Mediante el Principio de Sincronicidad, Carl Gustav Jung intenta dar cuenta de una forma de conexión entre fenómenos o situaciones de la realidad que se enlazan de manera a-causal; o sea, que no presentan una ligazón causal, lineal, que responda a la tradicional lógica de la causa-efecto.
La manera en que los fenómenos se vincularían sería a través de su significado. Un típico ejemplo de sincronicidad se da cuando una persona constata que una imagen mental suya, netamente subjetiva, es reflejada, sin explicación causal, por un evento material exterior a él. En términos de Jung, sería la concordancia en el nivel del significado de una imagen mental con un fenómeno material que se dan simultáneamente. Por lo tanto, él denomina a las Sincronicidades como 'concordancias significativas a-causales'. Para C. Jung la Sincronicidad es 'la coincidencia de 2 ó más acontecimientos, no relacionados entre sí causalmente, cuyo contenido significativo es idéntico o semejante...'
El psicólogo profundo C. G. Jung y el físico cuántico W. Pauli coinciden en que 'existe en la naturaleza un principio de vinculación no causal que se manifiesta a través de las coincidencias significativas'. Continúan los científicos: 'Existe una estrecha relación entre acontecimientos interiores y exteriores que vivimos. Relación ésta que no puede ser explicada por principio de causa y efecto, pero sin embargo, tiene sentido para el observador'. Hago notar que no está jugando para nada el azar ni la casualidad: tiene una génesis simultánea entre estados psíquicos relacionados con manifestaciones de la vida real, son espontáneos, sincrónicos, reiterativos... Los fenómenos de coincidencias significativas ocurren generalmente en personas con elevado grado de espiritualidad, las que pueden percibir su oculto interior o aflorar de su inconsciente profundo conocimientos o sentimientos muy reservados. Los arquetipos o normas de conducta de la mente humana y los psiconeumones son los que unen a través del espíritu y también de las micropartículas energéticas y sustanciales mediante el inconsciente colectivo universal y ecos concordantes la esencia primigenia de toda la humanidad. La universalidad está coordinada en el ámbito psicológico interno con el externo mundo de los fenómenos tangibles, es decir: existe una estrecha relación entre acontecimientos interiores del espíritu con fenómenos de la vida exterior que se manifiesta de manera de ecos concordantes; manteniendo una unidad que se expresa en los fenómenos de sincronicidad y de coincidencia significativa, no buscados por la deliberada voluntad. Sincronicidad y Leonardo Da Vinci: Existe una anécdota del gran pintor, escultor e inventor Leonardo Da Vinci, acerca de su pintura 'La ultima Cena', una de sus obras más copiadas y vendidas en la actualidad. Tardó 20 años en hacerla debido a que era muy exigente al buscar a las personas que servirían de modelos. Tuvo problemas en iniciar la pintura porque no encontraba al modelo para representar a Jesús, quien tenía que reflejar en su rostro pureza, nobleza y los más bellos sentimientos. Así mismo debía poseer una extraordinaria belleza varonil. Por fin, encontró a un joven con esas características, fue el primero que pintó. Después fue localizando a los 11 apóstoles, a quienes pintó juntos, dejando pendiente a Judas Iscariote, pues no daba con el modelo adecuado. Este debía ser una persona de edad madura y mostrar en el rostro las huellas de la traición y la avaricia. Por lo que el cuadro quedó inconcluso por largo tiempo, hasta que le hablaron de un terrible criminal que habían apresado. Fue a verlo y era exactamente el Judas que el quería para terminar su obra, por lo que solicitó al alcalde le permitiera al reo que posara para él. El alcalde conociendo la fama del maestro Da Vinci, aceptó gustoso y llevaron al reo custodiado por 2 guardias y encadenado al estudio del pintor. Durante todo el tiempo el reo no dio muestra de emoción alguna de que había sido elegido para modelo, mostrándose demasiado callado y distante. Al final, Da Vinci, satisfecho del resultado, llamó al reo y le mostró la obra, cuando el reo la vio, sumamente impresionado, cayó de rodillas llorando. Da Vinci, extrañado, le preguntó el por que de su actitud, a lo que el preso respondió: '¿Maestro Da Vinci, es que acaso no me recuerda?' Da Vinci observándolo le contesta: 'No, nunca antes lo había visto'. Llorando y pidiendo perdón a Dios el reo le dijo: 'Maestro, yo soy aquel joven que hace 19 años usted escogió para representar a Jesús en este mismo cuadro'…
Un ejemplo más:
Hace años se le propuso, a Anthony Hopkins, un papel en una película que estaba basada en el libro de George Feifer, 'The Girl from Petrovka'.Como buen profesional se empeñó en leer el libro, pero en todas las librerías de Londres lo tenían agotado. Un buen día se sentó en el Metro y, en el asiento contiguo, descubrió un ejemplar de 'The Girl from Petrovka'. Ese libro contenía una gran cantidad de notas personales escritas en los márgenes. Dos años más tarde, cuando comenzó el rodaje de la película, tuvo la oportunidad de conocer a Feifer, el autor del libro. Conversando ambos, Feifer inexplicablemente sacó el tema de la pérdida de su copia del libro dos años antes. Fue entonces cuando Hopkins quedó totalmente deslumbrado por la operatoria de la sincronicidad (y pudo devolverle el libro a su dueño). ¿Coincidencias?
Napoleón nació en 1769. Hitler en 1889. Diferencia: 129 años.
Napoleón tomó el poder en 1804. Hitler en 1933. Diferencia: 129 años.
Napoleón entró en Viena en 1809. Hitler en 1938. Diferencia: 129 años.
Napoleón entró en Rusia en 1812. Hitler en 1941. Diferencia: 129 años.
Napoleón perdió la guerra en 1815. Hitler en 1945. Diferencia: 129 años.