Revista Opinión

Cataluña: elecciones a ninguna parte

Publicado el 25 septiembre 2015 por Polikracia @polikracia

“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Con esta frase de Groucho Marx se podrían resumir los 5 años de Artur Mas al frente del ejecutivo catalán, 5 años que han derivado en un retroceso incesante del estado del bienestar de la comunidad catalana pero donde el foco político y mediático se ha posicionada en otro frente, en la independencia.

Faltan dos días para sumar otro capítulo al proceso soberanista, turno esta vez de las elecciones autonómicas, cuya finalidad ha de ser la de configurar el parlamento autonómico para la próxima legislatura. Pero como no podía ser de otra forma en la rocambolesca política catalana, dichos comicios, para una parte de los contendientes, tienen una doble función: primeramente dotar de representación al hemiciclo y después, dotar de legitimidad la acción del “Govern” acera de una hipotética declaración de independencia (DUI), por lo tanto en un referéndum de facto.

Las encuestas predicen una clara ventaja de los partidos favorables a la secesión (Junts pel Sí y CUP) rozando la mayoría absoluta de los escaños (68), pero no la mayoría de los votos (50%). Las encuestas son uno de los principales mecanismos que usa la población para obtener información acerca la actualidad política (atajos de la información) y es por eso que obtener unos buenos resultados ayuda a los partidos a posicionarse correctamente y a llevar la iniciativa en la campaña electoral, pudiendo cosechar unos réditos electorales superiores.

Estos estudios tienden a sobredimensionar la participación y al partido “favorito”, dado que los individuos que se someten a dichas preguntas pueden tender a dar respuestas socialmente “más respetables” o mejor valoradas para evitar así aislamientos en las áreas controvertidas de la actualidad, como lo son la política y en el caso catalán, la independencia (espiral del silencio, Elisabeth Noelle-Neumann).
Después de realizar un análisis de los resultados de las encuestas  (CIS, El País, La Vanguardia y El Periódico) y comparándolos con los resultados de los comicios (1999-2012), se constata la afirmación que los sondeos tienden a sobrerepresentar al partido “favorito”, que en Cataluña, desde la transición democrática, siempre ha sido CIU. Cabe esperar que los resultados que se están presentando estos días acerca de la lista que incluye a CDC (Junts pel Sí), sean superiores a los que finalmente cosecharán.

ENCUESTAS

Como resultado de dicha comparativa se puede observar que CIU es el partido más sobrerepresentado en los barómetros preelectorales con un 2,4% más de votos y 4,6 diputados más de los que finalmente alcanza de media.
En las últimas semanas, y en parte influidos por los resultados de las encuestas, los diferentes lideres de la formación que aglutina a miembros de CDC y de ERC, se han apresurado a asegurar que una victoria absoluta por escaños ya legitimaria sus actos posteriores al 27-S.

Cabe recordar que debido al sistema proporcional y al método de adjudicación de escaños, en Cataluña es posible tener la mayoría absoluta de escaños (68) pero no llegar al 50% de los votos. El sistema d’Hondt favorece en gran medida a los partidos con grandes bases de votantes en las zonas rurales, en las zonas menos pobladas, ejemplo de ello son CIU (ahora CDC) y ERC, por lo tanto a Junts pel Sí. Barcelona y su circunscripción, donde los partidos como PSC, PP, C’S y CSQP tienen más fuerza, es la gran perjudicada. Por ejemplo, en los últimos comicios del 2012, para obtener un diputado en Barcelona fueron necesarios 42.144 votos y en cambio en la circunscripción leridana sólo se requirieron 13.509 papeletas (un 32% menos).
No existe el método de adjudicación de escaños perfecto en los sistemas proporcionales (entendido como 1 voto 1 persona), pero si bien es cierto hay algunos modelos que tienden a sobrerepresentar al partido dominante por su supremacía en las zonas poco habitadas, es el caso del método d’Hondt. En la siguiente tabla he hecho el ejercicio de cambiar el sistema d’Hondt (aplicando los resultados de las 4 circunscripciones catalanas) por el Sainte-Laguë, que se utiliza en los países nórdicos y el Hare para hacer más visible la incidencia del modelo de adjudicación de escaños en los resultados electorales. Este ha sido el resultado:

ESCAÑOS

Junts pel Sí ha optado por legitimar el proceso con menos del 50% del electorado a favor, instando a que en esta ocasión lo que importan son los escaños y con una mayoría absoluta en ese apartado ya sería suficiente. En el escenario prosaico al que nos traslada la candidatura independentista, alabando los valores democráticos de sus miembros, de la ética política, parece poco razonable y poco coherente aceptar menos del 50% de los votos para llevar a cabo una decisión tan drástica.

Algunos usarán dichos comicios para realizar un plebiscito de facto pero cabe recordar que esta tendencia no será la elegida por toda la población. Una parte importante del electorado no sabe a ciencia cierta la importancia y uso que quieren dar algunos partidos a este proceso electoral (el 55% de la población de Cataluña, según una encuesta publicada esta semana por La Vanguardia, no estaría de acuerdo con la hoja de ruta planteada por el “President” Mas).

Según dicho sondeo, tan sólo el 20% de los catalanes cree que el proceso acabará en la independencia de Cataluña, por lo que se puede constatar que una parte relevante de la población catalana no cree que estas elecciones tengan el grado de plebiscitarias y sean “vinculantes”, es decir, la opción de votar a Junts Pel Sí o a la CUP como forma de aviso al gobierno central (voto de castigo) para que se siente a negociar, en pos de una mejor financiación o reconocimiento a la denominada “singularidad catalana” y sin  incidencia del “efecto abismo” acerca de la incertidumbre ante los posibles efectos negativos de una Cataluña independiente,  será muy recurrente el próximo domingo.

Interesante mención merece que la suma de escaños de CIU y ERC en los comicios catalanes, siempre ha supuesto la mayoría absoluta (desde 1984) y además ahora se suma a la ecuación la CUP, por lo que no parece que se requieran mayorías excepcionales dentro del panorama catalán para lograr dicha meta, ni que esos resultados legitimen decisiones unilaterales.

CIUERC

Para acabar de afirmar la idea que unas elecciones autonómicas no pueden sustituir un referéndum vinculante sobre la secesión de una región, es recurrente tomar el ejemplo de dos regiones que también emprendieron el viaje soberanista: Quebec y Escocia.

En Escocia, en las elecciones parlamentarias del 2011 (últimas antes del referéndum) el partido nacionalista SNP, liderado por Alex Salmond, obtuvo una mayoría aplastante (65 de los 129 escaños) y dos años más tardes en el referéndum vinculante sobre la independencia del país británico, el NO fue la opción vencedora (55% de los sufragios).

Un caso similar es el que vivió la región canadiense, en el año 1994, uno antes del referéndum del 95, el partido Quebequés, PQ (favorable a la secesión), cosechó unos resultados muy esperanzadores con la mayoría absoluta de diputados y mayoría de votos (77 de los 125 diputados y un 44,7% de los votos). Un año después, como en el caso escocés, el NO fue el vencedor de la contienda.

Esto debe servir para darnos cuenta que no se pueden relacionar unas elecciones autonómicas con unos comicios plebiscitarios, a no ser claro, que quieras aprovecharte de dicha situación. La vía unilateral, sin un referéndum y con unas elecciones disfrazadas, son un acto puramente antidemocrático y dista mucho de la ética y los valores que algunos se ponen por bandera.
¿Claves del 27-S?
Sin duda y así se está ejemplificando a lo largo de la campaña electoral, con muchos mitines concentrados en una zona muy concreta del territorio catalán, el punto clave será lo que suceda en el área metropolitana de Barcelona, históricamente vinculada al voto obrero (PSOE) y con una tendencia abstencionista en las elecciones autonómicas muy por encima de la media catalana (abstención diferencial) que favorecería en este caso a las aspiraciones secesionistas de Artur Mas.

Participación

(Participación % en el área metropolitana de Barcelona)

Se puede hablar que el voto de la periferia de Barcelona (donde reside una parte importante de población originaria de Andalucía, Extremadura y de otras partes de España) puede equipararse a la importancia del voto latino en Estados Unidos, cada vez más capital y de ellos depende en gran parte el futuro del proceso.

La denominada área metropolitana de Barcelona tiene una población aproximada de 3,5 millones de habitantes (36 municipios, incluida la ciudad condal), delimitada en un área de 20km alrededor de la capital catalana. Para realizar el siguiente análisis, se han tenido en cuenta los 15 municipios de más de 30.000 habitantes de la zona (sin contar Barcelona).

  • Autonómicas:

amAuto

  • Generales:

amgen

Esta zona se ha llamado comunmente”el cinturón rojo“, en referencia a que el partido socialista históricamente ha sido el partido hegemóníco en estas ciudades obreras y en muchos casos ciudades dormitorio, debido a su cercanía con Barcelona y a las industrias que rodean la capital catalana, convirtiéndose, sin lugar a dudas, en el autentico pulmón socialista de Cataluña.

Cómo podemos observar en las dos tablas, el PSC es la fuerza más votada en la inmensa mayoría de núcleos urbanos (fenómeno que se agudiza en las elecciones generales) y en tan sólo una ocasión no ha sido la fuerza política predominante en el área metropolitana, en las elecciones catalanas del 2010, debido a la nefasta herencia del segundo tripartito (2006-2010) y al inicio de la polarización identitária de Cataluña, que dejo a los socialistas fuera de juego.

Es preciso destacar que en plena caída del PSC a nivel catalán, con una sangría de votos incesante en todos los comicios desde el 2003 sin excepción (debido a los motivos comentados en el párrafo anterior), en las elecciones de 2012, el Partido Socialista de Cataluña obtuvo 16.479 votos más respecto a los comicios del 2010 en el área metropolitana (sin contar Barcelona) y CIU perdió más de 40.000 votantes.

COMPARATIVAAM

En el 27-S la importancia residirá en el grado de movilización que se alcance en la periferia de Barcelona y en qué candidatura ganará, en mayor mediada, los más de 600.000 votantes indecisos que hay a día de hoy, según los sondeos preelectorales, en Cataluña. Todo hace indicar que si dicha participación es superior al 70%, Junts pel Sí podría perder la mayoría absoluta y varios diputados en las afueras de la ciudad condal. Las esperanzas de los partidos no secesionistas residen en cautivar al votante periférico y llevarlo a votar, si esto sucede, se puede dar un vuelco y las expectativas de los independentistas catalanes se pueden ver truncadas.

Pase lo que pase el próximo domingo (ya tendremos tiempo de hablar de ello) no se deben esperar ustedes decisiones inmediatas, la sombra de las generales es muy alargada y todo parece indicar que hasta la formación del nuevo ejecutivo español, a finales de año, todo quedará en stand-by, más allá de decisiones y medidas estéticas y propagandísticas sin valor alguno. Por lo tanto este final de año se nos presenta apasionante,  el capítulo de este domingo será clave de cara a los próximos meses pero no definitivo, nos esperan más capítulos de este repetitivo y cada vez más longevo proceso catalán.


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