Giovanni Verga, escritor italiano nacido en una familia de hacendados en Catania en 1840 y fallecido en el mismo lugar en 1922, es un referente en las letras italianas. Comenzó escribiendo según la tendencia de la época, esto es, novela histórica romántica, con la que tuvo gran éxito. No se conformó, sin embargo, con este éxito y buscó otra forma de expresión artística, encontrándola en un realismo austero, también llamado verismo.
Escribe así "Vita dei campi" y "Novelle rusticana", obras de las que proceden los relatos que configuran esta recopilación de Ediciones Traspiés. En ellos se habla de los pobres, de los menos afortunados, por primera vez en la literatura italiana. Los protagonistas son aquí los campesinos, las gentes del campo, con sus costumbres y modos de vida.
Este recopilatorio incluye diez relatos: Cavallería rusticana, La amante del Grama, La Loba, Historia de Ollaza, Malpelo el pelirrojo, Los huérfanos, El Misterio, El Reverendo, La hacienda e Historia del asno de San José.
Giovanni Verga
Cavallería rusticana, que inspiró una ópera del mismo nombre, se centra en la tragedia que acontece al regresar Turiddu Macca del servicio militar y encontrarse con su amada Lola comprometida a Alfio, el carretero, "que tiene cuatro mulas en la cuadra". La imagen de la mujer como adúltera, malvada, interesada, perdición de los hombres, que se vuelve a dar en otros relatos como La Loba, Historia de Ollaza, El Misterio,... alentó a algunos críticos a hablar de la misoginia en los relatos de Gianni Verga.
Otro tema que se repite aquí es el de la desmesurada ambición material. En El Reverendo esta ambición es particularmente reprobable al ser el protagonista un hombre de iglesia. En La hacienda ese ansia de posesión no deja lugar a nada más, ni a la piedad, la caridad, o la amistad,... y lleva al protagonista, Mazzarò, hasta la locura.
Me suelen gustar los libros de relatos; nos cuentan intensas historias en un corto recorrido. Y estos cuentos de Verga, que he de confesar que era un autor desconocido para mí, me han gustado mucho. Tienen el regusto de lo clásico y de lo antiguo y en sus páginas laten las pulsaciones más básicas, primarias e instintivas del ser humano.
Mi agradecimiento a Ediciones Traspiés por el envío y por dar a conocer estos clásicos intemporales.
Marcapáginas 32