Catástrofes varias

Varios periódicos del domingo 3 publicaron en sus páginas principales, comentarios sobre la intención del Parlamento Europeo de llevar a cabo un verdadero proceso a la Catastroika.

Lo curioso del caso es que lo que el Parlamento Europeo pretende no es analizar el estrepitoso fracaso de las medidas adoptadas por la Catastroika sino plantearse cuestiones como si el BCE, que por el momento ni es banco central ni nada, estaba autorizado a emitir algunas de sus instrucciones, y también algo más serio: la utilización de consultorías privadas bajo el tupido velo de la opacidad con que la Catastroika ha trabajado. Solo faltaría que aparte el desastre que ha provocado, la Catastroika hubiese tenido actuaciones corruptas para beneficiar a consultorías de amiguetes.

La austeridad no es el problema, de hecho una de las razones de la crisis es haber olvidado la austeridad que debe volverse a imponer para salir de la crisis y para evitar la recaída, pero lo que es una barbaridad es limitarse a la austeridad sin complementarla con medidas de crecimiento que eviten la recesión. Cuando Merkel y la Catastroika impusieron sus medidas la primera recesión provocada por la crisis ya se había superado, y la barbaridad de la Catatroika reinició la crisis y la recesión, con la agravante que incluso ahora, cuando después de cuatro años de recortes y penurias y de haber mandado a millones de europeos a la miseria, parece recuperarse la economía europea, al menos a nivel de las grandes cifras, estas medidas estúpidas de la Catastroika nos han llevado a una situación de peligro evidente de recaída porque por su culpa todos los países europeos, casi sin excepción (al menos que yo sepa), han aumentado su deuda pública de manera alarmante hasta niveles superiores al que pueden soportar, con el agravante que este aumento de deuda pública no se ha dedicado a reanimar la economía europea, sino a pagar los costes de la recesión provocada por la Catastroika.

El asunto es más grave todavía si se tiene en cuenta que el FMI tiene un largo historial de fracasos estrepitosos aplicado dichas medidas, y ni un solo éxito. Varios países latinoamericanos, Chile, Argentina, México y otros padecieron la estupidez del FMI y no solucionaron sus problemas hasta que modificaron sus políticas económicas, con Argentina como caso paradigmático cuando mandaron al FMI a paseo y a los pocos meses se inició la recuperación. En el caso europeo el propio FMI ha reconocido el fracaso, pero curiosamente no han variado ni una sola coma de su discurso, lo que francamente, me hace dudar de la salud mental de sus gestores.

Hace tiempo que no entiendo nada, porque lo mismo ocurre con el liberalismo salvaje que sin duda es la principal razón de la crisis, y sin embargo pretenden darle solución con más de lo mismo.

Tampoco entiendo una Europa donde la Unión Europea o la Comisión Europea, organismos formados por políticos designados a dedo por sus países y la propia Comisión, estén por encima y puedan modificar a su antojo las decisiones del Parlamento Europeo, cuyos parlamentarios son escogidos mediante las urnas, e incluso puedan pasar totalmente del Parlamento, como ha ocurrido con la Catastroika.

La edición del domingo de La Vanguardia publicó un artículo de Pedro Nueno sobre los sindicatos que os adjunto porque es el comentario más certero que he leído sobre el tema. En mi nota sobre la no reforma de la Administración Pública expliqué mi opinión que el principal obstáculo para la creación de empleo por parte de las empresas pequeñas y medianas españolas es una Administración Pública extremadamente ineficaz que pesa sobre ellas como una losa, pero creo que se debe añadir unos sindicatos que todavía están en la lucha de clases de los años 30 y 40, subvencionados por el Estado, y que como explica el Sr. Nueno están más interesados en cortar calles que en mejorar las condiciones de vida y empleo de los trabajadores y las empresas. Por si alguien duda de que Administración y sindicatos tienen mucho que ver con la situación de la pequeña y mediana empresa solo se han de comparar las cifras de empleo de los dos países rescatados por la U.E. que mejor se han recuperado, Irlanda y Portugal, precisamente por cierto, en especial Irlanda, por negarse a hacer todo lo que exigía la Catastroika. En ambos casos la mejora de las cifras macroeconómicas y la lenta salida de la recesión ha hecho que el desempleo empiece claramente a disminuir. En España el paro sigue estando donde estaba.

No puedo concluir esta nota sin referirme a la última asnada del Sr. Wert. Con su golpe, rectificado en parte, contra los Erasmus, ha demostrado que aparte muchas otras cualidades malolientes es un cobarde que no se atreve a dar la cara y pretende que publicando en el BOE el asunto pasará desapercibido. Vamos a tener que calificar a este gobierno como el de la puñalada de BOE por la espalda.