No lo voy a negar: de todas las películas animadas clásicas que Disney ha hecho en toda su historia, “Cenicienta” siempre fue con la que menos estuve relacionado. Son dos las principales razones por las que nunca conecte: primera es que es de los clásicos que no veía tan seguido (solo recuerdo haberlo visto un par de veces y listo). Y segunda, es la historia que siempre me pareció exclusiva para niñas; a otros clásicos les puedo encontrar detalles que a un niño podrían gustarles, pero no a “Cenicienta” que es historia exclusiva para niñas, al menos yo siempre lo vi así. Pese a eso, no se puede negar que es un clásico que aún permanece vigente y, por lo tanto, no había mucho entusiasmo cuando Disney anunció que volverían a realizar esta película pero en live action, siguiendo la tendencia iniciada por Tim Burton con “Alicia en el País de las Maravillas” en 2010 y que ha continuado con éxito en taquilla más no en críticas.
La realidad es que, hablando solamente de re-adaptaciones, Disney ha salido muy mal parado: las películas han resultado nefastas en cuanto a historia y personajes, no capturan la escencia del cuento original y, aunque reúnen mucha taquilla, terminan siendo repudiadas tanto por la crítica como el público general. En mi caso, he tenido una relación con las adaptaciones live action de Disney bastante complicada: no odio “Alicia en el País de las Maravillas” pero me parece simplemente terrible; “Maléfica” es quizá la menos mala, pero sigue siendo una desgracia; “Oz el Poderoso” la deteste a más no poder; así que no tenía muchas esperanzas con esta reinvención de “Cenicienta”. Pero después de ver esta película……salí igual que como entre.
Para esta versión de “Cenicienta”, el director Kenneth Branagh decide ser lo más fiel posible a la versión animada de Disney de 1950, lo que da muy poco espacio para movimientos sorpresivos o nuevos; lo que deja a esta película en ventaja en comparativa a las películas pasadas, pero también queda en desventaja en comparativa a otras entregas en general.
Uno de los principales puntos débiles con lo que se enfrenta esta reinvención es que, irónicamente, no reinventa nada: en sí, no hay algún cambio tan notorio con respecto al clásico animado de los cincuenta, salvo que está hecho en live action. Por un lado encuentro esto algo agradable, ya que no meten “actualizaciones” a los personajes que hagan que se sientan clichés (de hecho algunos si presentan mejoras); pero por otro lado, como dije, eso solo nos hace preguntarnos los motivos por los que se hizo la película, si todo esta exactamente igual que hace 65 años.
Mi otro detalle es con algunos de los personajes: las hermanastras son tan molestas como en la versión animada; por un lado, hacen que los niños se la pasen en grande con ellas, ya que no dejan de decir o hacer tonterías mientras avanza la película, pero una parte de mi piensa que aquí si debieron meter alguna actualización, o algo para evitar convertirse en caricaturas humanas. El Duque, interpretado por un desaprovechado Stellan Skarsgard (pero siendo justos, pudo ser peor como “Thor un mundo obscuro”), agrega una trama innecesaria (y olvidable); y Helena Bonham Carter cuando es solo voz off está bien, cuando está presente como la Hada Madrina me molesta, aunque no mucho.
Creo que al final el mejor punto que tiene esta película es por las actuaciones: Cate Blanchett está muy bien interpretando a Lady Tremaine, de hecho le pone mucho a su personaje; Lily James como Cenicienta y Richard Madden como el Príncipe son bastante convincentes y, al menos en mi caso, causan ternura cuando están juntos. Si hay algo que reprocharle a James es que palidece en las escenas que comparte con Blanchett, pero supongo que también tiene que ver con el desarrollo de personajes, ya que en si la Cenicienta no tiene mucho desarrollo de personaje: sigue siendo la misma de hace 65 años.
Supongo que, si la quieren ver en la pantalla grande, puedo decirles que no se van a topar con algo innovador o distinto, pero tampoco van a encontrar algo que los insulte o que se sienta inapropiado. Al final, “Cenicienta” es un cuento de hadas que gustara a los niños y que los adultos podrán ver sin ningún problema, aunque no esperen algo innovador.