29) Su hogar real
Enrique VIII benefició a varios parientes de Catherine Howard. En octubre de 1540, Sir Richard Rich informó a su cuñado, Arundell, que el rey había concedido a Charles, el hermano de Catherine, 100 libras anuales; a George, también hermano de la nueva reina, 100 marcos; y a su media hermana, Lady Baynton y sus sobrinos otros 100 marcos. Si el padre de Catherine, Lord Edmund, hubiese sobrevivido para contemplar el triunfo de su hija, probablemente podría haber recaudado muchos fondos para solventar sus deudas. Su cuñado, Sir Edward Baynton, también le fue entregue el solar de Semleigh, mientras que varias de las mujeres de su familia ocuparon puestos importantes a servicio de la reina.
El hogar real de Catherine era encabezado por el conde de Rutland como Gran Lord Chambelán, Sir Thomas Dennys como Secretario, y Sir John Dudley como Maestro de Caballería. Dentro de grupo de las damas ilustres del reino figuraban su prima Mary Howard, duquesa de Richmond, su media hermana Isabel Baynton que se convertiría en jefa de la cámara privada junto a su prima (por matrimonio) Lady Jane Rochford, mientras que Margaret Arundell, una de las tías de Catherine, y Lady Dennys, la prima de la reina, ejercieron como sus damas. Otras damas importantes de la nobleza que estaban a su servicio eran Lady Margaret Douglas, Lady Frances Brandon y la condesa de Rutland. La joven reina también decidió promover varias muchachas que había conocido en la infancia mientras vivía en el hogar de la duquesa viuda de Norfolk, entre ellas Katherine Tylney y Margaret Morton que ocuparon los puesto de camareras de sus aposentos.
El motivo por el cual Catherine había decidido nombrar a mujeres que conocían su controvertido pasado en Lamberth es bastante obvio. Probablemente la nueva reina creyó conveniente favorecer a los que la acompañaron durante aquellos turbulentos años de entre 1536 y 1539 en caso de que algunos de ellos llegasen a "hablar demasiado". Por si acaso y para evitar cualquier mal entendido era mejor tenerlos cerca y vigilar su comportamiento.
Con relación a Joan Bulmer, de la cual hemos hablado en el Capítulo V, aparentemente se cree que Catherine se rehusó a aceptarla entre sus damas. Muchos historiadores han supuesto que la reina accedió a la súplicas de su amiga y le otorgó un puesto en su séquito, sin embargo no aparece en la lista de los miembros de su corte. Únicamente se nombran a cuatro camareras de la cámara privada: Katherine Tylney, Margaret Morton y las señoras Friswith y Loffkyn. Por lo tanto, Bulmer supuestamente nunca estuvo al servicio de Catherine Howard, ni como camarera ni ocupando cualquier otra posición.
La joven Howard ascendió al trono básicamente sin la experiencia de como era vivir en la corte. Enrique VIII había decidido desposarla solo algunos meses después de su primer encuentro. Como ya se ha mencionado, Catherine Howard había servido a Anne de Cleves desde el invierno de 1539-40 y en el momento de su enlace con el rey, en julio de 1540, la nueva reina tenía en su historial apenas siete u ocho meses de vida cortesana. Rodeada de sabias y educadas damas, de las cuales la mayoría tenía varios años más que ella, se entiende que quizás Catherine se sintiera algo desubicada en su rol como reina de Inglaterra. Debemos resaltar que aunque no fuese altamente cultivada, Catherine sabía leer y escribir como se muestra en su carta a Thomas Culpeper. Puede que le gustase más verse rodeada de bellos vestidos y valiosas joyas, pero no era estúpida y su nivel de educación podría compararse al que poseía Jane Seymour.
Continuará...
Bibliografía:
Byrne, Conor: Katherine Howard: A New History, MadeGlobal Publishing, Kindle Edition, 2014.
Ridgway, Claire: The Anne Boleyn Collection: The Real Truth About the Tudors, CreateSpace Independent Publishing Platform, Kindle Edition, 2012.
Warnicke, Retha M.: Wicked Women of Tudor England (Queenship and Power), Palgrave Macmillan, Kindle Edition, 2012.