Revista Opinión
Las cárceles se están llenando de independentistas catalanes, muchos de ellos miembros del antiguo govern. El juez Llaneras y los fiscales, que pretenden ser héroes del nacionalismo centralista están, siguiendo las líneas que les marcan, y sustituyen la política por la venganza.
Ya hay veinticinco imputados, de los cuales dieciocho lo están por el delito de rebelión, y cada día ingresan más en la cárcel. Y sí, lo están por el delito de rebelión que, según dicen nuestras leyes, se trata de un delito cuya máxima ha de ser que haya provocado violencia. O sea, por ejemplo, el golpe de Estado de Tejero. Que yo sepa, la única violencia que se ha dado en Cataluña ha sido la del 1º de Octubre.
Desde luego enviar a prisión, sin ser juzgados, a estos independentistas (algunos llevan ya más de cinco meses) es una barbaridad como la copa de un pino. No sólo porque no existe el delito al que se refiere el juez y el fiscal (rebelión) sino porque están provocando una situación cada vez más complicada e injusta, que está produciendo una animadversión y odio mayor entre los independentistas y los nacionalistas españoles.
Hacerle el caldo al PP y a Ciudadanos puede llevar a una ruptura total, a dificultar las posibilidades de solución. Desde luego, que los últimos acontecimientos de prisión se acuerden un día después de que el candidato a President de la Generalitat haga un discurso suave, donde llama al diálogo, perturba el procés y pone más obstáculos en una salida pactada, dialogada.
¡Ya está bien! Del uso de la prisión preventiva no puede hacerse una regla general, porque no lo es. Es una excepción que sólo en casos muy concretos debe utilizarse. Es verdad que los independentistas han cometido errores, pero seamos justos. Todo empezó, con la no aceptación del estatuto de autonomía por parte del Tribunal Constitucional a instancias de Rajoy y su partido, cuando había sido aprobado por el Parlament, el pueblo catalán y el parlamento español. Y, para más inri, algunos de los artículos declarado anticonstitucionales, están en vigor en otros estatutos de autonomía, como el andaluz, el valenciano o el aragonés. Estoy convencido de que, sin ese recurso de anticonstitucionalidad puesto por el PP y con el estatuto recusado, no se habría producido todo lo que ha ocurrido en los últimos cuatro años.
Esta claro que a C’s, cuya lideresa no hace sino echar leña al fuego, y al PP, cuyo líder lo único que hace es marcharse del Parlament para no escuchar lo que no le gusta con sus tres compañeros, les interesa estas medidas de fuerza para hacer pesar, en el resto del Estado español, que son duros y vengativos, algo que parece que da votos fuera de Cataluña.
Pero no han entendido nada, no se puede hacer desaparecer, por arte de magia, a casi la mitad de los catalanes, el problema sólo puede tener una solución que sea pactada, dialogada, de no ser así, se seguirá creando odio, y tanto que hablan de coser (Arrimadas y C’s) lo que están haciendo es profundizar en esa zanja, cada vez más ancha. Y esa factura habrá que pagarla. Salvo en países no democráticos, las soluciones a conflictos territoriales nunca se han solucionado por la fuerza, porque al final, cualquiera sabe con qué consecuencias, se rompe la baraja.
Y sí, cada vez más, estoy convencido de que estos presos son presos políticos. Lo están por cuestiones políticas. Un preso político, sin comerlo ni beberlo, es por ejemplo Cuixart, mientras que un político preso es Granados. Hay una gran diferencia.
Por cierto, hoy veía en Twitter un comentario jocoso que merece ser leído: “Y si nombramos a Urdangarín Presidente de la Generalitat? A lo mejor así conseguimos que vaya a la cárcel”
Una petición a los independentistas: Que hagan valer su mayoría parlamentaria y nombren a un President. Mientras que no haya gobierno, hay que recordar que está en vigor el 155, y ya saben lo que eso conlleva.Llibertat presos politics!
Salud y República