Revista Cocina
La también llamada “piel de naranja” es la acumulación de tejido adiposo en determinadas zonas del cuerpo como muslos y glúteos formando unos nódulos de grasa que se presentan en forma de hoyuelos en la piel. Si tenemos celulitis debemos moderar los alimentos que la favorecen. No es que los tengamos que eliminar de manera radical: eso a veces produce “ansiedad” y el efecto conseguido es el contrario al buscado. Lo razonable es moderar su consumo, intentando que sea lo más esporádico posible.1. Azúcar blanco
El azúcar "blanquilla", refinado o sacarosa no puede considerarse un alimento, porque el proceso industrial por el que se obtiene le sustrae las sales minerales y los oligoelementos naturales de la planta de origen”. Contiene “calorías vacías”, que contribuyen a la aparición de la celulitis y el sobrepeso, siendo un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2.
Lo que nuestro organismo necesita es la glucosa, la forma final de la digestión de todos los hidratos que ingerimos y fundamental para el organismo, ya que es el combustible imprescindible para que las células puedan realizar correctamente las funciones metabólicas.
Lo más conveniente es reducir el consumo de azúcar al mínimo y sustituirlo por miel, frutos secos dulces (pasas, ciruelas, dátiles), que satisfacen las necesidades de dulce.2. Sal de mesa o refinada
Este tipo de sal únicamente contiene cloruro sódico y provoca retención de líquidos, que favorece la celulitis. Mucho más saludable es elegir la sal marina o sal del Himalaya, ricas en minerales y oligoelementos, necesaria en pequeñas cantidades para nuestro organismo.3. Alimentos fritos
Los alimentos fritos tienen un alto contenido en grasas. Se recomienda tomarlos con moderación, siendo recomendable cocinar a la plancha, al vapor, al horno, etc.4.Comida “basura”
La comida basura en general (bollería, hamburguesas, patatas fritas, salsas, etc.) contiene harinas refinadas, azúcares, sal refinada y grasas trans, que son dañinas para nuestro organismo. Con estos componentes, el cuerpo no sólo no recibe nutrientes si no que lo envía directamente a las “reservas”, es decir, como acúmulos de grasa.