El tema del establecimiento de un sitio para enterrarse fuera de la larga mano de la iglesia católica fue siempre fui un asunto peliagudo y complejo. Cuando al final se logro allá a finales del siglo XIX en las épocas en las cuales el republicanismo , la masonería y el librepensamiento florecieron la lucha porque los Cementerios Civiles tuvieran un espacio digno, fue toda una lucha contra el abencerraje católico., que demás condenó a los librepensadores a una especie de “anticatólicos recalcitrantes.
Republicanos, liberales , francmasones entraban directamente por ideología y praxis dentro del gran saco que Pío IX en 1869 en su Syllabus y por tanto eran relegados al destierro funerario perpetuando lo ya sufrido en la vida social y comunitaria y aunque hubo una ley allá el 30 de Enero del 1932 donde se decía que los cementerios serán comunes a todos los ciudadanos. ´Esa utopía duro más bien poco. pues en Diciembre 1938 volvieron de nuevo las Tapias.
Pues bien fruto de esa intolerancia religiosa y filosófica hubo esas drásticas separaciones y segregaciones y aunque hoy ya no están presentes por el derrumbamiento de muros y verjas, el Cementerio de Mieres, por su estructura y división a lo largo de una gran muro, es donde todavía se puede observar la segregación que hubo en su día.
Distintas vistas de la portada de entrada al recinto funerario Civil de Mieres
En contraposición la vista de la Portada y el Cementerio que fue “católico”
La parte del enterramiento civil de Mieres es una estrecha franja de terreno entre dos inmenso muros, el de la derecha es el correspondiente al cerramiento exterior, y linda con el río Negro, que cantara Victor Manuel.
A una parte del muro de la izquierda están las tumbas sencillas, casi todo gente de la minería, como bien patentizan los enterramientos .
Entre la fila de sepulturas destaca la del líder minero MANIUEL LLANEZA ZAPICO, al que el cantautor Víctor Manuel dedicó una canción CARTA DE UN MINERO A MANUEL LLANEZA
Victor Guerra.