Foto de la web de Rann Safaris
Parece que la pasión por la caza está dando más de un disgusto al familia real española. Después de la metedura de pata del joven Froilán, que parece que ya se entrena en el arte de dar tiros a su tierna edad, un nuevo tropezón de su abuelo, que al parecer pretendía matar a un elefante en África, ni más ni menos. Unas vacaciones que no resultan muy respetuosas con la naturaleza y menos acordes con los tiempos de crisis y austeridad que sufrimos los ciudadanos de a pie. Este rey que siempre rompe el protocolo con su naturalidad se ha caído en un cenagal y tendrá que sufrir las consecuencias. Esta vez algo más que el protocolo ha resultado hecho pedazos, además de su cadera. Y todo esto en vísperas del 14 de abril, día de la República.Ya teníamos a un duque capaz de hacer magia con las cuentas y a una consorte entontecida ante su habilidad y belleza. El elenco circense se amplía ahora con un domador de fieras, ¿quién quiere el papel de payaso? y ¿el de bailarina? Se admiten propuestas...