Castrar animales ¿Tenemos derecho?

Como seres humanos que vivimos en una sociedad no adaptada ni capaz de facilitar la vida de los animales en libertad, no es que tengamos derecho a esterilizar a los animales, es que esa es nuestra obligación.

¡Qué fuerte empezamos! Sí, y ahora explico el porqué.
No d

ejo de toparme cada tantos meses con artículos de filósofos, intento de filósofos o “pensadores” varios (me parece bien que se escriban todos los puntos de vista, pero no nos colguemos títulos que no tenemos) en contra de la castración de los mal llamados “animales domésticos”, léase perros y gatos. Los textos son sesudos ejercicios de argumentación sobre el abuso del ser humano hacia los demás seres sintientes que derraman letras y pecan de sentido en la gran mayoría de los casos. Yo no voy a hacer lo mismo porque me da pereza ponerme culta y porque prefiero que las personas me entiendan antes de que tengan que ir a buscar un diccionario para terminar de leer la frase. La “monstruosidad” de esterilizar animales parte de discursos con premisas tales como:

• Hay que dejar que la naturaleza siga su curso sin intervenir.

Qué bonito queda cuando lo lees, ¿verdad? Pues no lo es. Es el mismo discurso que tenía un grupo de naturistas con dos caballos enfermos y famélicos para justificar no haberles

llevado al veterinario. No, no me lo invento. Tampoco digo que todas las personas naturistas piensen así, no vayamos a empezar un escándalo. A lo que me refiero es que cualquier idea es peligrosa si decidimos aceptarla sin matices ni crítica. Siguiendo esta regla, que las personas vayamos al médico es antinatural. Deberíamos ignorar a los enfermos y dejar que el más apto sobreviva. Por supuesto, nada de hacernos pruebas para detectar tumores. ¡Eso no tiene nada de natural!

• Las campañas para la castración son ineficientes.

¿Siguen habiendo embarazos y abandonos? Sí. Pero eso no significa que tengamos que tirar la toalla. Significa que no podemos quedarnos sólo en eso, tenemos que promover más campañas de educación para las personas. Hacer llegar el mensaje correctamente y a toda la sociedad, empezando por los más pequeños. Si fuera por mí, cualquier persona que quisiera adoptar (comprar estaría prohibido) a un peludo, tendría que superar un curso de educación para entender cómo son perros o gatos, qué necesitan y cómo darles una vida feliz y plena.

• Los humanos tenemos la culpa de la situación y les castigamos a ellos.

Tal vez lo ideal sería dejarles a su aire pero tenemos que recordar que los humanos también hemos acabado con cualquier posible hábitat natural para ellos. Así que… ¿Les dejamos en las ciudades y que se busquen la vida? Que yo sepa, no han tenido tanto tiempo de evolución como para adaptarse a nuestras ciudades, parar en los pasos de

cebra, saber que no se puede cruzar a lo loco por la carretera, entender que la basura puede ser tóxica… Y, si nos vamos al opuesto, los humanos deberíamos crear las zonas que tenían antes. Me pregunto a qué época deberíamos retroceder para que tuvieran un espacio y una vida salvaje y sin necesidad de depender de nosotros. Para los gatos como mínimos tendríamos que retroceder a antes del imperio egipcio. Queridos filósofos: ¿Están ustedes dispuestos a llevar la vida de entonces para que los animales ya no sean “domésticos” y disfruten de su libertad?

• Mutilar el cuerpo de alguien sin su permiso es corromper su integridad física.

Bien. Yo a mi gato tengo que darle unas pastillas para que no le duela la boca. ¿Le pido permiso? Sin su permiso ni consentimiento le hago tragarse la maldita pastillita (quien viva con gatos sabrá de lo que hablo), pero es que si no lo hago es como dejarle morir de

hambre. ¿O no se la doy? ¿Volvemos a lo de dejar que la naturaleza siga su curso? En ese caso, de nuevo, si un coche atropella a un perro deberíamos dejarnos de historias y que sobreviva si puede, como dicta la naturaleza. Y cómo no queremos ser especistas y poner diferencias entre animales y humanos, hagamos lo mismo si el coche atropella a una criatura, una persona mayor, nuestra madre… Si pueden sobrevivir que lo hagan. Sino, es el precio de ser libres.

• Han esterilizado a las mujeres en X país y eso está muy mal.

Sí, esterilizar a una persona sin su permiso ni conocimiento es una locura. Esa persona sabrá qué ha pasado, sufrirá, tendrá dudas, casi siempre con secuelas psicológicas de por vida. Ahora hablemos de los perros, por poner un ejemplo. Ellos no se preocupan por ser capaces de reproducirse o no (se preocupan pero les da igual el éxito o fracaso del acto), no

tienen secuelas psicológicas ni físicas (a no ser que se haga MUY mal) porque les es indiferente. Como se dice: No se preocupan por si están en extinción, les importa si les duele algo. Comparar humanos con animales en este tema significa no tener mucha idea de etología ni de los procesos mentales de los animales. Me pueden acusar de especista por estar a favor de la esterilización, pero lean un poco porque están “humanizando” a los animales en el mismo sentido que quién decide llevar a su perro todo el día en brazos y no dejarle socializar, oler, jugar, aprender…

Con toda la amabilidad posible, quisiera que quienes escriben en contra de la esterilización, poniendo énfasis en “perro-gatos”, saliera del ordenador y pasara un mes, mínimo, de voluntario en un refugio de animales. No a pasear a los perros el fin de semana, no, a aparecer a primera hora cada día y ayudar en todo: Limpiar,

socializar a los que lo necesitan, vaciar la arena de los gatos, ver qué sorpresa te encuentras ese día (armario con cajón delante de la puerta y dentro ¡cachorros!, un gato que alguien ha lanzado a la zona de los perros, un perro que ha aparecido en uno de los patios “de forma misteriosa” y los demás se han estresado tanto que lo han pisoteado y hay que correr a operar…). Háganme un favor, vean, sientan, huelan la desesperación diaria, el sentimiento de estar desbordado que se repite y no cesa nunca. Y entonces, díganme que no debo castrar al gato o perro, porque no tengo derecho. Que es preferible seguir intentando que la mina salga de golpe algún día, en lugar de ir desactivándola poco a poco. Claro que son necesarias más campañas, más medidas, más educación. Soy la primera en admitir que no sabemos nada de los animales con los que compartimos nuestra vida hasta que realmente estudiamos sobre el tema. Pero eso no quita que sea necesario pisar el freno para tener tiempo a educar y cambiar las cosas. ¿Algún día no hará falta esterilizar? Maravilloso. Pero primero hay que educar, concienciar y trabajar muy duro, y no se hace de un día para otro.

Aclaración: He escrito animales, perros y gatos en masculino. Cierto. La verdad es que no he encontrado fórmulas neutras y he pensado en las personas que todavía no entenderán que significa “seres sintientes” (les animo a descubrirlo). Por otro lado, el subconsciente juega malas pasadas y he conocido a cientos de perros y gatos machos y a muy pocas hembras. Casualidades, pero es así, y pienso en masculino cuando hablo de “esos peludos guapos”.

Aurora Carrasco