Lo sabemos, tenemos el sur de España un poquito abandonado en este blog. Y es que por la forma en la que tenemos que disponer de nuestras vacaciones nos resulta bastante complicado organizar un montón de viajes que nos apetecen por la zona. A ver si poquito a poco podemos ir diseñándonos algunos planes. Al menos, hace tan solo unas semanas, conseguimos organizarnos una mini escapada a las Sierra de Cazorla, en Jaén (Parque Natural de Sierras de Cazorla, las Villas y Segura).
Hacía muchísimo tiempo que teníamos en mente realizar este pequeño viaje, y por fin, lo hemos hecho. Tres días y dos noches que nos han servido para disfrutar de la naturaleza, animales por doquier, paisajes, fotografía, gastronomía, y quedarnos con ganas de volver.
Hoy vamos a hacer la primera parada en el pueblo más popular de la zona, que tiene una ubicación de excepción, es cabeza de la comarca da nombre a la sierra. Nos referimos, por supuesto, a Cazorla.
Lo primero que queremos destacar es que una vez pasas el Puerto de Despeñaperros (que actualmente ya lo único que tiene de puerto es el nombre tras su total reconversión) los campos de olivos enmoquetan el terreno y su aroma intenso lo llena todo. A pesar de llevar las ventanillas subidas, empezareis a notar ese peculiar olor, y si las bajáis podéis emborracharos del mismo.
A parte, hay que reconocer que el sol en Andalucía se proyecta de una forma diferente, es más anaranjado, como más dulce. Una sensación extraña en la que parece que colorea con más intensidad, pero no deslumbra.
Cuando llegas al pueblo de Cazorla, lo encuentras ahí, reposando sobre la ladera de la montaña, con sus fachadas blancas que se amontonan unas sobre otras ocupando, al menos para nosotros, más extensión de la que imaginábamos Los rayos de ese sol andaluz acarician todo el conjunto y la carretera cada vez te muestra la localidad más cerca.
Los pueblos andaluces tienen ese encanto que les hace destacar ya desde la distancia. Las fachadas inmaculadas de las que hablábamos imprimen de alegría el lugar. A parte, los balcones, las flores… es un carácter que se transmite desde la distancia.
Preside el pueblo su castillo de la Yedra, envuelto de una popular leyenda que pervive al paso del tiempo y que ha dado lugar a una tradición en las Noches de San Juan. La leyenda viene a decir que en época de la Reconquista habitaba el Castillo un padre y una hija mora, a los que les trajeron noticias de que las tropas cristianas se acercaban a Cazorla para tomarla, tal y como habían hecho ya con otras localidades de la zona.El rey, atemorizado, días antes de la noche de San Juan, que fue cuando se produjo el ataque, se dedica a vaciar el castillo, sacar enseres valiosos y demás. Él tiene la sensación de que será temporal y no podrán tomar Cazorla. Dentro del castillo había un cubículo escondido, en él deja alimento , agua y abrigo e insta a su hija a quedarse allí escondida hasta que él regrese, pensando que sería el lugar más seguro.
El 24 de junio, el rey al salir del castillo, es matado, y con él su secreto. Los cristianos toman Cazorla ocupando las viviendas que habían quedado vacías tras la ofensiva, y la vida continúa. Pero nadie sabe de la princesa, a quién se le acaba el alimento y pasa días y días en ese húmedo, oscuro y pequeño recinto. Acaba el verano, entra el otoño, el frío la acompaña y va perdiendo la movilidad, hasta sentir un fuerte pinchazo, tocarse sus piernas y darse cuenta que sus piernas se han convertido en una especie de cuerpo de serpiente viscoso y escamoso, con el que solo puede reptar. Su voz se convierte en un silbido quejicoso y solo se escucha el ruido en castillo sin saber su procedencia.
Dicen que llena de odio y culpando a los cristianos de su mal, los días 24 de junio sale para buscar a niños y devorarlos en forma de venganza, por lo que estos se acuestan antes de las 12 de la noche.
Raro es el lugar que no tenga una leyenda curiosa en su haber.
Otro de los monumentos que llaman la atención cuando uno observa la panorámica de Cazorla son las ruinas de la Iglesia de Santa María. En éstas se encuentra la oficina de turismo, y allí por un precio de 2 euros, te cuentan la curiosa historia de este templo, siempre lleno de infortunios, y de paso te llevan a visitar unas bóvedas de agua. Desde luego es una de las cosas más curiosas de la localidad.
El río Cerezuelo, afluente del Guadalquivir, discurre por la localidad de Cazorla. Para poder construir la Iglesia, de la que hoy quedan las ruinas que podéis observar, tuvieron que canalizar y abovedar la zona, porque el río pasa justo por debajo. Pero todo esto lo mejor es verlo en directo y escucharlo de los guías del lugar. Es una visita amena e interesante.
En las propias ruinas hay una torre con una escalera de caracol. Si subis, resulta un mirador excelente para obtener una visión panorámica de Cazorla desde otra perspectiva. Es muy muy recomendable.
Por supuesto Cazorla son sus calles, estrechas, llenas de balcones por donde se dejan caer flores y verde. Y también es la sierra que lo protege. Y Cazorla, como ocurre en general en la provincia, son las tapas. Era una maravilla estar a finales de octubre cenando cada noche en sus terrazas, probando las diferentes tapas en un ambiente animado, alegre, cómodo, divertido. Gozando con las tapas populares mientras la noche ya fresquita te acompañaba.
El pueblo de Cazorla nos acogió cada uno de los días cuando regresábamos cansados de las excursiones de las que os iremos hablando, pero como esto será poco a poco , os adelantamos que si estáis por la zona no debeis perderos, la Ruta por el río Borosa, la Cerrada de Utrero, la Cueva del Agua y, principalmente si viajais alguno con niños, el Parque Cinegético.
Encantados con esta pequeña y reciente excursión, simplemente comentar que Cazorla es un lugar excelente para alojarse si alguno os estáis planteando visitar la zona, es bonito, está animado, y tiene ese encanto del Sur que lo hace especial.
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