Revista Opinión

Cataluña: Vaya cisco que tenemos organizado

Publicado el 23 diciembre 2017 por Manuhermon @manuhermon
El Carlismo ha llevado al Parlament una mayoría de independentistas, a pesar de haber sido derrotados en las urnas por los constitucionalistas. Las elecciones las ha ganado C’s en la mayoría de lugares ampliamente poblados. Y no, no se confunda nadie, no son un partido fascista, lo cual debería estar definido por su ideología y su práctica, está bastante lejos de las definiciones teóricas sobre fascismo. Algo que no puede demostrar el independentismo catalán ni en su ideología ni en su organización ni en su práctica. Si alguien llegó a pensar que por convocar rápidamente elecciones en Cataluña todo quedaría resuelto, se equivocó. Había que convocarlas, sin duda, el momento parece que ha demostrado no ser el más adecuado a tenor de los resultados, que nos han vuelto a meter en un nuevo lio. Durante años por parte de los indepes se han dicho tantas barbaridades, tantas mentiras, se han cometido tantas tropelías, se ha oprimido tanto a más de la mitad de catalanes, que volver a la normalidad requiere mucho tiempo y esfuerzo, para ir convenciendo a la mitad de los indepes de que una ilusoria independencia nunca resolvería los problemas del paro ni las desigualdades. Mucha firmeza y paciencia serán necesarias porque cuando un ser humano toma una decisión, se apunta a un bando o a una tribu, ni siquiera lee ni escucha argumentos de fuera de su círculo de fanáticos, la realidad, para esa persona, solo existe dentro de ese círculo, de ahí la necesidad tiempo para desarrollar argumentos. Convencer es la única salida. Participación record, estas sí tenían tipo más plebiscitario que las del 2015. Si hablamos en términos plebiscitarios, consideración del número de votos, han perdido los independentistas, igual que en 2015. La mayoría de votos ha sido para los partidos constitucionalistas, pero no así los escaños parlamentarios. La trampa de la ley electoral hace perder el Parlament a quienes sacaron mayoría de votos, un 10% más de votos han logrado los constitucionalistas, pero les corresponden menos parlamentarios que los que a los indepes, que perdieron las elecciones en votos, pero las han ganado en escaños. Mal que le pese a Puigdemont que en su discurso dice haber ganado al Estado español en votos y escaños. Efectivamente, ha existido un pucherazo que favorece los territorios carlistas hoy ocupados por el voto independentista, a los nacionalismos. La ley electoral prima las zonas rurales sobre las urbanas, lo tribal frente a lo industrial y urbano, prima la concentración del voto y da mayor peso a unos votos que a otros. En Lleida tocan a 19.858 votantes por escaño, mientras que en Barcelona tienen un escaño por 46.775 votantes, más del doble de votos por escaño, en Girona 29.396. Por tanto los votantes en Gerona y Lérida están sobrerepresentados respecto a los de Barcelona. Cataluña: Vaya cisco que tenemos organizado La ley electoral española desde hace 40 años ha primado a CiU, a PNV,… sobre los partidos estatales; por ejemplo IU siempre sacaba muchos más votos que los nacionalistas y obtenía muchísimos menos parlamentarios. Este aspecto que siempre criticó la izquierda, ahora en Cataluña vuelve a primar a los más nacionalistas, a los independentistas. El caso que es que la gobernabilidad parece extremadamente difícil en una sociedad partida al medio, encrespada y agresiva, porque los indepes actuaban creyendo que Cataluña era solo suya y de repente comprueban que hay gente, más de la mitad, que les exige compartirla. La cuestión ahora es cómo resolver los problemas. Lo de negociar situaciones concretas, de diario, se da por hecho, pero el asunto es cómo resolver la problemática de la ilusión independentista. Una opción es aceptar el status quo, Comunidad Autónoma, España, Europa; otra salida es aceptar la independencia de Lleida y Gerona, dado su voto indepe y dejar Barcelona y Tarragona constitucionalistas, aplicar el derecho a decidir dentro de Cataluña. Otra posible vía es aprender de la Ley de Claridad Canadiense, lo cual requiere esfuerzo y tiempo, pausa y estudio. Si quieren ir abriendo boca, pueden ver lo que escribí el 14 de septiembre de 2013 aquí en ‘Arian seis’: ‘’Catalunyasecesión. Claridad canadiense, I. Una aportación valiosa. Ley de Claridad Canadiense. Mientras tanto la ley electoral catalana hay que cambiarla urgentemente, al menos intentarlo, empezando por denunciar su sesgo independentista.


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