A mediados de los años 50, el conde e ingeniero José Moreno Torres, un madrileño hijo de gallegos que llegó a ser alcalde de Madrid, creó como homenaje a sus ancestros lo que se daría en llamar «el Chester de los obreros»: los cigarrillos negros «Celtas», cortos y sin filtro.
Comenzaron a despacharse en 1957, mayormente desde la Fábrica de Tabacos de La Coruña, que en 1969 llegó a fabricar 300 millones de paquetes.
Para adornar las cajetillas, un ilustrador dibujó al celta tabaquero que todos conocemos: una suerte de celta barbudo, con un casco con alas y espada en ristre.
Hoy podemos sonreírnos ante la recreación un tanto élfica de los celtas de aquel anónimo dibujante.
Pero lo cierto es que hizo lo mismo que han hecho todos los que han recuperado el mito desde el siglo XVII, cuando se volvió a escribir el término por vez primera en 2.000 años: directamente inventárselos.
El Museo Británico de Londres inaugura hoy la exposición «Celtas: arte e identidad», en cartel hasta el 13 de enero, con un precio de entrada de 22,50 EUR. Tiene la clara vocación de convertirse en su taquillazo del otoño, porque hacía cuarenta años que el British no se ocupaba ampliamente de los viejos celtas, que siguen fascinando.
Fuente:
- "Celtas en el Museo Británico: solo sé que no sé nada".
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