Catalunya Sí Que es Pot (CSQP) es la lista surgida entre la coalición de
ICV, EUiA, Podemos y Equo. Se siente heredera de iniciativas municipales como
Barcelona en Comú (BeC), pero no cuenta con su apoyo explícito. ICV, la
formación del Tripartit que mejor
aguantó la caída del gobierno, se encaminaba a la irrelevancia política debido
a la irrupción de Podemos. Pero entre que el globo de la formación morada se ha
desinflado, y que a la dirección central de Podemos le interesa diluirse en la
cuestión catalana en su búsqueda de la centralidad política a nivel estatal, la
coalición estaba servida. Los verdes ayudarán a los morados y viceversa. Entre
medias, un partido sin apenas presencia en Catalunya –Equo- y, a nivel
individual, los restos de Procés Constituent que no se han añadido a la
CUP-Crida Constituent.
La base de esta
candidatura está en no definirse por la independencia y en defender el derecho
a decidir en todo. Es decir, defiende el derecho a decidir del pueblo catalán
sobre su soberanía política, pero también sobre cualesquiera otros temas. Un
punto que podría encontrar apoyos en el asamblearismo de la CUP, ya que los cupaires siempre han defendido esta
postura. Sin embargo CSQP está pecando de no especificar el cómo quiere
decidirlo todo. Es más, cuando insinúa cómo quiere decidir el proceso
independentista, CSQP termina por aceptar las tesis de Podemos, y supeditar
cualquier proceso constituyente catalán a que se abra un proceso constituyente
a nivel estatal, lo cual ahora es ciencia ficción.
Y es que si hay algo que
caracteriza a CSQP es su fe en que, tras las elecciones generales de Noviembre,
el Estado español comenzará a su propio proceso constituyente desde abajo.
Realmente, o son los más listos de la sala o no saben leer las encuestas. O,
que también podría pasar, aquella cena entre Iglesias
y Zapatero –en casa de Bono- sirvió para trazar una alianza
constitucionalista tras las elecciones de Noviembre. Lo que en ningún caso
garantiza la libertad de Catalunya para configurarse en un actor político
independiente.
Pero CSQP está
adoleciendo de dos aspectos fundamentales. El primero es que le está pasando lo
mismo que a C’s cuando eran un partido muy minoritario: de tanto repetir y exigir
que no se hable de la independencia –de esto van las elecciones del 27S- no
hace más que hablar a la contra de ella. Esto hace que muchos le sitúen en el
bando unionista, cuando claramente tiene elementos a favor y en contra de la
independencia dentro de sus filas. El segundo problema es que, a diferencia de
las candidaturas confluentes municipales como BeC, CSQP no tiene espacio para
la ciudadanía –o no se percibe así- y termina mostrándose sólo como una
coalición electoral. Es una partida en la que le está ganando terreno Junts pel Sí.
En alguna entrevista o en
algún escrito, CSQP se ha visualizado como la alternativa a Mas, pensando que
podrían ser ellos quienes obtuvieran el apoyo de la CUP para formar gobierno. Habrá
que ver qué fuerzas reparten los votos, pero está claro que ni ICV ni Podemos
habrían logrado, solos, ser alternativa a nada en Catalunya, y ahora están
presentes en el debate.
Otra cosa bien distinta
es cómo lo están afrontando. Esperemos que durante estos días, finalmente, se
dediquen a la buena comunicación política. Porque el espectáculo que por
Twitter dan algunos de sus candidatos –incluso con demagogia barata
sobre las becas comedor- hace mucho daño al izquierdismo catalán.
A CSQP le interesa una
campaña polarizada entre ellos y Junts
Pel Sí, llevar el debate al eje izquierda-derecha. El problema demoscópico que
tienen se llama CUP. De tanto ponerse de uñas con la idea de la independencia,
y de tanta indefinición y falta de visión política con este tema –incluso de
su candidato- lo único que conseguirán con esto es derivar más voto de Junts Pel Sí hacia la CUP.
Obtendrán los mejores
resultados que este espacio político haya podido obtener nunca en Catalunya. El
problema es que parece que no saben qué harán allí.