Continuamos el debate, en el entorno de la secesión catalana actual, con alguna referencia histórica. Sigue escribiendo Miguel-Felipe:
En palabras de hoy la Corona de Aragón era una
Confederación. Y llegó a ocupar territorios de Italia (en Cerdeña todavía hay
recuerdos del Catalán) y hasta de Grecia, estuvo volcada al Mediterráneo y no
era precisamente por el lado aragonés. La mayoría de sus territorios antiguos
conservan más o menos recuerdos del Catalán (Vease conflicto educativo
balear).
Y ninguna de las partes de la Corona de Aragón fue nunca dominante de
"España", o sea que el argumento no le encuentro sentido.
Y esto es lo que dice la Gran Enciclopedia de Aragón comentando el momento de
la "unificación" del reino de Aragón y los condados catalanes:
"Cataluña, por su mayor densidad demográfica y su dinamismo mercantil,
estaba destinada a ser casi siempre el núcleo rector de la Corona y el más
beneficiado, ya que obtuvo la mayor parte de las veces el apoyo del rey en sus
empresas. Un ejemplo es la expansión por el Mediterráneo, que únicamente era
positivo para los intereses comerciales catalanes y no para los aragoneses, que
no tenían salida al mar. La importancia de Aragón se irá relegando a favor de
las zonas costeras y la capitalidad del reino de Zaragoza es más honorífica que
otra cosa."
La Corona de Aragón, no cada una de sus partes, sino el conjunto, fue
dominante en España, cuando se junta con la Corona de Castilla. Las partes nunca
serán tan importantes como el conjunto. Insisto en el apoyo a las batallas
mediterráneas por parte de los castellanos, solo con ellos pudieron mantener
la expansión imperial que no podían cubrir con su población, solo con los
ejércitos castellanos se podía frenar a los turcos en el Mediterráneo. Los
restos de ese dominio, son evidentes hoy día si viajas por Italia, pero fíjate,
lo curioso que resulta, en todas partes hablan de esa dominación de los
españoles, refiriéndose a catalanes mercantiles y fenicios y aragoneses bravos
militares. La identificación europea de esas tropelías y otras, era ampliamente
escrita, documentada e insultada, como españoles.
Y ahora vuelta al grueso de mi argumentación, el poder se manifiesta en hechos
concretos en el ejercicio de la correlación de fuerzas, por ejemplo en la
elección del mando y alianzas estratégicas, y es un hecho que la Corona de
Aragón, el conjunto de los tres reinos acuerdan elegir a la dinastía castellana
de los Trastámara, marcando el preámbulo de la España posterior, cuando suba al trono Fernando. Interesante el
párrafo siguiente volcado del libro Ricardo García Cárcel,
‘La herencia del pasado’, Galaxia Gutenberg, ‘’La centralidad catalana en la
Corona de Aragón es más impostada que real.’’
El espacio temporal en
el que nos situemos determina la validez de la argumentación
utilizada, si miramos los siglos XIV, XV y XVI, los factores resaltados
anteriormente tanto por Miguel como por mí, pueden variar, ya que asciende el
poder de Castilla y desciende el de la Corona de Aragón, y bastante más el catalán,
que valenciano o aragonés. Respecto a la población en el XIV se extiende la
peste negra por España en varias oleadas, que en el caso de Cataluña reduce la
población a la mitad en muchas comarcas. Hacia 1380 y durante varios años se
produce la crisis financiera y económica de Cataluña, que propicia revueltas de
payeses. Lo que parece claro es que no hay un gran y apacible pasado catalán en estos siglos y mucho menos que afectara al conjunto de su población, de ahí mi tesis, criticada días atrás en este debate, sobre la actualidad superior de Catalunya, al afectar ahora en su calidad de vida al conjunto de la población. Veamos ideas resumidas en relación con el pasado que escribe Julio Valdeón en ‘Historia de España’, Gran Austral, Espasa.
Las agitaciones campesinas
catalanas se traducen en guerra civil en 1462, durante diez años, con nuevas
crisis que estallan en 1484, estas ya resueltas por el rey Fernando con la
Sentencia arbitral de Guadalupe en 1486, en la que concede al campesinado el
derecho de usufructo, conservando los señores el derecho jurisdiccional. En la
guerra civil de 1462 los agudos
contrastes entre sectores aristocráticos y populares estallan, se amotinan los
payeses de remensa –los payeses representan la cuarta parte de la población catalana-,
que se unen a los populachos y menesterosos de las ciudades, que comanda el rey
aragonés Juan II, con apoyo de tropas francesas a cambio del Rosellón y la
Cerdeña. En el otro bando se encuentra la oligarquía rural y urbana,
representada por la Diputación general, o Generalitat – creada en 1359,
derivaba de las juntas que se reunían tras la clausura de las cortes catalanas
con el objetivo de controlar el cumplimiento de lo acordado, fundamentalmente
en el terreno fiscal, con el paso del tiempo irá extendiendo atribuciones y acumulando
mayor poder, identificada con los sectores más poderosos e Cataluña. En 1412
surge una institución similar en Aragón y en 1419 en Valencia-.
Los desastres causados
por la crisis del S XIV se corrigen en la Corona de Aragón en la siguiente
centuria, a excepción de Cataluña. Así por ejemplo, en el terreno demográfico subió
la población en Aragón, en Valencia y en Mallorca. Cataluña por el contrario
perdió entre 1378/1479 alrededor de la cuarta parte de sus efectivos demográficos.
Cobra empuje el mundo agrario valenciano, mientras el mundo agrario catalán y
mallorquín retrocede. La Cataluña textil y comercial experimenta un grave retroceso,
mientras Valencia es protagonista de un brillante ascenso en: textil, cerámica,
curtidos, muebles, comercio. Existen cifras de que entre 1455/1470 no arribó al
puerto de Barcelona ningún barco genovés vía Flandes. y que entre 1465/1469 no
salió del puerto barcelonés ningún navío en dirección a Levante, mientras se
produce un espectacular auge del puerto de Valencia… Al mismo tiempo en
Cataluña quiebra de la Taula de Canvi, y viven un autentico desorden monetario.
En el reino de Aragón se hallaba en clara expansión el comercio durante el S XV.
Respecto a la Corona de
Aragón, compuesta entonces por los reinos peninsulares de Aragón, Cataluña y
Valencia y de los ultra marem,
Mallorca, Cerdeña y Sicilia a los que suma posteriormente Nápoles, cada uno de
ellos conservaba su identidad, pero al mismo tiempo existía una soberanía única
sobre el conjunto, una pluralidad en la base y fuerte unidad en la cúspide. Las
facultades de la corona fueron en auge en la etapa final de la Edad Media.