El pasado noviembre tuvo lugar un devastador incendio que asoló los 4000 m2 de la fábrica de Campofrío de Gamonal-Villayuda en Burgos. Las causas probablemente fueron debidas a un cortocircuito. Pero lo peor fue la rápida velocidad de propagación del incendio. Todo apunta a que la falta de sectorización así como el empleo de poliuretano, material que se utiliza como aislamiento, propiciaron la rápida propagación.
Recordemos que en la lucha contra los incendios no sólo se emplean los medios activos (extintores, boca de incendios, etc), sino que los pasivos (sectorización, señalización, etc) muchas veces son decisivos. La unión de estos dos, facilitan las intervenciones de los equipos de emergencias externos, puesto que ralentizan la propagación del mismo.
Afortunadamente, tan sólo resultaron heridas cuatro personas y no se vieron afectados los tanques de amoniaco ni los depósitos de suministros, que de arder hubieran causado grandes emanaciones tóxicas que hubieran afectado a cientos de kilómetros a la redonda. Pese a ello, miles de personas se han visto afectadas al perder sus puestos de trabajo, lo que supone un perjuicio económico para cientos de familias que dependían de esa fábrica.
[Foto: Sacada de Flickr.com. Autor de César con licencia Creative Commond]