Celebrando el Día del Libro

Nada mejor para recorrer el camino que andarlo. Y nada mejor que para celebrar la Fiesta del Libro que visitar una librería, comprar un libro, que la autora te lo presente y te lo firme. Y dicho y hecho.

Pero esto no se queda así, si además esta celebración está rodeada de blogueros, miel sobre hojuelas. Que conste que la culpa de todo esto la tiene mi querida condesita Freia –la única aristócrata que me compensa de esa clase desclasada, improductiva y explotadora— que fue quien me metió en el ajo.

Y allí estuvimos unos cuantos blogueros en la librería Avinareta de Madrid. La autora Isabel Barceló-- cuyo blog Mujeres de Roma es una maravilla, juzguen ustedes—, mis queridas amigas Carmen de Ciberculturalia y la condesa Freia, (pronúnciese algo así como Frgraiaa, muy alemanote) ya citada. Allí, además conocí a otros blogueros entre los que estaban Anarkasis y Charles de Batz o Mamarrachos! y Tornavientos, como ustedes prefieran.

En unos pocos minutos Isabel nos presentó su: Dido, Reina de Cartago. Una interesante historia de fenicios que huyendo se acabaron por asentar y fundar Cartago. Pero lo que quiero resaltar aquí –me han hablado muy bien de la novela pero la compré ayer y por lo tanto no la he leído todavía—, es la forma peculiar con la que Isabel armó la novela. Ella misma lo explica así, en su libro:

Apenas empecé a escribirla en el blog “Mujeres de Roma”, ofrecí a mis amigos y lectores la posibilidad de implicarse en la novela de una manera especial: quienes estuvieran interesados podían elegir como “propio” alguno de los personajes clásicos citados por Virgilio (a excepción de Dido y Eneas), o bien aportar personajes por el simple procedimiento de inventarse para ellos un nombre y un oficio, según sus gustos y fantasías. Mi compromiso era insertarlos en la historia y darles tanta vida como pudiera. Cuando quienes solicitaban participar superaron los 70, hube de cerrar el elenco de personajes.

Así pues, casi desde el principio las naves fenicias y las troyanas se llenaron de amigos, parientes y servidores de Dido y Eneas…

Total, los personajes fueron elegidos por los blogueros e Isabel tuvo que hacer encaje de bolillos, primero parando en setenta que no es poco el número de los mismos, y, segundo, haciéndoles entrar en la novela con las características que los blogueros-personajes pretendían. Un rompecabezas que ha culminado en Dido, Reina de Cartago.

Que conste en acta que ya he pedido ser personaje de la próxima novela de Isabel, que ha comentado que va a continuar con este vicio de “blogosferear” su próxima novela.

Una velada que terminó con una cervecita en el bar de enfrente y departiendo entre amigos sobre la blogocosa y la vida. O sea muy animada.

Salud y República