Publicó un artículo en el que se recoge el presumible desastroso resultado que supondría para los propios catalanes, la secesión del Estado Español, y fue publicado en el Financial Times.
Las dimensiones de la ofensa que representó aquella pieza para los independentistas se calibraron por la difusión que dieron a una réplica en forma de carta al director. La firmaba el que fuera cónsul británico en Barcelona entre 2002 y 2005, Geoff Cowling, un firme partidario del referéndum, que participó en unas jornadas sobre la autodeterminación celebradas en Londres y financiadas por la Generalidad. Pues bien, todos los campanarios del nacionalismo repicaron su carta, que elevaron a artículo, y hubo gran alborozo en la aldea. Dijeron que Cowling le había dado un buen “correctivo” a la diputada, además de una lección de historia de las que hacen época, y esto tiene guasa.
ADVERTISEMENTTiene guasa, porque Cowling aseguraba en su carta que “Cataluña fue de hecho una nación independiente hasta 1714″, lo cual muestra por lo menos que de la historia de España sabe poco. Y la sigue teniendo porque a Álvarez de Toledo es difícil que un aficionado le pueda dar lecciones en esa materia. Es doctora en Historia por la Universidad de Oxford y discípula de uno de los hispanistas británicos más relevantes, sir John Elliot. El mismo que residió en Barcelona y colaboró con Vicens Vives, y el mismo que definió como “un disparate” el simposio organizado por el Gobierno catalán bajo el lema “España contra Cataluña”. Claro que igual quieren dar los nacionalistas lecciones de historia a John Elliot. Al tiempo.