Álvarez de Toledo, la controvertida portavoz del PP, con tantos críticos fuera como dentro del partido. Sus intervenciones siempre son polémicas porque emite mensajes lacónicos, incisivos, inteligentes.
Por ejemplo, clava un dardo envenenado a la inmadura e incompetente ministra de Igualdad diciéndole que debería sentirse humillada porque ha tenido que aparecer su macho alfa para defenderla y enciende a todas las feministas oficiales.
Lanza un misil a la línea de flotación de la Sexta, una cadena del cínico mercenario separatista Jaume Roures y le llueve una tormenta corporativa desde los demás medios.
La retirarán de la escena pública porque habla claro y vulnera lo “políticamente correcto”, esa auténtica dictadura que padecemos, ese credo del que nadie puede disentir.
Las otras “portavozas” son más modositas, no levantan ampollas y siempre dicen lo que se espera de ellas.
Lo más probable es que Aznar acabe tragándose este nombramiento.