Revista Opinión
Cataluña, una región rica en la España de Franco. 2
Publicado el 17 noviembre 2013 por Manuhermon @manuhermon‘Historia de España, volumen X. España bajo la dictadura franquista 1939-1975’, José Antonio Biescas, Manuel Tuñón de Lara, Editorial Labor, 1ª 1980.
Arturo López Muñoz, -Juan Muñoz, Santiago Roldán y José L. García Delgado- fue un seudónimo de análisis económico, muy influyente en la progresía de los 60 y 70, editaron diversos libros y escribieron habitualmente en Triunfo y Cuadernos para el Diálogo, en uno de aquellos artículos publicado en Triunfo, num. 297, en 1968 escriben: ‘El aparato productivo catalán funciona sobre la base de colocar en el resto de la Península gran parte de los productos que no son consumidos en la región. La Balanza Comercial presenta un amplio superávit para Cataluña… produciéndose de esta forma una diferencia crediticia a favor de la comunidad catalana. Por otra parte el aspecto cualitativo de estas relaciones comerciales le es aún mucho más favorable. Las exportaciones catalanas están casi en su totalidad constituidas por productos industriales elaborados mientras que sus importaciones se reducen a productos de origen agrario o primeras materias necesarias a la industria transformadora de la región… Son las ya clásicas y conocidas relaciones que se producen entre zonas desarrolladas y subdesarrolladas.’ En 1968, treinta años después de la guerra, unos vivían mejor que otros, el franquismo no había destrozado a los catalanes, ni reprimido más que a otros españoles, los había favorecido, los expertos distinguían nítidamente cuales eran las zonas desarrolladas, entre las cuales estaba Cataluña, y las subdesarrolladas, casi todas las demás.
En los análisis de Arturo López Muñoz sobre la estructura productiva de Cataluña, señalan su atraso financiero en un artículo posterior, ‘Triunfo, 298, febrero 1968’: ‘Los intentos que realiza la burguesía catalana a primeros de siglo para dar ese paso importante, en busca de la consolidación de un capitalismo financiero, se destruyen en el seno de sus propias contradicciones. Las vinculaciones existentes entre esa clase y la Cataluña rural, así como la organización familiar de su industria, explican la naturaleza de sus compromisos, su conservadurismo y su histórico desfase.’ Observa que las empresas son de menor tamaño que las madrileñas ya que a pesar de tener en 1966 el doble de Sociedades Anónimas que Madrid, 8.108/4.410, su capital es sensiblemente menor. Escriben que muchas oficinas y depósitos bancarios allí instalados pertenecen a bancos con domicilio social en otra parte y mantienen que el sector financiero está menos desarrollado que en Madrid y Bilbao, tesis desarrollada por Juan Muñoz en ‘El poder de la banca en España’, Zero, 1969.
En dicho libro J. Muñoz escribe: ‘Durante la segunda mitad del siglo XIX la actividad bancaria tuvo en Cataluña un ámbito apropiado para su desarrollo. El crecimiento económico de la región, el carácter familiar de las empresas, las vinculaciones existentes con las colonias, etc. hicieron que la banca se desarrollara dentro de un marco coherente. El paso de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a la órbita de dominio norteamericano, supuso un duro golpe para los bancos catalanes…Los 20 bancos que existían en Cataluña en 1920 se ven reducidos a 11 en 1931. Este proceso que continuó después de la guerra tuvo su punto culminante en 1950 con la absorción del Banco Hispano Colonial, entonces 5º banco nacional por depósitos, por el Banco Central.
En otro artículo de Arturo López Muñoz de 1970 relacionado con las propuestas lanzadas por Pedro Durán Farrell en el Círculo de Economía de Barcelona, escriben refiriéndose al sector básico energético ‘no hay que olvidar que aparte del notable desarrollo que este sector ha tenido en Cataluña, el señor Durán tiene un papel preponderante en la dirección y control de (Catalana de Gas y Electricidad, Hidroeléctrica de Cataluña, Gas Natural, etc.)…el capitalismo catalán carece prácticamente, de intereses en sectores básicos –excluido el energético- estando fundamentalmente ligado a una industria transformadora…’ Tras la muerte de Franco, durante la etapa democrática, su capacidad financiera será ampliamente desarrollada, manteniendo el poder industrial y comercial, como veremos.
El franquismo volvió a recuperar el centralismo asfixiante, aún así las políticas practicadas no perjudicaron, sino que favorecieron la potencia económica de Cataluña, siempre en los primeros lugares, –ver cuadro de FOESSA siguiente- con una población que en 1955 era un 12,16% del total, -ver cuadro- llega a 1960 prácticamente estabilizada con un 12,83%, y una riqueza que representaba en 1960 el 18,72 de PIB nacional, habiendo caído ligeramente, venía de 1955 con un PIB algo superior, -ver cuadro FOESSA aunque las comparaciones no podrán ser exactamente homogéneas, son indicativas- Los datos mostraban que tenía una riqueza superior en 5 puntos a la población, y mejoró en 1973, creció la población dos puntos hasta el 15,55, en su mayor parte españoles llegados en las emigraciones masivas, y en 13 años logarán aumentar el PIB hasta el 20,07 del conjunto de España, convirtiéndose en una de las regiones más ricas.