Revista Economía

Casus Belli

Publicado el 20 mayo 2019 por Jordi Mulé @jordimule

Usar un pretexto o un montaje para justificar una agresión simulando que de una acción defensiva se trata no es un fenómeno nuevo. Veamos una reflexión de actualidad al respecto.

El último día de agosto de 1939 un grupo de soldados " polacos" asaltó la emisora de radio de una población alemana cerca de la frontera polaco-alemana de la época en la ciudad, entonces alemana de Gleiwitz, hoy la polaca Gliwice. Estos militares " polacos " asaltaron la instalación, causaron desperfectos y alguna baja que otra y leyeron un comunicado animando a la minoría polaca residente en la entonces región alemana de Silesia a rebelarse; acto seguido, se retiraron por donde habían llegado.

Este suceso ha pasado a la Historia como el llamado "incidente de Gleiwitz" y fue realmente una "operación de falsa bandera" diseñada por los Servicios Secretos alemanes bajo el nombre de "Operación Himmler" que fue usada por Alemania como pretexto para justificar su invasión de Polonia y, en consecuencia, el inicio de la Segunda Guerra Mundial. El día primero de septiembre, el día siguiente al de este incidente, Alemania ejecutó el llamado "Caso Blanco", la invasión de Polonia; más de cincuenta divisiones alemanas cruzaron la frontera con Polonia y, en menos de un mes, habían completado la práctica totalidad del territorio de este país, derrotando al ejército polaco en tiempo récord en el primer ejemplo de lo que pronto se conocería como " Guerra Relámpago" o "Blitzkrieg", un tipo de guerra mecanizada que se haría tristemente famosa.

De todos es sabido que, de cara a la Opinión Pública, no interesa a nadie quedar como un agresor y de ahí que, muchas veces, se hayan intentado tretas como la anterior para poder justificar lo que a todas luces fue una agresión como si de un acto defensivo se tratara. En honor a la Historia, decir que ni Gran Bretaña ni Francia compraron tal inverosímil relato (cincuenta divisiones no se mobilizan en horas, claro está) y, siendo estas dos naciones aliadas de Polonia, muy pocos días después declararon la guerra a Alemania. Así empezo la Segunda Guerra Mundial y de todos es conocido el devenir de los años siguientes.

Este tipo de ardides, hoy conocidos como " ataques de falsa bandera", son comunes en la Historia. Se trata de crear un ambiente favorable en la población destinataria de la noticia de cara a justificar una agresión que se desea presentar como si de algo bueno se tratara. Mediante esta treta, se busca crear un "Casus Belli", un motivo de guerr a, que presente el consecuente conflicto como si fuera una causa justa. Es decir, se pretende que el público crea que lo que solamente se busca es castigar al que antes, presuntamente, ha atacado; en ningún caso se quiere dar a entender que se le ataca de manera gratuita, ello tendría una publicidad pésima entre el público, sino que se actúa en defensa propia. A veces este tipo de tretas tiene éxito, otras veces, no.

Alguien pensará que este tipo de ardides son cosa del pasado, nada más lejos de la realidad, por ejemplo, hace pocos años, la que presuntamente fue una excusa urdida para justificar la invasión de Irak, la tenencia de armas de destrucción masiva por parte de ese país, armas que nunca fueron encontradas; "invadimos Irak por el bien de la Humanidad", decían. Hay muchos más ejemplos en la Historia, pero no siempre son bélicos, el buscar un " Casus Belli" como motivo para justificar una actitud agresiva es muy común y llega a todos los órdenes de la vida, también al orden político, económico y empresarial. A modo de ejemplo, el actual conflicto comercial USA/China, en cuyo devenir se han impuesto grandes aranceles a las importaciones de productos chinos en EEUU y en el que hace poco nos hemos enterado de que Google rompe con Huawei; en pocas palabras, que el proveedor del sistema Android (norteamericano) dejará de suministrar a uno de los principales fabricantes de "smartphones" (chino) del mundo en un claro ejemplo de "loose/loose" (o, dicho de otro modo, un escenario en el que todos pierden, ya que si un gran tanto por ciento de los "smartphones" que se fabrican en el mundo son Huawei y ya no llevarán Android a partir de ahora, pierde tanto Huawei como Google). Esta ruptura comercial se justifica, al menos, oficialmente, "en pro de la seguridad nacional" de EEUU, ya que se argumenta que estos terminales podrían espiar a sus usuarios en favor de China, aunque también se enmarca dentro de la Guerra Comercial actual entre los EEUU de Trump y la China Popular, gran productor de tecnología a bajo coste. Por lo tanto, debajo de los motivos esgrimidos de Seguridad Nacional, que pueden existir, también subyacen otros intereses de índole económico derivados de la gran competencia existente en el mercado actual.

Por lo tanto, la historia reciente está plagada de ardides tendentes a justificar agresiones, sean bélicas, comerciales o del tipo que éstas sean. Conviene ir con cuidado en estos temas, ya que de un "Casus Belli" descontrolado podría devenir un conflicto no sólo comercial, sino de cualquier otro tipo y con consecuencias económico-sociales imprevisibles. No obstante, volviendo al conflicto comercial de EEUU con China, tengo la opinión de que el imprevisible Presidente actual de EEUU es, ante todo y dejando de lado otras consideraciones, un gran empresario y, por lo tanto, ningún buen empresario que se precie se metería a priori en un conflicto cuyas consecuencias económicas negativas fueran imprevisibles, también para su empresa y para su país. Por ello, debería tener bien controlado y estudiado el riesgo que asume; así sea, espero...

Tortosa, 20-5-2019

Jordi Mulé.

Economista C.E.C. núm 13147.


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