Quien
imaginara la idea, encontró un filón, porque está claro que nadie podrá
manifestarse en contra del derecho a decidir de la gente sobre su futuro.
A la mayoría
de gente bienpensante le parece que esto es lo más democrático y algunos un
poco obnubilados, creen que el nacionalismo catalán está dando una lección de
democracia a los españoles, porque interpretan esta reivindicación en clave
ciudadana, ‘para saber qué quieren los
catalanes’ cuando es simplemente una reivindicación de independencia. Por
supuesto si saliera el voto favorable, ya que si sale contrario, aquí no pasa
nada, volveríamos a la casilla de salida.
El
resultado de una consulta así, sería muy poco comprometida para el secesionismo
y nacionalismo, saldría gratis, sin costes añadidos caso de perderse, con
volver a empezar al año siguiente, todo resuelto. La utilización de la consigna
sobre el derecho a decidir sobre la secesión de Catalunya, ha demostrado ser un
arma política de primera magnitud dificilísima de combatir y su instalación
entre la gente sigue imparable. A pesar de las preguntas que suscita entre el
pensamiento progresista, de izquierdas o simplemente racionalista.
¿Quienes
deciden hoy en Cataluña sobre la mayoría de cuestiones que afectan a la
ciudadanía? Evidentemente la burguesía catalana, tan carcunda como la
españolista, o británica, etc. que copa todos los poderes, desde el control los
medios de producción, fábricas, negocios, comercios… pasando por las tribunas
mediáticas, prensa, radio, televisión… desde la cultura, el deporte, comercio,
la banca, la política… y las direcciones de todos los partidos como muestra la deriva
que ha tomado el asunto, de tal forma que la igualdad de oportunidades entre
diversas posturas no existe.
Los conflictos de clase han desaparecido de la faz de la tierra sustituidos por el identitario nacional, todos juntos empujando el carro con los mismos
intereses, que lógicamente serán los del grupo dominante, suena antiguo. La vida no es solo un
conflicto de clases, los problemas que nos invaden son transversales en gran
parte, de sexo, ecológicos, de raza, de religión… de identidad, pero una cosa
es que existan conflictos cruzados y otra que hayan desaparecido como por
ensalmo las clases. ¿Los trabajadores tendrían ese derecho a decidir, sobre
objetivos, salarios, condiciones, horarios, ritmos… en fábricas y tajos,
comercios y bancos? ¿Una vez conseguido, los vecinos decidirían sobre qué
construir y dónde poner parques y escuelas, cuantos metros edificar y a cuanta
distancia del mar…?
¿Por
qué no pedir el derecho a decidir sobre la política de austeridad?, por ejemplo,
en relación a la urgente reforma fiscal que debería hacerse, sobre los
impuestos, tipos y cuantías que las empresas y los ricos deberían pagar aquí en
España, incluyo Cataluña. Derecho a decidir sobre en qué recortar, a quienes y
dónde invertir y cuanto. Derecho a decidir sobre las condiciones de trabajo,
sobre implementar urgentemente planes masivos de empleo en montones de nichos y
sectores, decidiendo sobre los recursos a utilizar en ellos, los recursos que
ya existen por muchos rincones –Catalunya Caixa 12.000 millones de € ayuda
pública del Estado pagada por las clases trabajadoras, los ricos no pagan
impuestos-
Derecho
a decidir sobre cómo deben reprimir las fuerzas de seguridad las
manifestaciones de los indignados cuando se celebran en espacios públicos,
incluso decidir si deben ser reprimidas, o mejor todavía, deberíamos decidir a
quienes deberían detener y violentar, a los corruptos –catalanes hay montones- a
los recortadores de derechos sociales y repartidores de propiedad colectiva
tales como la sanidad y la educación…
Derecho
a decidir sobre la ley electoral… con cuanta proporcionalidad, eligiendo la
circunscripción electoral y número mínimo de diputados elegidos. Derecho a
decidir a las mujeres sobre el uso de su cuerpo y al conjunto de personas sobre
las libertades civiles, laicas. Sería necesario poder decidir sobre el tipo de
energía a desarrollar en España y sobre los precios de producción, decidir
sobre la protección de bosques, espacios naturales y costas… ¿Por qué no
decidir sobre ayudas bancarias a las Cajas catalanas y sus condiciones de retorno?, y mientras se
producen, decidir sobre su gestión ¿Acaso estas cuestiones son más difíciles de
lograr que la secesión? Pero no menos importantes.
El
liberalismo, los neoconservadores, Reagan, Thacher, Aguirre, Aznar, los
banqueros… se llenan la boca diariamente de la palabra libertad, reclaman a los
gobiernos y a la sociedad su derecho a decidir. Quieren gastar lo que ellos
decidan en lo que quieran, decidir cuánto pagar de salarios y con qué derechos
contratar, reclaman poder decidir en donde invertir y cuanto cobrar por el uso
de sus carreteras, sus escuelas, sus hospitales, que dicen es su derecho construir… porque según su
patrón de libertades, todo el mundo debería decidir libremente qué hacer con su
vida, pero sin el Estado de por medio. Las libertades que el neoliberalismo predica,
el derecho a decidir que ellos reclaman, es la libertad de los poderosos de
llevar el dinero que consigan explotando a millones de personas en un país al
paraíso fiscal que les dé la gana…
Dirán
algunos que esto no tiene que ver con el derecho a decidir que reclama el
pueblo catalán. Verán, en cuanto derecho a decidir es similar, unos pueden reclamarlo desde
posiciones nacionalistas y otros desde posiciones rojiverdes, o malvanegras;
desde posiciones religiosas o laicistas, se puede reclamar desde posiciones
burguesas o proletarias, lo pueden reclamar los ricos y los pobres…
Todos
quieren tener derecho decidir. ¿O no? ¿Es ilimitado en el tiempo? ¿Todos los
territorios, aldeas, ciudades, regiones… tienen el mismo derecho? ¿Todos los
individuos lo tienen, quien los designa? ¿En las fábricas los obreros tendrían
derecho a decidir? ¿Qué opciones serían posibles alternativas a la
independencia, que consecuencias tendría una u otra opción?