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A priori una propuesta atractiva tanto por los dos protagonistas, como por el director de "El caso Bourne" como por el hecho de basarse en una agente de la CIA cuya identidad fue desvelada por la Casa Blanca después de que su marido escribiera en The New York Times un artículo destapando que se había manipulado desde el gobierno en relación a las armas de destrucción masiva en Irak. El caso es que la película se puede ver, es correcta, pero no acaba por entusiasmar, se ve y se olvida, como un producto rutinario más de entretenimiento.