Revista Videojuegos

Catherine: la balada del hombre blandengue

Publicado el 05 marzo 2013 por Deusexmachina @DeusMachinaEx

Hablemos de Catherine, uno de esos juegos raros de cojones que pasan totalmente desapercibidos para el gran público pero cuyas ediciones limitadas llegan al Media Markt. Una paradoja jodida. Tú vas a por tu Call of Duty y te encuentras ahí, al lado de la edición “Jess Extender” del Halo 4, un paquete con el dibujo de una teen japonesa y un nombre: CATHERINE. Qué coño es eso, puede que te preguntes, ¿un juego porno?, ¿es posible que Media Markt me acabe de solucionar la paja del martes? Sí y no. Porque si partimos de la base de que hasta Silvia Raposo puede dar para paja, pues es obvio que un mínimo rastro de pseudo-hentai nos la ponga de adamantio.

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Esta mujer DA para paja. Esto es así porque lo digo yo.

 

No todo en la vida son las pajas así que lo mejor es que hablemos del videojuego en sí. Porque aparte de toda la “marcianez” argumental en la que más tarde ahondaré, este juego tiene una jugabilidad que es como un misil tierra-aire. Es verdad, es jugable de cojones: a base de puzzles con una dificultad excepcionalmente escalada, este hijoputa nos reta. Al poco de empezar ya vamos dominando la mecánica del asunto y no queremos parar. Que sí, que puede llegar a desquiciar porque se pone muy chungo, pero he ahí la calidad del reto planteado: quieres más y hasta el final a tope aunque te toque repetir más de una vez alguno de los niveles más avanzados.

Por otra parte, este potencial jugable se ve irremisiblemente unido al tema argumental. La trama aparentemente convencional de relaciones amorosas se tiñe de un recurrente componente “wtf” que intriga y que suma a esta necesidad de querer acabarse el juego para saber en qué coño queda la historia del anormal del protagonista y la zorra de su novia. Y es ahora, gracias a este comentario vacío de rencor misógino, cuando entraremos en materia. Lo que nos importa de verdad: LA BILIS.

 

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De aquí surge lo mejor de la vida (esmegma aparte)

 

Vincent es un treintañero bastante paquete en la vida: su trabajo de informático es una puta mierda y está saliendo con una antigua compañera de clase con la que se siente extremadamente agobiado. Se encuentra en un punto de la existencia donde siente que está obligado a tirar palante, asumir la maldita madurez y olvidarse de las chorradas, de las borracheras y de 4chan. Vamos, lo que se entiende como el final del camino. Hasta aquí hemos llegado Vincent, tus sueños de Brazzers jamás se harán realidad, ni Julia Ann va a venir para ser tu profesora de contabilidad, ni Jayden James va a ser tu follamiga. Los sueños, sueños son, tú ya llevas unos añitos con tu novia y ahora te toca apechugar. TE JODES.

 

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¿A quién no le gustaría que esta señora fuese su profesora en la Universidad?

 

De alguna manera el chaval se ha ido liando, casi sin darse cuenta, en una espiral de responsabilidades y vida “en pareja” que a él en realidad no le interesaba. A él lo que le importa es mamarse, frikear con el PC y conseguir follar. Pero todo tiene un precio en esta vida, y podríamos decir que esa afición suya por copular le ha acabado costando caro. Se haya inmerso en una relación que sí o sí, tiene que avanzar, y es en este punto donde Vincent se empieza a acojonar. El vértigo de la madurez y el clásico “¿no pueden quedarse las cosas como están ahora?”  le han reventado la cabeza. Y aunque puede que nos lleguemos a compadecer de él, puede que hasta nos sintamos identificados, la realidad es que Vincent es IMBÉCIL y además un cobarde, un auténtico cagao con una preocupante falta de HUEVOS. Ha acabado sometiéndose ante una mujer dominante y agobiante. Es difícil entender cómo pudieron acabar juntos, porque el hecho es que su novia está buenísima, un auténtico pivón que inexplicablemente ha acabado unida a este fulano que está lo más alejado que podamos imaginar del concepto de macho-alfa. En el juego se nos cuenta veladamente, coincidieron ambos en una momento de debilidad existencial de la muchacha y ZASCA a Vinnie le tocó la lotería.

 

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Ilustración que acompaña el término PRINGAO en el diccionario de la RAE

Para rematar este sinsentido, al bueno de Vinnie se le cruza una chavalilla tremenda, fiestera y encima super-suelta. Es decir, que este hombre, un puto nerd, ya no solo es que esté con una jamelga sino con dos A LA VEZ. Y lo peor de todo, en vez de disfrutar de su puta suerte, el gilipollas no deja de lamentarse y de tener cargo de conciencia. Hace falta ser subnormal, en serio. Todo lo que venga a partir de ahora entraría en el campo del spoiler, así que prefiero no forzar la máquina y no seguiré por este camino.

Al hilo de todo esto, a los blogs de medio mundo les ha dado por ponerse trascendentes. En lugar de analizar este juego desde el punto de vista del lulz que supone el desenlace de la historia (que no voy a desvelar, tranquilos) a la querida blogosfera videojueguil le han entrado ganas de debatir sobre el miedo al compromiso. Manda cojones, de un día para otro hemos pasado de demandar la pandilocura del Saints Row o del Hot Line Miami, a empezar a tocarnos compulsivamente con “la experiencia” del Journey. Y cómo encajamos a Catherine en este esquema, un puto puzzle donde unas ovejas escalan una torre, y no me vengais hablando del compromiso y la puta de oros, joder. Y es que aparte del tema puzzles, Catherine añade una sección de preguntas y respuestas según las cuales el final del juego variará. La famosa toma de decisiones que influirá en el devenir y blablabla. MILONGAS.

Muy de coña eso de “jugar a Catherine con la novia”. Punto número uno: es más que dudoso que tengáis novia, señores analistas de videojuegos, pero en caso de tenerla… Punto número dos: pongo la mano en el fuego a que ni todas las criaturas aparecidas en las cuevas de Moria juntas podrían asemejarse a eso que vosotros llamáis “novia“, así que no me vengáis con mierdas. Uy, “qué mirada me ha echado por responder así a esta pregunta”, sí claro, pues dile a tu novia que se vaya a hacer los baños y te deje jugar foreveralone. Pero esto qué es, “Novias y videojuegos, El musical“??? El paradigma del hombre blandengue. Empezamos así  y acabamos cambiando la play por el punto de cruz, os lo digo yo.

La entrada Catherine: la balada del hombre blandengue es 100% producto Deus Ex Machina.


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