Otra ocasión perdida. Y van… De seguir así, y parece que desde la dirección federal no quieren cambiar el paso, nos encaminamos hacia el final de Izquierda Unida, al menos en Madrid.
Porque la presidencia federal de Izquierda Unida, una vez más, ha decidido alargar algo urgente, al estilo Rajoy dejar que las cosas se pudran solas, sin tomar la decisión definitiva, la única que se ha de tomar. Y, lo único que han hecho es expedientar a los actuales portavoces del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid. Cuando la solución pasaba por la intervención de IU-CM, nombramiento de una gestora, y la expulsión de Ángel Pérez y Gregorio Gordo.
Un expediente sancionador como el que han abierto no conducen a ningún sitio, porque mientras que se resuelve –y, ojalá me equivoque—, ellos siguen dirigiendo la organización, cuando se ha demostrado que además de los incumplimientos que constantemente han hecho a las reclamaciones de la presidencia federal, hay una nueva mayoría que se ha mostrado con creces en las primarias celebradas hace poco.
No es posible que en Izquierda Unida de Madrid sigan mandando quienes han desobedecido las órdenes de dimisión de la presidencia federal, quienes pretenden, después de perder clamorosamente unas primarias, seguir sentados en el machito del mando, quienes han apoyado por activo y por pasivo a Moral Santín, el exvicepresidente de CajaMadrid y Bankia, quienes han demostrado que no creen en la convergencia de izquierdas, tan necesaria para un cambio real en Madrid.
Y es que a pesar de todo lo anterior, la cobardía, el amiguismo o la laxitud. la falta de liderazgo han hecho que se mantenga una situación imposible. Se trata de una coyuntura que requería soluciones duras pero definitivas. No vale una solución a lo Pilatos. Se ha acabado el “sí pero”, o se quiere de verdad tener una organización con apoyo social, que crea en la convergencia, que no esté manchada por el caso CajaMadrid, que aplique las políticas de Izquierda Unida o se está jugando a romper la organización.
Con la propuesta de Cayo Lara, en contra de otras propuestas --como la de José Luis Centella, la de Enrique de Santiago o lo manifestado por todos los coordinadores regionales, salvo el de Extremadura--, lo único que hace la presidencia federal es querer ganar tiempo, cuando no lo hay, y regañar a la dirección de Madrid, pero sin tomar las medidas que terminen con el problema.
Y la cosa está clara, cuando en varias ocasiones se ordena que cesen los portavoces del ayuntamiento y la comunidad de Madrid, Ángel Pérez –el colocao— y Gregorio Gordo –el monaguillo— por haber nombrado y consentido lo ocurrido en CajaMadrid y Bankia y estos no hacen ni puto caso, no es tolerable, desde una dirección digna y que se tenga por tal, volver a decir que se abre expediente. No hay tiempo. Se han activado todas las alarmas. La dirección de Madrid no puede estar en esas manos.
Porque se está perdiendo el tiempo y se está rompiendo IU-CM. Muchos militantes de IU de esta comunidad no estamos dispuestos a votar a una lista impuesta por una banda mafiosa capitaneada por los que han nombrado y apoyado a quien ha contribuido a hundir CajaMadrid y Bankia, a quien se ha aprovechado de las famosas tarjetas black, A esos que le mandaban abrazos y ponían la mano en el fuego al vicepresidente (Moral Santín) cuando se estaba rescatando CajaMadrid. A los mismos que quieren imponer sus decisiones saltándose lo que las primarias han dicho claramente.
Se tienen que ir, si tuvieran vergüenza, el mero hecho de haber perdido contundentemente en las primarias debería ser suficiente, como hizo el propio coordinador regional, Eddy Sánchez, para que dimitieran y dejaran el sitio a quien las ha ganado. Pero no, ellos están por encima de la democracia y para mantenerse en el chiringuito son capaces de romper IU. No quieren converger con nadie. Ellos no están por la labor de cambiar Madrid, simplemente quieren mantener sus poltronas, llenos de podredumbre y desvergüenza, de indignidad y de traición. Lástima que Cayo Lara vaya a terminar su mandato con esta decisión irresponsable que condena al ostracismo a Izquierda Unida de Madrid y pone piedras en el camino de Alberto Garzón, quien ya se ha manifestado en varias ocasiones por la expulsión de Gordo y Pérez.
Sólo un milagro puede salvar a IU-CM y, por el eco que provoque, al resto de la organización. Lástima que yo no crea en los milagros. Malos tiempos para la lírica y para IU.
Salud y República
(1) La foto de los tres personajes está inclinada, refleja que su barco –nuestro barco— se está hundiendo.