Revista Viajes

Castillos Templarios de los Montes de Toledo

Por Inshalatravel @inshalablog

Muy cerca de Madrid, a menos de dos horas en coche de la capital, existe una singular y agreste comarca, poco conocida y poco frecuentada por viajeros, transeúntes y gentes de los caminos en general.

"Por los valles, rañas, laderas y frondosidades, berrea el venao en las noches de celo, se esconde el jabalí entre las carrascas y no faltan linces y garduñas, turones, zorros, comadrejas, etc., sobre un paisaje de encinas, quejigos, alcornoques, rebollos, jaras y brezos"

Los Montes de Toledo, una de las pocas regiones verdes del sur de Castilla y una de las zonas naturales mejor conservadas de la Península Ibérica, nos sugieren imágenes muy fieles de cómo era el paisaje de la meseta en la España medieval, cuando todavía una ardilla podía ir desde Gibraltar hasta los Pirineos, sin tocar el suelo.

Recientemente hemos descubierto un motivo más para visitar esta comarca, ya de por sí extraordinariamente atractiva; la Ruta de los Castillos Templarios Toledanos, en la que se incluyen tres fortalezas situadas en esta, antaño, región fronteriza entre cristianos y musulmanes.

La orden del Temple o de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, fue fundada en Tierra Santa por nueve caballeros franceses tras la primera cruzada, y fue una de las órdenes más poderosas de toda la cristiandad, hasta su caída en desgracia y posterior disolución por el Papa Clemente V. También lo fueron en España, a pesar de la existencia de otras ordenes militares autóctonas, como la Orden de Santiago y la de Calatrava.

A partir de su abrupta disolución y persecución, comienza la leyenda. Acusados de idolatría, oscurantismo y otras prácticas heréticas, la mitología los convierte en guardianes de profundos secretos y de las más sagradas reliquias de la fe cristiana. Lo que si se sabe a ciencia cierta es su labor como guardianes de las rutas de peregrinaje y de las fronteras con el Islam, al menos en estas tierras de las que hoy nos ocupamos. Es cierto que utilizaban una simbología muy peculiar y tenían sus propios rituales, lo que contribuyó a aumentar el misterio que siempre les ha rodeado y que hoy día continúa fascinando a tanta gente.

Además de los tres castillos, ubicados en la comarca, existen en la provincia otras fortalezas templarias, estas son: el Castillo de Consuegra en la villa manchega homónima; el de San Servando en la ciudad de Toledo, a orillas del Tajo; el Castillo de Santisteban en San Martín de Pusa; y el de Villalba en el municipio de Cebolla, todos ellos lugares de interés y fáciles de visitar.

La ruta que os proponemos, va de norte a sur y empieza en el pueblo toledano de San Martín de Montalbán.

El Castillo de Montalbán

Cerca de la carretera que une San Martín con la Puebla de Montalbán, se halla este impresionante recinto amurallado, uno de los más grandes de España, ubicado al pie del profundo cañón del río Torcón, en medio de la nada, no parece un lugar real. Su estado de conservación es bastante bueno. Fue cabecera de una extensa encomienda templaria que llegaba hasta el valle del Tajo.

Todos estos ingredientes, hacen que el paraje haya suscitado gran cantidad de leyendas, además se encuentra muy cerca de la iglesia visigoda de Santa María de Melque, uno de los monumentos religiosos mas destacados de la Alta Edad Media, donde también instaló un convento la Orden del Temple. No dejéis de visitarla.

Algunos puentes romanos y medievales, enterramientos visigodos y otros restos arqueológicos cercanos, acabaran definitivamente por trasladaros varios siglos atrás en el tiempo. Al tratarse de una propiedad privada, las visitas normalmente solo pueden realizarse en fin de semana.

El Castillo de Dos Hermanas

A tres kilómetros de Navahermosa, se encuentra este castillo en ruinas, alzándose en un risco desde donde defendía una aldea de fundación templaria, abandonada poco después de la reconquista.

Se considera que fue un lugar iniciático para la orden, debido a la existencia de una gruta que traspasa el cerro de lado a lado y donde se han encontrado algunos objetos relacionados con ritos esotéricos. Para más inri, hay un regato que viene de la sierra llamado "Arroyo Merlín".

Es otro paraje donde se sitúan gran cantidad de leyendas e historias fantásticas, muchas de ellas relacionadas con la brujería. Los habitantes de la antigua aldea de Dos Hermanas, se establecieron definitivamente después de abandonarla en Navahermosa, y desde entonces tiene fama de ser un pueblo de brujas y otros personajes relacionados con la magia y las prácticas ocultas.

El Castillo de Malamoneda

Ahora nos dirigiremos a Hontanar, pueblecito rodeado de montañas y desde allí a unos siete kilómetros, tres de ellos caminando, al lugar conocido como despoblado de Malamoneda, mejor preguntar en el pueblo cómo llegar. Hay dos recintos, "La Torre" y "El Castillo" propiamente dicho, distantes entre sí unos cien metros, entre ambos los restos de la antigua población. Hay en los alrededores una necrópolis romana.

El nombre de esta área fortificada tiene que ver con una leyenda donde se narra cómo un templario se vendió a los moros y recibió una moneda de oro en prenda. Tras consumar su traición y reclamar el resto de la recompensa pactada, fue decapitado por los sarracenos que, como Roma, parece ser que tampoco pagaban traidores.

Había al otro lado de un arroyuelo de nombre Pasadero, un barrio llamado de Buenamoneda, donde estaba la iglesia y un pequeño cenobio templario.

...Y fin de la ruta.

Se puede hacer perfectamente en un día, pero si podéis pernoctar por la zona y dedicar algún día más, tanto mejor. Además hay otros muchos atractivos por estas tierras, que sin duda os sorprenderán gratamente y que os contaremos en Inshala, pero eso será en otra ocasión.

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