Revista Cultura y Ocio

Cenizas para un blues. Fernando de Cea

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Cenizas para un blues. Fernando de Cea
    "Probando: uno, dos, tres...¿Se me oye bien? A ver, ¿esto funciona? Parece que sí. Bueno, comenzamos...  Pero ¿por dónde empezar? La situación no puede ser más extraña: aquí, yo solo, hablando conmigo mismo, frente a un micrófono, en una lúgubre habitación que está pidiendo a gritos una mano de pintura, sumergido en un hostal barato, perdido en el dédalo de callejuelas estrechas del barrio popular que me vio crecer."

     Ya me habéis leído más de una vez y de dos, comentar que la novela negra no hace falta buscarla en esos lejanos países con ciudades o islas impronunciables. Muchas veces la encontramos más cerca de lo que pensamos y prueba de ello es que en los últimos tiempos, poco a poco se van haciendo hueco grandes nombres dentro de nuestras fronteras. Hoy traigo a mi estantería virtual una de estas novelas negras que encontramos sin movernos de nuestras fronteras, se trata de Cenizas para un blues.
     Conocemos a Sam, una subinspectora de policía que dimite de su trabajo desencantada con su jefe. Gracias a Merche, periodista, consigue un trabajo como detective privada que le permitirá seguir investigando. En su nuevo trabajo, Sam es contratada para investigar un secuestro sin saber que este caso puede estar relacionado con una investigación policial en curso sobre la fuga de un preso.
     Descubrí a Fernando de Cea con su anterior libro Puentes y sombras. De hecho, el libro que hoy traigo sería la continuación, aunque el autor ha cuidado mucho que ambos puedan leerse de forma independiente sin que el lector se pierda si decide comenzar por el segundo. Aficionado al cine, deja ver esta pasión en sus letras al encontrarnos ante una novela de esas que dicen cinematográficas por la capacidad que tienen de conseguir que el lector visualice lo que se nos va relatando pese a que no abundan las descripciones.
      Esta vez la historia es mucho más negra, entra en la prisión y aborda temas como la corrupción añadiendo complejidad a los personajes de la historia. La línea entre lo bueno y lo malo se desdibuja en algunos momentos permitiendo a sus personajes pisarla y eso provoca que los sintamos más vivos al dejarnos asomarse a impulsos o sentimientos. Quizás sea el mayor cambio que he notado; la complejidad, las aristas en sus protagonistas. De entre todos ellos destacaría a Sam y a Cisco, un viejo conocido que gana protagonismo en la historia.
     Novela coral, alterna voces y acciones dejándonos pistas que recoger a lo largo de la historia consiguiendo así captar el interés del lector desde las primeras páginas. No diré que tiene un ritmo trepidante, pero si una narración ágil que no decae en ningún momento y que queda cerrada con un final que me ha parecido más que adecuado a la historia.
   
     Una historia francamente entretenida, ambientada en Sevilla, que hará disfrutar a los amantes del género.

     Y vosotros, ¿sois de los lectores que buscan nombres dentro de sus fronteras?

     Gracias
     PD. Ahí está el título, y aquí la canción. No digo más.




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