El lugar escogido fue Cuntis y nuestra base de operaciones fue la Casa A Pedreira, que como podéis observar en las fotos es una casa de turismo rural llena de encanto: su hórreo, su camelia centenaria, sus habitaciones especialmente decoradas, su extenso jardín...hace de ella el lugar perfecto para una escapada. Además, muy cerquita de allí pasa el Camino de Santiago, así que si has decidido llegar caminando a nuestra capital, también es un buen lugar de descanso.
Unas semanas antes ya habíamos conocido la casa cuando nos acercamos a conocer a su dueña, Marian, para organizar el evento y me había quedado enamorada de la habitación que, finalmente y por sorpresa, nos acabó tocando esa noche.
Una de las actividades de este fin de semana fue una visita guiada por el centro histórico de Cuntis. Gracias a esto pudimos conocer un poquito más sobre el Castro Landín y sobre las personas que lo habitaron hace siglos.
En la Fundación de Castro Landín nos enseñaron un pequeño molino, un telar..., objetos que no hace mucho habitaban en muchas casas de las aldeas de Galicia. 
Desde allí nos fuimos hasta la Iglesia de Santa María y más tarde al Convento, en donde algunos de nuestros compañeros esperaban comprarle unos dulces a las monjas que allí habitan.
A la hora de la comida nos dirigimos, de nuevo, a Casa A Pedreira para degustar una serie de productos gallegos: quesos, confituras, mariñeiras, mejillones...todo 100% gallego y es que el Galicia Calidade nunca pasa de moda. 
Tuvo especial éxito esta empanada, tanto por lo deliciosa que estaba como por el hastag con la que la decoraron. Unos cracks nuestros amigos de Panadería Rabizas.
Tampoco faltaron las bebidas de nuestra tierra: cervezas artesanas como Peregrina o los vinos y licores de Vizhoja.
Después de esta degustación "enxebre" era hora de ponernos a trabajar. Tocaba una de nuestras asambleas ordinarias y había muchos puntos que tratar.
La limonada que nos preparó Marian estaba buenísima y el salón que nos preparó para la reunión estaba precioso, como precioso era el marcapáginas con el que nos obsequió a cada uno, con una pequeña foto de la camelia centenaria que adorno su jardín.
Se acercaba la noche y nos tenían preparada una cena de chuparse los dedos, literalmente!!
Entre plato y plato fuimos sorteando varios premios. A nosotros nos tocó 3 días de parking gratis en Aparcamientos Lavacolla, para no tener que preocuparnos de aparcar el coche en nuestra próxima escapada.
Nos fuimos para cama ya que al día siguiente nos esperaba una ruta de senderismo y la visita al Castro Landín, con tan mala suerte que la lluvia nos impidió el trekking que teníamos preparado. 
Después de desayunar todos juntos como si de una gran familia se tratase, nos despedimos de Marian y nos acercamos hasta Caldas de Reis para pasear hasta la hora que teníamos programada la visita al castro.
Allí nos esperaba un auténtico experto de este Castro y de otros yacimientos arqueológicos de Galicia. Una visita super interesante en donde aprendimos muchas cosas sobre nuestros antepasados.
Después de comer nos fuimos en busca de la cascada perdida. Nos costó un poco pero la encontramos!!
Y desde aquí queremos dar las gracias a todos los colaboradores que se portaron estupendamente bien con nosotros, a todos los socios que nos acompañaron y a los que ya consideramos amigos y, sobre todo, a mis compañeros de organización, en especial a Leticia y Sabela. Fueron unos meses duros de preparativos, pero valió la pena!!
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