otra época. Terrazas, pasadizos secretos...

En la última sala que visitamos vemos varios aparatos de tortura, un ataúd con pinchos, una silla con pinchos, etc.

Una vez visto todo bajamos y miramos algunos puestos de artesanía, algunos con productos draculianos y otros con comida.

Vamos al coche y no vemos ni rastro del aparcacoches así que nos vamos. Ahora toca Prejmer, que está muy cerquita de Brasov, a unos 15 km. Pero hacia el noreste y Bran está al sur. Llueve durante el camino algún chaparrón. Vamos lentos y tranquilos, la rueda parece que no ha vuelto a perder aire.

Llegamos a Prejmer sobre las 13:45 horas. Este pueblo es interesante por su iglesia fortificada del siglo XIII, que es Patrimonio de la Humanidad. Al bajar del coche, lo primero que hacemos es comer unos mini bocatas que hemos preparado esta mañana con el pan que cogimos ayer donde cenamos. Que ricos nos saben. Hay que pagar 10 RON por persona, no nos hacen descuento por prensa y no se paga nada por hacer fotos.

Este conjunto muy bien conservado tiene las murallas fortificadas mas infranqueables con 4,5 metros de grosor. Los caballeros teutónicos, (Orden medieval de carácter religioso-militar fundada en Palestina en 1190 durante la Tercera Cruzada) hicieron la primera fortaleza a principios del siglo XIII. En el siglo XV se reconstruyó y se la hizo a prueba de arietes, que es lo que vemos hoy. Rodea a la iglesia gótica.

Rodeando toda la muralla por dentro hay un corredor de habitaciones. En su día las 270 habitaciones servían para almacenar provisiones ante un posible asedio.

Hay puntos rojos con un número que en teoría indican algo, pero como no te dan nada pues... algunos sabes lo que es o hay algún cartel con una breve reseña.

Nos metemos por todas las partes que se puede. Hemos subido a la parte de arriba y hemos recorrido todo el perímetro de la muralla mirando a través de las saeteras.

También veíamos alguna habitación desde arriba.

Alguna habitación la han utilizado para montar un lagar, una escuela, un zapatero, una fragua, etc.

Un lugar que nos ha maravillado y en el que estábamos casi solos. En la entrada hay un cartel con las Iglesias fortificadas que son Patrimonio de la Humanidad por toda esta zona de Rumanía. Al salir hemos rodeado por fuera toda la fortaleza.

Antes de marchar de Prejmer hemos entrado a un bar para tomar un café (4 RON cada uno). De aquí vamos a Hārman, a ver otra iglesia fortificada. Vuelve a llover.

Llegamos enseguida. Aunque por el camino hemos pensado que si vemos esta y nos entretenemos mucho, no nos va a dar tiempo a ver Brasov y mañana nos vamos. Bajamos, foto y nos vamos. La entrada cuesta 10 RON por persona y se puede hacer fotos sin pagar por ello.

Llegamos a Brasov a las 4. Dejamos el coche aparcado en la casa y nos vamos. La primera parada, la Iglesia Negra.

IGLESIA NEGRA

Debe su nombre al incendio que la asoló la ciudad en 1689. Es de estilo gótico y es una iglesia luterana. La entrada cuesta 10 RON y no se pueden hacer fotos, ni siquiera con el móvil.

La verdad es que por dentro nos ha decepcionado un poco. Destacan los 5 órganos. Uno de los cuales consta de 4000 tubos (1839). También destacan unas grandes bancadas en los laterales del templo.

Salimos y damos una vuelta a todo el exterior.

STRADA SFORII

Ahora vamos en busca de la " Strada Sforii". Es una de las calles más estrechas de Europa con 1'2 metros de ancho. Está muy cerca de la Iglesia Negra.

Encontramos bastante gente visitándola. Da gusto ver cómo han sabido darle más vida decorándola y de esa forma además evitar que la gente deje su típico "yo estuve aquí", que todavía se ven en parte del muro.

La cruzamos hasta el otro lado y después de callejear un poco, decidimos subir al funicular y ver la ciudad desde las alturas. Después de llegar y subir una importante cuestecita, está cerrado. Es hasta las 17 h. Y son y cuarto. El último de subida es a las 16:30 horas y el de bajada a las 17:00 horas.

OJO: Es importante saber esto porque no aconsejan subir ni bajar de noche debido a los osos. Se han dado algún caso de ataque a turistas. A veces llegan a rondar por alguna calle de Brasov, buscando comida en los contenedores. Hay muchos plantígrados por toda esta zona.

Con las mismas nos volvemos y callejeamos por el centro. La calle principal del centro se llama Republicii, es peatonal y es donde más vida hay de la ciudad.

Tenemos algo de hambre y encontramos una tienda donde a parte de dulces, venden porciones de pizzas. Cogemos dos buenos trozos por 9 RON y nos los zampamos en un santiamen.

Seguimos paseo. Vemos una iglesia que nos parece chula y decidimos acercarnos. Se llega atravesando un parque realmente agradable. Lleno de tulipanes y abuelos jugando al rummy, como que nos sorprende, gratamente. Nos sentamos a observar y vuelta al centro.

Seguimos paseando y disfrutando. Llegamos a la Plaza Piața Sfatului, junto al ayuntamiento y entramos en una iglesia ortodoxa. Es bonita.

Buscamos un sitio donde tomar un café y después de descartar varios sitios, entramos en uno que se llama Biblioteca.

Las mesas y estanterías llenas de libros, comienzan en el zaguán de un portal y el bar está al fondo. Nosotros nos sentamos en las mesas del principio. Pedimos dos expresos macciatto (16 RON). Se levanta tormenta otra vez, nosotros estamos a resguardo.

A las 8, como no nos apetece comer y estamos cansados, nos volvemos a la casa. De camino paramos en un mini market y compramos leche, agua y coca cola (15 RON).

Saludos viajeros.

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