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Celanova, el pueblo de los poetas

Por Moradadelbuho @moradadelbuho

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Celanova

Celanova (La Región)

Hablar de Celanova es hablar de dos monumentos separados por siglos pero ambos de un valor artístico e histórico e incalculable. Nos referimos a la pequeña capilla o iglesia mozárabe de San Miguel y el gran complejo monástico barroco de San Salvador.

Celanova es una villa situada a 26 kilómetros de la ciudad de Ourense, en el extremo suroeste de la provincia, en dirección a Portugal.

También es conocida con el sobrenombre del Pueblo de los Poetas, por ser la cuna de escritores tan ilustres como Celso Emilio Ferreiro o Xosé Luis Méndez Ferrín, a los que está dedicado un museo enclavado en la casa natal del literario Curros Enríquez.

La antigua villa de Celanova se sitúa en una zona de riqueza ganadera y agrícola, al amparo del monasterio que fue origen de la población.

Fue lugar en el que se pensó para el retiro del Rey Carlos V después de su abdicación, pero finalmente fue elegido Yuste. Con la exclaustración del siglo XIX el poder religioso es sustituido por el civil, y ya con Celanova como centro comarcal, los diferentes claustros de su monasterio pasaron a tener los usos de cuartel, cárcel, casa consistorial, y otros varios hasta el más prosaico de oficina de empleo. Las obras de acondicionamiento de que ha sido objeto se han visto recompensadas con varios premios internacionales de restauración.

Monasterio de San Salvador

Monasterio de San Salvador (Fotos y viajes de una vida)

La capital del municipio gira en torno al Monasterio de San Salvador, fundado por San Rosendo en el siglo X. La importancia de esta abadía se refleja en las impresionantes dimensiones y lujo del edificio, con dos monumentales claustros e iglesia con porte de catedral. la fachada del templo ocupa un lado de la Playa Mayor, presidida por una fuente procedente del claustro procesional. La puerta conventual está en línea con la de la iglesia, y no en ángulo recto como suele ser costumbre.

El interior del templo es espectacular; su arquitectura, con el artesonado de piedra y la cúpula delicadamente ornamentada, se completa con otras obras como el retablo mayor, el órgano o las urnas de plata que guardan los restos de San Torcuato y de San Rosendo. Las sillerías del coro destacan entre las mejores de España; la más antigua es del gótico flamígero; la otra es barroca, realizada por Francisco Castro Canseco en el siglo XVIII.

El edificio se completa con dos claustros. El Vello o das Procesións presenta un cuerpo inferior renacentista muy ornamentado, y otros superior barroco, que sorprende con sus efectista y elegante decoración.

El segundo claustro, más sobrio, tiene un enorme balcón volado sobre ménsulas. La magnificencia del gran monasterio tiene su contrapunto en el pequeño oratorio conservado en su parte posterior. Se trata de San Miguel, joya del valorado y escaso arte mozárabe, y excepcional muestra de la influencia cultural andaluza en tierras tan norteñas.

Un paseo por la villa llevará al viajero a recorrer las calles de Arriba, de Abaixo y de la Botica, a las que se abren diversas casas populares con bellas balconadas y galerías, y descubrir rincones tan especiales como la Plaza Porticada de O Millo o del Mediodía.

El visitante se dará cuenta enseguida que en el Casco Antiguo, ninguna vivienda destaca por su altura. El motivo de este hecho se remonta a un privilegio del convento, vigente hasta el año 1.920, que impedía que ninguna construcción alcanzara una cota superior a la que se sitúan las ventanas del edificio religioso.

Torre de Vilanova dos Infantes

Torre de Vilanova dos Infantes (Wikipedia)

Otra parte importante de este territorio es Vilanova dos Infantes que se asienta sobre un promontorio a un kilómetro de la ciudad, y conserva su trazado medieval de calles estrechas que ascienden hacia el Torreón del Castillo, del siglo XI y que constituye un interesantísimo conjunto urbano que se ve desde la N-540 en el camino desde Ourense, detrás de una excelente carballeira que tiene solar en la finca de la casa grande de Rivas.

Vilanova dos Infantes aún conserva en parte la tradición del gremio de los zapateros, especialmente representativa con motivo de las fiestas de la Virgen del Cristal, al mantener viva la tradición de la danza gremial que cada año interpretan en la memoria de su patrona.

En una colina de las proximidades, se localiza Castromao, un castro con los restos de setenta estructuras ocupacionales circulares y cuadradas, una muralla, varios muros de contención y parte de una calle pavimentada con pizarra. Este lugar, que fue la capital de la tribu de los Coelernios, parece ser que estuvo habitado hasta el siglo II d.C.

No menos interesante es el Santuario de A Virxe do Cristal, situado entre Celanova y Vilanova dos Infantes. Se trata de un edificio barroco con un impresionante baldaquino en el interior presidido por una imagen mariana, que está dentro de un cilindro del cristal y mide sólo 5 centímetros de altura.

Fiesta de los faroles

Fiestas de A Ramallosa (Flickr)

En cuanto a su calendario festivo, destacan las Fiestas de la Encarnación, que tienen lugar el primer fin de semana de agosto. En el marco de esta celebración se desarrolla "A Ramallosa" o "Fiesta de los faroles", una vistosa procesión nocturna que discurre por las calles del pueblo, donde se apagan las luces para la ocasión.

5.000 años que la humanidad pasó a través de esta región desde lo neolítico, la cultura castreña, colonización romana, época sueva, edad media y la época moderna. Todas estas distintas culturas plasmaron una región pequeña geográficamente, pero grande culturalmente.

Fuentes | Clubrural / Guía completa

Celso de Ourense (@moradadelbuho)


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LOS COMENTARIOS (1)

Por  Cima
publicado el 06 marzo a las 02:24
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Bonito pueblo