¿Casualidad o complot?

Hasta hace unos años, es decir, hasta que decidí encabezar la lista de EUPV a las elecciones municipales en mi pueblo, yo vivía bastante tranquilo. Es cierto que mi profesión es algo estresante y que los asuntos judiciales generan suficiente ansiedad como para agotar a cualquiera. Pero bueno, se podía soportar.
Sin embargo, fue entrar en política y empezar a pasar cosas raras. Fenómenos extraños que jamás me habían ocurrido hicieron su aparición en mi vida, teniendo que enfrentarme a situaciones en las que jamás me hubiera imaginado encontrarme. Hace un par de veranos, tras un enfrentamiento verbal con dos policías municipales de Castalla que pretendían "avasallar" a unos clientes míos, me denunciaron y me vi sentado en el banquillo de los acusados. Puesto que la denuncia era infundada el Juez no dudó en absolverme.
Poco después fue el Jefe de la Policía Municipal de Ibi el que me denunció por desobediencia a la autoridad, cuando intenté acceder al despacho de la Alcaldesa sin su consentimiento. De nuevo sentado en el banquillo y, esta vez si, condenado a pagar 60 euros de multa. Por cierto, que de nada sirvieron las disculpas públicas y privadas, pues la Alcaldesa aprovecha siempre que puede la ocasión para recordar los hechos (como el chiste de la monja). Luego vinieron las advertencias veladas a clientes, la inspección a las obras que mi esposa hizo en la casita de campo, los requerimientos a personas cuya única falta ha sido solidarizarse con alguna de mis denuncias, y otras lindezas.
Cuando hace unas semanas comenté las declaraciones de Agüera en Radio Ibi empecé a sospechar que alguna sorpresa más me iba a encontrar. En el legítimo ejercicio de mi profesión como abogado he tenido que defender los intereses de un cliente frente a un contrario, algo ciertamente habitual, y ese contrario, quien sabe si trastornado por los problemas, quien sabe si inducido o mal asesorado, ha decidido tirar por la calle de enmedio y querellarse contra todo hijo de vecino (se ha querellado incluso contra su propio abogado). Seguramente es todo una coincidencia, pero me han comunicado del Juzgado que yo también estoy imputado en una querella por presunto alzamiento de bienes y presunta estafa de 5 millones de euros aproximadamente. Permitirme que no ofrezca más datos, pues me debo al secreto profesional.
Tengo la conciencia muy tranquila, confío en la Justicia y estoy plenamente convencido de que esto no tendrá ninguna repercusión para mi, y si cuento todo esto, que al fin y al cabo es un problema privado, es porque me consta que mi contrario se ha tomado la molestia de difundir estos hechos en determinados círculos políticos. Me consta que alguno de mis adversarios en las próximas elecciones ya pretende sacar petróleo de este asunto y creo los lectores de este blog se merecen conocer estas cosas de primera mano.
Insisto en que quizás sea todo una casualidad y posiblmente no existe una "mano negra" manejando estos hilos, pero no por ello voy a dejar de investigar algunos indicios que a lo mejor me llevan a poner al descubierto el complot. Os mantendré informados.
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