Catorce rincones que no te puedes perder en Ávila

Siglos de existencia han convertido a la muralla en testigo pétreo de los avatares de una gran ciudad, Ávila. Desde el adarve hasta extrarradio, hasta los cuatro postes y más allá, se hace difícil imaginar lo que algunos de sus rincones más hermosos encierran.Ávila, Patrimonio de la Humanidad, fue levantada en aquellos tiempos en los que el invasor musulmán acechaba y la ciudad era un territorio de nadie hasta que Alfonso VI ordenara que su yerno la repoblara.Desde entonces su muralla configuró una ciudad que, con el paso de los siglos, dejó de batallar para hacerse espiritual. Sus serpenteantes calles nos van descubriendo a pinceladas su historia. Una historia que nos habla de conquistas, derrotas y victorias, de intrigas y legendarios episodios de caballeros y santos; de testimonios celtas escultóricos y una gran diversidad de palacios que la ennoblecieron en el siglo XVI, el periodo de máximo esplendor social, artístico y espiritual. Un paseo sosegado y una visita por sus calles para ir descubriendo desde una iglesia hasta un palacio, desde un monasterio hasta los Cuatro Postes por el recinto amurallado tras la estela de Santa Teresa de Jesús.
Las murallas
Es la imagen de Ávila, su bellísima muralla, esa que rodea toda la ciudad. De grandes dimensiones, en su interior protegía una ciudadela donde vivían los nobles y una zona donde se cultivaban huertos y se guardaba a los animales en vista de un posible asedio.Dejando a un lado las leyendas, las Actas Municipales de 1481, indicaban que existió un trabajo muy repartido para su construcción: los caballeros se encargaban de vigilarla, los campesinos reparaban los adarves y se encargaban de llevar la piedra, cal y arena donde hiciera falta. Los judíos eran los herreros y los musulmanes, la mano de obra. Los alarifes musulmanes levantaron muros con las técnicas de los cristianos.Si la contemplamos desde el exterior, la muralla tiene un tono diferente en su lienzo norte, es mucho más bella y más robusta. Aquella que se aprecia desde los Cuatro Postes y el río Adaja. Con un perímetro de 2.526 metros protege el casco antiguo de la ciudad. Lucen sus nueve puertas, 88 torreones y 2.500 almenas… A veces con un tono grisáceo que procede de la piedra de granito con la que está construida; otras veces, con tonos más suaves debido al desgaste de la piedra y el paso del tiempo.Una muralla que puede ser visitada por su paseo de ronda para contemplar a la ciudad desde otra perspectiva y que lleva intrínseca la esencia de Ávila y la imagen que todos tenemos de ella.
El Cimorro y la Catedral
Espectacular es la vista que tiene el Cimorro desde fuera del recinto amurallado y desde el adarve. Un añadido que se hizo a la muralla entre la Puerta de la Harina y del Alcázar. Poderosa edificación que se construyó como un cubo fortificado sobresaliendo poderosamente de ella. De hecho, fue lo primero que se construyó de la Catedral de Ávila. Fue su defensa más firme y fuerte porque crearon tres líneas de almenas de diferentes tamaños por donde sus habitantes se defendían. También nos muestra el carácter defensivo la escasez de ventanas y que éstas sean muy pequeñas. Y recortándose en lo alto de la ciudad, dominando su torre y fusionándose su cimorro con la propia muralla se encuentra la Catedral de Ávila. La primera catedral gótica de Castilla en el siglo XII. Una edificación templo-fortaleza que es una de las más hermosas de España. Así lo quisieron, por esa preocupación estética utilizando la piedra de granito con vetas ferrosas. En la plaza de la Catedral y rodeada de palacios se alza este edificio de aspecto fortificado. Durante el siglo XIII se construyó la parte más antigua de la catedral. Después del cimorro se levantó la capilla mayor y el crucero. Su interior está formado por tres naves. La central está separada por enormes pilares góticos y las naves laterales son una sucesión de pequeñas capillas, sepulcros, retablos y esculturas.El retablo del Altar Mayor es uno de los más bellos de España. Está formado por 24 tablas pintadas por artistas del Renacimiento. La girola es impresionante. Su piedra veteada le da un ambiente muy especial a esta zona que es la más antigua de la catedral y que rodea a la capilla mayor con columnas.
El Palacio de los Dávila
Puede ser que, viendo los muros sobrios de este palacio, lo que más nos llame la atención son las columnas que sostienen las ventanas y las puertas. Aunque la plaza donde se encuentra, Pedro Dávila, sea un entorno ya de por sí encantador. Sobre una de las puertas se encuentra un matacán y dos ventanas renacentistas. Pedro Dávila ordenó esculpir la frase ‘Donde una puerta se cierra, una ventana se abre’ puesta en respuesta al corregidor que le ordenó tapiar una puerta que se encontraba en la propia muralla. En el interior del palacio se conservan los típicos verracos vetones.
Palacio de Polentinos
Dejando a un lado la sobriedad de otros palacios que son de piedra recia y sin excesiva decoración, el de Polentinos tiene la fachada de granito mejor decorada de todos ellos. Por los matacanes que se encuentran arriba de la puerta nos dan la impresión que fue construido con carácter defensivo pero no fue así. Abundan las imágenes esculpidas de escudos, símbolos de guerra, águilas y leones.El patio tiene una galería de dos pisos sostenida por numerosas columnas de estilo dórico. También aquí abundan los símbolos y los escudos. En algunas de sus salas podemos visitar el Museo de La Intendencia. El edificio alberga el Archivo Militar de Ávila. La entrada es gratuita. Encontramos este rincón en la calle Vallespín, 19.
La Puerta del Alcázar
Una de la más bella de las nueve puertas porque se encuentra en uno de los tramos más antiguos que abren la muralla. Sobria y robusta gracias a los dos torreones que la protegen a cada lado. Si entramos a la ciudad por ella antes de hacerlo veremos el escudo de los Reyes Católicos. Nos da paso a una pequeña plazuela con mucho encanto con jardines, fuente y otro verraco vetón. Desde aquí se puede acceder al adarve de la muralla para recorrer un tramo de su lienzo desde las alturas y contemplar la ciudad desde otra perspectiva. Existen tres accesos más al adarve: Puerta del Peso de la Harina, Puerta del Carmen y Puerta del Puente.
Plaza de Santa Teresa
Y presidiendo la Puerta del Alcázar se encuentra una de las más concurridas plazas de la ciudad: Santa Teresa. A esta plaza también la llaman Mercado Grande mientras que a la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento dentro de la muralla la llaman Mercado Chico. Rincón amplio y porticado que preside la imagen de la Santa. Plaza de encuentros de amigos, bulliciosa, alegre, comercial y espiritual. Rincón para tomar el sol o para refugiarse en caso de tormenta bajo su porticada. Plaza histórica porque aquí era donde se celebraban los torneos y se impartía justicia; donde se promulgaban las leyes y se ajusticiaban a los prisioneros. Ancha y rectangular, con sus casas con miradores. La escultura de la Santa no se encuentra en el centro mismo de la plaza. Cierra uno de los lados la iglesia de San Pedro. En el otro, la Puerta de Alcalá.
La Iglesia de San Pedro
La Iglesia de San Pedro se comenzó a construir sobre los restos de un cementerio. Elevada con piedra caliza podemos adivinar que tardó siglos en terminar de construirse por la mezcla de estilos, su piedra caliza da imagen a diferentes épocas arquitectónicas. Desde la plaza, su fachada principal destaca por el rosetón y la imagen de San Pedro. De planta de cruz latina, las diferentes alturas de las naves nos muestran el románico y el gótico. Aquí juraron respeto a los Fueros los Reyes Católicos y Carlos I.
Ermita de Nuestra Señora de las Vacas
Muy escondida. Y con encanto. Se encuentra en lo que fue la antigua morería. Mencionan que ya existía antes de la invasión árabe. Una pequeña iglesia que fue reformada en dos ocasiones durante los siglos XV y XVI con ladrillo, primero y después con cantería.Dicen que el origen de su nombre se debe a una leyenda de un labrador que, cuando escuchaba las campanas de la ermita, dejaba a sus animales en el campo y volvía para rezar. Cuando regresaba se encontraba a las vacas arando solas sus cultivos. Este rincón de Ávila se encuentra en la calle Deán Castor Robledo, 28.
Basílica de San Vicente
La encontramos fuera de las murallas pero muy cerca del portal que lleva su mismo nombre. Es la mejor representante del románico abulense. La iglesia está dedicada a tres hermanos que murieron martirizados en este lugar.Fue construida con un triple ábside con capiteles decorados tanto en el interior como en su exterior. En el último tercio del siglo XII se cubrió la nave con las bóvedas y se planteó las esculturas de la portada. Más tarde se elevó el cimborrio, la puerta meridional, la sacristía y el remate tan peculiar de la torre. La capilla mayor fue construida sobre una cripta funeraria. La encontramos en la calle San Vicente, 4.
El Portal del Carmen
Una puerta de la muralla muy característica porque es la única que tiene una espadaña y sus torreones son de planta cuadrada. Además, si entramos por ella hacia la ciudad nos recordará el diseño musulmán de las entradas en codo para una mejor defensa. La subida no la realizamos en línea recta sino en zigzag. Las vistas desde aquí nos permiten abarcar el arrabal, los Cuatro Postes, la iglesia de San Martín y el Monasterio de la Encarnación.
La Iglesia de San Martín
En este barrio se instalaron los gremios de canteros que trabajaban en la catedral y en la construcción de la muralla. También los tejedores y hortelanos. San Martín es una de las iglesias más antiguas de Ávila. La reconoceremos enseguida por la peculiar característica de su torre de planta cuadrada. Fue añadida en el siglo XIV y es de estilo mudéjar. Llama la atención porque tiene dos cuerpos, uno que arranca desde la base en piedra y un segundo de ladrillo. Sus ventanas ojivales recuerdan a otras ventanas mudéjares de España. Fue levantada muy cerca de un cementerio. La encontramos en la plaza de San Martín.
Monasterio de la Encarnación
Este monasterio nos ofrece una de las vistas más hermosas a la muralla junto a los Cuatro Postes. Entre los muros de este edificio Santa Teresa pasó aquí casi treinta años. Aquí recibió a Francisco de Borgia y San Juan de la Cruz. En su interior encontramos la celda donde, por dos veces, tuvo la sensación que un dardo la atravesaba el corazón inundándola de dolor y amor.Aquí conoció el éxtasis, preparó alguno de sus viajes hacia otras provincias de España para fundar monasterios y preparó la Reforma. Es un edificio muy sencillo con un hermoso patio interior donde no parece que pase el tiempo. Muros que vieron como la Santa entraba en éxtasis cuando, hablando con San Juan de la Cruz, las sillas donde se encontraban sentados fueron elevándose en el aire. Aquí vio la imagen de Jesús Doliente y en una de las escaleras se encontró a un niño que dijo ser Jesús de Teresa. En la primera planta se encuentra la sobria celda donde vivió cuando fue priora. Un pequeño museo nos muestra algunos de sus objetos y el Cristo Crucificado hecho por San Juan de la Cruz que inspiró a Dalí para crear una de sus obras más famosas.Este rincón lo encontramos en el Paseo de la Encarnación, s/n.
Los Cuatro Postes
Escalofriante la vista de las murallas, de los tejados de la ciudad de Ávila y de algunos de sus torreones. En la otra orilla del río Adaja, cruzando el puente y subiendo un corto tramo de carretera nos encontramos con el humilladero formado por cuatro columnas dóricas, una cruz de granito y el escudo de la ciudad.Cuentan que, después de una grave epidemia de peste que asoló la ciudad de Ávila, sus habitantes decidieron celebrar una romería a San Leonado para dar las gracias y pedir que no volviera a ocurrir más. Al celebrarse la romería dejaron prácticamente desierta la ciudad, hecho que aprovecharon los musulmanes que acampaban en el sur de estas tierras para entrar en ella a sus anchas y asolarla. Después, los ladrones huyeron.Al enterarse los regidores de lo que había ocurrido ordenaron a dos tropas que les siguieran para cercarles, capturarles y devolver todo lo que se habían llevado. Pero una de ellas hizo caso omiso y regresó a la ciudad para encerrarse en ella. La tropa fiel consiguió cercar a los musulmanes, los capturó y regresó con ellos y el botín a la ciudad. Pero allí se encontraron con las puertas cerradas. Tuvo que intervenir el propio rey Sancho III de Castilla para que Ávila fuera liberada. Y en castigo por lo sucedido, ordenó a los sublevados que vivieran para siempre en el extrarradio de la ciudad y sin ningún derecho. Así nacieron los arrabales medievales. Decidieron que la romería se celebraría todos los años. Para ello, ordenaron construir un humilladero cerca del lienzo norte de la muralla para recordar estos hechos. Así vio la luz este rincón tan hermoso, los Cuatro Postes.También cuentan que aquí Santa Teresa y su hermano fueron alcanzados por su tío cuando querían huir a tierras musulmanas para evangelizarlas y morir como mártires.
El Camino de Santiago dek Sureste marca su trazado por Ávila. El albergue de peregrinos se encuentra junto al río Adaja en la Avenida de Madrid. Una hermosa visión de las murallas de Ávila, los Cuatro Postes nos la ofrece este gran blog: Mi objetivo son tus ojos. 
La Ermita de Nuestra Señora de Sonsoles
A unos cuatro kilómetros de Ávila en dirección hacia El Barraco se encuentra este bello rincón elevado en plena naturaleza. La Virgen de Sonsoles es la patrona del Valle de Amblés. Según las leyendas la aparición de la virgen a unos pastorcillos provocó la construcción de la ermita. Su interior nos sorprenderá por la existencia de algunos detalles propios de la leyenda como un pequeño barco colgado, un gran cocodrilo disecado y dos grandes pinturas que recuerdan los milagros de la virgen.
El culto a la virgen comenzó con gran devoción realizando romerías todos los años. Cuando la sequía era muy pronunciada se sacaba a la imagen para pedir que remediara los estragos por falta de lluvia.En un entorno lleno de sosiego y con unas vistas muy hermosas al valle y a la ciudad recorremos el último de los rincones.
Pero… 

Es mejor regresar a Ávila y dejarse llevar sin rumbo fijo por sus calles con encanto, sus escaparates llenos de sensaciones y sus buenas gentes.