
Instantes especiales que se repiten, miradas cómplices casi desconocidas, canciones y coincidencias... Y pedir un deseo, como dice la canción. El jueves, Manel fue uno de los protagonistas (involuntarios) de la tarde en el Cibernarium, junto con las armaduras, y las sonrisas.Sábado de música, volviendo a los orígenes.