Celebrando los 25 años de la editorial española Sial Pigmalión.

Los rostros de Sial Pigmalión

Un rostro es la cara que te recibe, los ojos que te miran, la boca que gesticula y a veces te sonríe. Es la fachada del ser. ¿Es el rostro de la editorial, que hoy celebramos, su dirección física?¿La casa que la acoge? La editorial Sial Pigmalión está localizada en una importante avenida de la ciudad, centro de actividades comerciales y muy transitada, en la calle Bravo Murillo, frente al Mercado de las Maravillas; en Madrid, una ciudad capital que es emblemática, central y muy importante para el mundo en muchos sentidos, pero sobre para lo que nos ocupa: Madrid es un centro muy  importante en el mundo editorial y capital de un país donde surge el idioma español, cuna de grandes literatos que nos han definido como territorios Panhispánicos: nuestra querida España.  

 Al entrar en sus oficinas en el tope del edificio, nos recibe una imagen de Pigmalión, ¿Es este el el rostro representativo de la editorial? El que le da su nombre,  Pigmalión (Rey de Chipre) que viene desde las inmortales mitologías griegas a recordarnos el poder de la creación, el que toda “Galatea” es posible. El que no se conformó, el artista, ese que creó con sus manos su ideal de belleza, arrancándole vida al mármol.  Entiendo que la editorial lleva su nombre porque lo que esta representa es la creación, cada uno de sus escritores da vida en sus páginas a nuevos mundos. Sin embargo luego pensé que los rostros que representan a la editorial son los de la familia que lo dirige y lo maneja: su presidente, Basilio Rodríguez Cañada, su esposa Raquel Delgado Blanco, que dirigen, coordinan, deciden, permiten y llevan las riendas de toda la operación, y sus hijos Alejandro, Juan Gabriel y Carolina que a pesar de su corta edad, siempre están colaborando y ayudando en todos los actos, recibiendo a los escritores etc. Sí, definitivamente estos serían también los rostros de Sial. Pero me quedé pensando en los correctores, esos que pasan un tiempo con los libros antes de soltarlos al mundo. Corrigen, diseñan portadas y hacen posible, con la magia de su experiencia, sus conocimientos y sus programas editoriales, cada libro que se publica. Sí, Veronica Villaverde y David Gonzalez Urbieta son rostros que definen a la editorial y colaboran a diario a que sea la exitosa editorial que es.  

Pero entonces pienso en los anaqueles repletos de obras. Cada una con un nombre, detrás de cada nombre un rostro. ¿No son los rostros de sus autores los rostros de la editorial? Cada uno creando su “Galatea” de papel y tinta. Rostros que se presentan en ferias de libros y que hablan en centros culturales y que llevan sus obras bajo el brazo para ofrecerlas. Y también están los rostros ya enterrados, rostros clásicos y reconocidos sobre los cuales la editorial ha publicado nuevas ediciones Jorge Isaacs con su María, Miguel de Cervantes con su Quijote y sus colecciones cervantinas y bibliotecas de estudios al respecto. También en las Investigaciones de obras de autores que se creían perdidas y que Sial Pigmalión ha rescatado para nosotros. Otro tanto son las colecciones nuevas y las guías de lectura caballeresca. ¿Qué decir de las  Candilejas de teatro, Ex-libris, Trivium, Prosa barroca, Casa de África, Literatura colombiana etc? Un mundo de “rostros” y caminos en papel.

Sin embargo me faltan rostros. Esta editorial cuenta con muchos más ojos que miran, que leen, que disfrutan que se contagian. Es el rostro de los lectores, de los que toman los libros, los compran, los sacan de las bibliotecas, los comentan. Les dan vida. Los apilan en sus mesitas de noche para dormirse entre sus letras y soñarlos. 

Hay rostros dulces, armónicos, otros son duros, graves, marcados… El de la editorial Sial Pigmalión es un rostro amable, generoso, pero también es un rostro atrevido, con picardía y con valor. Mientras otras editoriales cerraban sus puertas, Sial Pigmalión toreo la pandemia con los mejores lances con capote. Durante las diversas cuarentenas presentó su mejor rostro de resiliencia y logró no solo sobrevivir a flote, sino publicar la vasta cantidad de libros que se escribieron durante el encierro. Tiempo en que los escritores aprovecharon para plasmar todo lo que acontecia y no perder ese tiempo de aislamiento y relativa soledad. Sial Pigmalión respondió y acompañó al mundo ante tanta incertidumbre con sus libros.  

¿Con cuántos rostros nos topamos a lo largo de la vida? En las calles, en los parques, en breves encuentros. Tal vez una mirada, a lo sumo una sonrisa y desaparecen para siempre, entre miles de otros rostros. Con otros cruzamos algunas palabras, visitantes pasajeros de nuestras vidas. Otros en cambio llegan para quedarse, se vuelven indispensables. Nos aseguramos el contacto, los visitamos, los hacemos nuestros. Nos leemos en sus ojos, se vuelven amigos íntimos, o esposos,o camaradas, tal vez familia. Nos marcan para siempre, se vuelven espejos, compañia, aprendizaje, comunicación. Rostros conocidos que nos producen emociones. 

Así fue mi encuentro con Sial Pigmalión, en la Filbo, una feria de libros que exhibía miles de libros en Bogotá, Colombia. Yo misma presenté uno de los míos. Muchos apartados de diferentes editoriales. Pero yo fijé mi mirada en Sial Pigmalión, sin saber que me quedaría con ellos hasta que decidieron adoptarme. 

Lo primero que me llamó la atención fue ser recibida por sus escritores, muchos venían de España, también de Venezuela, Perú, Francia etc. Parecían divertirse entre ellos. Con orgullo me mostraron sus obras. 

Uno de ellos fue el poeta y pintor José Luis Marín Aranda y su esposa Marisa. Cuando compré su hermoso libro de poemas ilustrado, jamás imaginé que se convertirían en mis amigos para siempre. José Luis Lopez Amigo, Roberto Gil de Mares, María de los Ángeles Cantalapiedra, Gloria Nistal, Socorro Marmol Bris, Ruby Becerra, María Pilar Cavero, Bella Clara Ventura, Carlos Vásquez Zawadzky por nombrar solo algunos, son rostros que se quedaron en mi corazón. Autores de la editorial que se volvieron familia. 

Conocí al presidente de la editorial Basilio Rodríguez Cañada y a su bella esposa Raquel Delgado Lopez. Tuve la valentía de entregarle mi manuscrito y luego ocurrió como esos encuentros que te cambian la vida. 

El rostro de Sial Pigmalión me sonrió, me invitó a seguir el camino literario y cultural con ellos y a formar parte de sus caminos. Yo le sonreí de regreso y ocurrió la magia. Magia envuelta en letras y páginas, conferencias, viajes, presentaciones y mucha amistad. Magia literaria. Magia de Sial Pigmalión. 

Brindo por 25 años celebrando la cultura y promoviendo la lectura y escritura, por los que he podido compartir en este último tiempo y por muchos más por venir. ¡Salud Sial Pigmalión!