La celulitis no solo hay que considerarla como un problema estético, sino también como un termómetro de aquello que no funciona en el organismo.
Constituye uno de los mayores enemigos de la “carne femenina”, y se produce a causa de una alteración de los tejidos conectivos de la piel, con independencia de que quien la padece tenga o no sobrepeso, ya que bajo la perspectiva moderna, no se trata tan solo de un tema de grasa, sino también inherente a las diferentes características cutáneas.
En efecto, si observáramos un corte transversal de la epidermis de un hombre, veríamos que el colágeno y la elastina forman un sistema de soporte fuerte y resistente, con la grasa donde debe estar, o sea, debajo de la piel, es decir, que no hay celulitis. Sin embargo, en el caso de las mujeres, las fibras de colágeno y elastina se encuentran dispuestas de tal manera que la grasa es capaz de atravesar la estructura de soporte creando bultitos superficiales.
Esto explica porque casi el 96% de ellas la padecen, principalmente en los muslos, las caderas y los glúteos, con independencia de su peso.
Además, existen múltiples factores individuales que influyen en su aparición, por ejemplo la herencia, las modificaciones hormonales, y la vida sedentaria.
LOS ADIPOCITOS
Cualquiera que sea la causa, el desencadenante en la aparición de la celulitis es el adipocito, que se encuentra en las células formando el tejido adiposo.
Cada mujer posee alrededor de 35 millones, cuya función consiste en mantener el equilibrio energético del organismo y proporcionar la energía necesaria en cada momento, almacenando el resto para necesidades futuras.
Tales adipocitos son capaces de aumentar su tamaño hasta 400 veces, lo cual se traduce en una serie de problemas importantes como la compresión de las redes vasculares y linfáticas con retención de agua, degeneración de las fibras de colágeno, y aparición de la llamada “piel de naranja”.
Por todo esto, intentar eliminarla, se convierte en un esfuerzo tanto de estética como de salud, al que van encaminadas las investigaciones de los más importantes laboratorios, para obtener de manera científica una serie de tratamientos de máximo rigor y efectividad.
Y en periodos como los de la menopausia, y la pubertad es más fácil adquirir kilos superfluos.
Es por tanto el momento en el que bajo la influencia de un nuevo estado hormonal, el organismo femenino comienza a perder musculación, por lo que hay que vigilar doblemente la alimentación y practicar algún tipo de deporte o de actividad física.
Lo mejor es, desde luego, reaccionar con celeridad a fin de no permitir que ese odioso sobrepeso se instale perdurablemente, cambiando los hábitos de alimentación y extremando la prudencia. Siempre hay que buscar el equilibrio, que es lo que se traduce como bienestar-salud-belleza.
Es un factor importante, aunque no el único. Sin embargo, la aparición de la celulitis está siempre relacionada con la presencia de depósitos de grasa en la piel.
-¿Es posible prevenir la celulitis?:
Sí, y cuanto antes se haga mejor, ya que su aparición coincide habitualmente con la adolescencia, bajo la forma de retenciones exageradas de agua en los tejidos.
Posteriormente éstos se endurecen, formando nódulos, y la piel de la zona se vuelve fría.
Cuanta más obstrucción exista, mayor será la acumulación de toxinas, así que parece razonable no llegar a ese punto.
Otro factor decisivo es la tenacidad. Pero mantener un cuerpo armonioso, bien merece la pena.
