El catarro o resfriado común es el diagnóstico más frecuente en pediatría, tanto en Atención Primaria como en los Servicios de Urgencias. Los niños son especialmente susceptibles a esta infección debido a la falta de desarrollo de inmunidad ante la mayor parte de los virus causantes.
Si bien es cierto que los resfriados no tienen un tratamiento curativo, supone un incalculable número de visitas al pediatra y múltiples prescripciones, muchas veces innecesarias, en forma de antibióticos, antitusígenos, antitérmicos, mucolíticos o descongestionantes. De ahí la importancia de conocer a fondo a este tema, que me motivó a escribir este post.
¿Cual es su causa?
El resfriado común está producido por un amplio número de virus. Los rinovirus son la casa más frecuente, que aunque predominan durante el inicio del otoño hasta el final de primavera, están presentes todo el año. Otras causas son los coronavirus, el virus respiratorio sincitial, adenovirus, enterovirus, influenza...
El número de episodios es elevado durante la infancia (entre 4 y 8 por año), siendo todavía más frecuentes cuando los niños asisten a la guardería, siendo habitual en estos casos una infección al mes. El número de resfriados va disminuyendo con la edad hasta llegar a lo normal en el adulto que son 3-4 por año.
El gran número de virus que causan esta enfermedad, y su capacidad para mutar, imposibilita el desarrollo de una inmunidad "para siempre". Es decir, podemos contagiarnos por los mismos virus.
¿Cómo se contagia?
A través de contacto directo con secreciones nasales infectadas. Los virus también pueden sobrevivir en las manos durante 2 horas e incluso varios días en superficies inanimadas. De ahí la importancia de lavarse las manos si estamos resfriados o convivimos con alguien que lo esté.
¿Cuales son los síntomas?
- Dolor de garganta, especialmente en los niños mayores.
- Mucosidad nasal variablemente, que inicialmente puede ser "agüilla" y progresivamente volverse más espesa, sin ser esto significado de sobreinfección bacteriana.
- Obstrucción nasal, especialmente en lactantes.
- Tos, inicialmente no productiva y posteriormente acompañada de expectoración.
- Estornudos, lagrimeo y congestión ocular.
- Fiebre, más frecuente en niños entre los 3 meses y los 3 años. La fiebre puede ser muy elevada y durar hasta 72 horas, sin que signifique que exista sobreinfección bacteriana.
- En los niños más pequeños puede existir también afectación del estado general, rechazo de la ingesta y decaimiento.
¿Cuanto suele durar?
La duración oscila entre los 4 y 10 días. Después suele quedar una tos residual, sobre todo nocturna, que puede durar hasta tres semanas, sin que signifique que exista sobreinfección. A veces durante este tiempo de convalecencia existe una nueva infección, por lo que da la falsa sensación de que hay un empeoramiento, cuando realmente se trata de un proceso diferente.
¿Cómo se trata?
El mejor tratamiento del resfriado común es la NO utilización de fármacos. Sí, sí, como leéis.
Para tratar la obstrucción nasal pueden usarse lavados nasales con suero salino fisiológico o bien soluciones hipertónicas. Se pueden usar también sesiones con vapores. No reducen el número de días de enfermedad, pero sí mejora la obstrucción nasal, sobre todo si se realizan varias veces al día durante 15 minutos. En caso de lactantes y niños pequeños, la mejor forma es mantenerlos en el baño con el vapor espeso que emana del grifo del agua caliente. En caso de niños mayores se puede usar la forma tradicional, calentar una olla con agua muy caliente, y respirar el vapor poniendo una toalla sobre la cabeza.
Las medidas posturales son igualmente importantes. En los lactantes mayores de 6 años, es útil ponerlos boca abajo o de lado, y en los niños más pequeños ponerlos semiincorporados 30 grados.
En caso de ser necesario podrían usarse descongestionantes farmacológicos. Debemos tener cuidado con estos medicamentos usados en forma de gota o pulverizados con spray, porque si abusamos de ellos podría producirse efecto rebote, produciendo todavía más congestión.
¿Y qué pasa con los famosos jarabes para la tos?
Ningún estudio ha demostrado concluyetemente su eficacia. Sí podrían utilizarse en el caso de tos seca, no productiva, que interfiera con el descanso o la actividad del niño. En cualquier caso es muy habitual que las mamás refieran que esos jarabes "no le hacen nada".
Un truco " de la abuela" que resulta muy efectivo (doy fe de ello) es la ingesta de miel. Se ha visto que tomar entre media y dos cucharaditas de café es muy útil en el control de la tos seca nocturna, pero debe evitarse en los menores de un año.
¿Y los mucolíticos?
El único mucolítico que ha demostrado su eficacia de forma concluyente es el AGUA. Por eso, ante un resfriados, los pediatras recomendamos un abundante ingesta de agua y los vapores. No hay estudios que avalen la eficacia de los fármacos mucolíticos.