Llamar la atención por una excentricidad podría reconocerse como un elogio, hacer el ridículo un señor que cree ser la reencarnación de Thomas More con ínfulas de sobrada notoriedad al estilo Simón Bolívar, y sólo en lo que representó el primero para él escribir su obra Utopía, la misma de la que quiere hacerse servir el ex-presidente de la Generalitat de Catalunya, que no deja de ser una payasada si letra a letra la utiliza tal bayoneta calada, bien merece un escarmiento a todas luces metafórico, por suponer el susodicho que su condición es distinta a la de los demás mortales, lo que demostraría una vez más el carácter de estupidez que poseemos los humanos, cuando se nos inviste de permisividad con guirnaldas y un bastón de mando que se abre al escenario de los interminables pasos perdidos con aplausos incluidos.
Ya está bien de jugar al ratón del desgobierno "agallegado y canalla" tímido y corrompido, y al gato del traidor boquiabierto y de tanto delirio de grandeza, para abrirse la bragueta y comprobar quien la tiene más larga... la cremallera que se resiste a cerrarse con riego de romper la prenda que cubre las desvergüenzas, otras lindezas y burdas mentiras que por prudencia no aparecerán.
Somos con estas actitudes en las latitudes de lo incomprensible, de tomarlo todo a guasa, eso.. una solemne y patética guasa. Al gobierno huido se le pone puente de plata para volver a reñirle si da su vuelta aceptada, con mofa y risa, la de todos y escandalizarnos los más respetuosos si realmente lo somos. Y si no consigue zafarse, a riesgo de meterlo sin rositas en prisión será todo un logro. Al clérigo del nacionalismo se le conserva en celda de oración, y a los adláteres se les asusta con echarles mano de sus guanteras económicas personales para dar al traste su fidelidad que no deja de ser pasmosa, cuando se riega de tartamudeces en las declaraciones a la fiscalía de un Estado en el que se sigue jugando a apostar por elegir al primer chivo de los muchos expiatorios que podría dar con sus huesos entre rejas. Y ya lo ha hecho.. o lo han hecho todos, un paso atrás, en eso de las necias patrañas secesionistas, que ya admite dimisiones antes de alabar lo que nunca fueron sueños de reconquistas.
Unos dicen que la independencia catalanista todavía no está preparada, "más" dimiten y lo hacen en masa, otros, los que no se mojan ni en la ducha, que quieren guerra pacífica, y los acomplejados se sienten ninguneados por pensar que se les ha estado tomando el pulso mientras se dibujaba la caricatura decrépita de lo que podrían parecerse guerreros de la democracia de la paz y la concordia, del "enervado" reclamo de una independencia mal sonada, cuando en el fondo se han dado cuenta que son títeres
invitados a una "butifarrada", en el que el invitado Puigdemont, ha dejado de ser el homenajeado y sí el aficionado artificiero fracasado que ha creado el gobierno desde el piso más abajo de la cloaca, para que los experimentos dejen de hacerse con gaseosa, y sí hora, que pintan "bastos", con un buen vino del Priorato, que a gusto escanciarán y beberán en " La Moncloa", mientras que los más acérrimos defensores de la defenestrada rebelión lo harán con agua bendita y en "porrón", y los que decidan tirarse al monte, con una cantimplora agujereada de excursionista. Y así vamos, camino de la comunión, la beatificación y el perdón de los pecados en un septiembre negro al que a Jordí Pujol del "diablo" le dio por retar al "Dios" Estado. Amén. Continuará.