Causas de las varices y hemorroides

Las venas son estructuras capilares muy frágiles. Los deterioros localizados en la pared de una vena dan lugar a su dilatación y a una lesión de las válvulas que impiden que la sangre retroceda y fluya en dirección contraria al corazón. Cuando las válvulas se lesionan, la sangre se acumula y produce los abultamientos venosos denominados venas varicosas.

Las venas varicosas afectan casi a un cincuenta por ciento de los adultos de edad mediana. Estas venas se localizan en las piernas, debido sobre todo a la presión gravitacional que el hecho de estar de pie ejerce sobre ellas. Cuando una persona está de pie durante periodos de tiempo prolongados, el aumento de presión en las venas puede llegar a multiplicarse por diez. Por este motivo, las personas que ejercen ocupaciones que requieren estar de pie durante periodos prolongados tienen un riesgo máximo de desarrollar venas varicosas. Las mujeres las padecen unas cuatro veces más frecuentemente que los varones; el riesgo en las personas obesas es mucho mayor; y el riesgo aumenta con la edad debido a la pérdida de tono en los tejidos, a la disminución de la masa ósea y a la debilitación de las paredes de las venas. El embarazo puede también dar lugar al desarrollo de venas varicosas, ya que durante el mismo la presión venosa en las piernas aumenta. Por lo general, si las venas afectadas son superficiales el daño es leve. Sin embargo, este tipo de venas varicosas originan un problema estético de pérdida de atractivo. Aunque en este tipo de varices no es habitual que haya síntomas importantes, las piernas pueden sentirse pesadas, tensas y cansadas. Una forma más grave de venas varicosas es la que implica obstrucción y daño valvular en las venas profundas de las piernas. Este tipo de variz puede producir problemas tales como tromboflebitis (inflamación severa de una vena), embolia pulmonar (coágulos de sangre en los pulmones), crisis cardíacas o infarto cerebral. La evaluación ecográfica constituye el método más exacto para diagnosticar una afectación de venas profundas.

Causas de las venas varicosas

Existen varias teorías para explicar la causa de las venas varicosas: una debilidad genética de las paredes o de las válvulas venosas; una presión excesiva dentro de la vena debida al incremento del esfuerzo defecativo inducido por una dieta baja en fibra; periodos prolongados de bipedestación y/o levantamiento de objetos pesados; lesión de las venas o de sus válvulas ocasionada por inflamación (p.e., tromboflebitis); y debilidad de las paredes venosas debida a anomalías de sus componentes estructurales (p.e., proteoglicanos) o a una excesiva liberación de enzimas que desdoblan los proteoglicanos, con la consiguiente pérdida de la integridad de la vena.

Consideraciones terapéuticas

Los tratamientos naturales que se discuten a continuación son muy eficaces para mejorar la función venosa y aliviar los síntomas de las venas varicosas. Sin embargo, aunque las pequeñas “varicosidades aracniformes” pueden resolverse completamente, no puede esperarse que las grandes venas varicosas ya bien desarrolladas desaparezcan como por arte de magia. En estos casos, la compresión ejercida por unas medias elásticas puede a veces obtener algún beneficio, aunque resultan incómodas de poner y quitar.

Por fortuna, el programa natural que se esboza en este capítulo produce resultados tan buenos o mejores que las medias elásticas en la mayor parte de los casos, sin los problemas antes mencionados. En los casos de venas varicosas de naturaleza severo o muy grandes, la denudación quirúrgica (resección quirúrgica de la vena en su totalidad) de la vena o la escleroterapia (inyección de un agente que dará lugar a que se forme un coágulo que se consolida y hace desaparecer la variz), realizadas por un cirujano vascular o flebólogo (un médico especializado en el tratamiento de las venas varicosas), constituyen tratamientos apropiados.