(Si pincháis en la imagen os dirigirá a la sinopsis del primer libro de la trilogía)
RESEÑA
Me va a ser difícil enfrentarme a esta reseña, lo primero porque me ha gustado mucho y tiene tantas analogías, tanta reflexión... Tiene mensajes muy directos, otros que hay que rebuscar más, pero es una trilogía muy bien conformada que a la vez que nos entretiene, nos mantiene en vilo durante horas, página tras página, capítulo tras capítulo... yo tenía una tensión que no podía más. Y lo segundo, por no hacer ningún spoiler. He decidido hacer la reseña de la trilogía en conjunto porque me parece más sencillo para no desvelaros partes importantes de la trama, y porque sobre todo, os quiero hablar de las conclusiones a las que he llegado yo después de leer esta maravilla.
La trilogía que nos ofrece Ilsa J. Bick nos sitúa en un mundo postapocalíptico donde los adultos entre 30-60 años aproximadamente han muerto, y solo han sobrevivido los niños más pequeños y los ancianos. ¿Y qué ha pasado con los adolescentes? Algunos han seguido siendo ellos mismos y otros han... cambiado, se comportan como si no tuvieran raciocinio, como zombies, pero conservando su apariencia humana. No son para nada los típicos libros de zombies, o de supervivencia tras un apocalipsis, Ilsa J. Bick va mucho más allá y pone a prueba nuestro concepto de sociedad, de qué somos los seres humanos y a dónde estaríamos dispuestos a llegar tras un desastre como este.
A pesar de ser una trilogía de fantasía, me ha parecido bastante real todo lo que propone la autora porque todo está muy bien hilado, todos los actos tienen sus consecuencias, y todos los personajes actúan de acuerdo a su carácter, a su forma de pensar. No hay guión para vivir tras el día en que comenzó el "fin del mundo", los personajes a los que acompañamos actúan según lo que creen mejor (algunos), otros simplemente quieren sobrevivir, no importa qué hagan para ellos, y otros... se aprovechan de las circunstancias de la nueva sociedad para llevar a cabo cosas que en la sociedad que conocemos hoy en día se tacharían de aberraciones.
La protagonista es Alex, y es uno de los personajes más fuertes que me he encontrado en este tipo de literatura. No hay que olvidar que es una adolescente, por lo tanto hormonas, chicos, deseos... Eso sí, a la hora de sobrevivir llega al límite de sus fuerzas, siempre hacia delante, siempre más y mejor, siempre buscando cómo escapar del peligro. Es tenaz, capaz y una luchadora. Otro personaje que me ha encantado en cuanto a coherencia y construcción es Ellie, la niña que Alex conoce justo antes de que ocurra lo que ocurre cuando se "acaba" el mundo. Ellie sufre una evolución muy notoria a lo largo de toda la trilogía, pero la autora no se olvida de que es una niña, y como tal, tiene los miedos e inseguridades de una niña de 8 años. Puede hacerse más fuerte e intentar superar las adversidades, y aquí se ve la maduración del personaje, pero en su fuero interno la niña tiene miedo de todo lo que está pasando, y está muy triste porque sabe que no volverá a ver a nadie que hubiera conocido. En general todos los personajes, todos, están muy bien construidos, y se ve el trabajo que ha tenido detrás la novela para que todo cuadre y encaje, ya que una de las subtramas es la relación que se establece entre los personajes y que se resuelve en la última parte del tercer libro.
"La verdad del corazón es la que da más miedo soportar, porque del amor surge el dolor." - Monstruos
Y ahora vamos con lo potente de los libros: esas reflexiones, esos datos que deja la autora para que pensemos dónde podemos llegar como seres humanos. Al comienzo de la séptima temporada de The walkind dead leí muchas opiniones que decían que esta vez se habían pasado, que el personaje de Negan se ensañaba demasiado y que la función de las últimas temporadas de esta serie era enseñar el sadismo y la violencia que podemos tener seres humanos entre nosotros, y no combatir contra los zombies,que era la esencia inicial de esta serie. ¿Por qué os cuento todo esto? Porque en este libro lo más contundente, la reflexión más profunda que yo he podido sacar, es que los seres humanos estamos en este mundo para destruirnos. ¿Solidaridad ante las catástrofes? Solo para quedar bien si hay medios de comunicación por delante. Si hubiera realmente un apocalipsis y la sociedad que conocemos se viera comprometida, a la raza humana le quedarían dos días contados. Entre los que se murieran por la catástrofe y los que fueran cayendo de mano de otros seres humanos que quedaran vivos, nos iríamos a la porra en menos que se dice pío. Semanas después de que el mundo como lo conocemos desaparezca, en la trilogía vemos cómo se van formando grupos, en principio organizados, que intentan regir por el bien común. Poco a poco vamos desentramando todo lo que hay detrás de estas nuevas sociedades, detrás de quienes organizan y lideran estos grupos, y vemos que aunque el mundo se haya acabado, el ser humano es interesado por naturaleza: todo lo que hace tiene una razón oculta detrás. Si hubiera un apocalipsis, ¿conseguiríamos sobrevivir? Yo pienso que durante unas semanas, quizá unos meses, formaríamos grupos para poder salir adelante, pero una vez controlada la amenaza que acechara (cambio climático, zombies, lo que sea), volveríamos a las andadas.
"¿Cuánto tiempo puede durar realmente el horror antes de que termines anestesiado?" -Sombras
Y luego, he sido incapaz de no establecer analogías con las atrocidades de nuestra historia. Finn, un personaje que aparece en el segundo libro (y que es espeluznante) es un calco del Doctor Muerte, del Doctor Mengele, de aquel desalmado que experimentaba con los prisioneros de los campos de concentración, con bebés, con gemelos, con PERSONAS. Finn está desarrollando lo que él llama "investigación", y para llevarla a cabo hace verdaderas aberraciones. Estas partes del libro me han conseguido poner los pelos de punta, porque son cosas que perfectamente pueden pasar, porque ya pasaron y, estoy segura de ello, porque podrían pasar en un futuro. Porque no somos capaces de aprender. Caemos con la misma piedra una y otra, y otra, y otra vez.
Segunda conclusión: el ser humano es un animal. Social. Es un animal social. Necesitamos de otras personas a nuestro alrededor para sentirnos seguros, para ¿ayudarnos?, para salir adelante como raza. Entonces, si esto es así, ¿por qué nos empeñamos en destrozarnos? ¿Por qué nos empeñamos en, una vez neutralizada una amenaza, centrarnos en destruirnos nosotros mismos? Como veis, es una trilogía que da para darle mucho al coco. No es una simple trilogía postapocalíptica para entretener y mantenerte en tensión hasta que la acabas. Además, la prosa de Ilsa J. Bick te invita a entrar en los libros, a vivir con sus personajes, a sufrir con ellos, a querer decirles "¡por ahí no!, ¡date la vuelta!". Esto es algo realmente bueno en un escritor, que consiga envolverte tanto que te olvides del mundo exterior (me he pasado de paradas, en plural, de tren mientras leía el segundo libro; dos días seguidos).
"Nombrar es reconocer. Es conseguir acceso y control. Las cosas dan mucho más miedo en la oscuridad, donde no tienen forma, que a plena luz del día." - Monstruos
Valoro muchísimo que un libro despierte en mí todos estos mecanismos. El querer saber más, querer interceder con los personajes. Que me haga PENSAR y reflexionar, que me abra los ojos, que me recuerde todo lo malo que hemos hecho, todo lo malo de la historia del ser humano. La literatura está para entretener, sí, pero lo fundamental es que alimente nuestro cerebro, nuestras ansias de buscar, de saber, de pensar. Días después de leer estos libros sigo dándoles muchas vueltas, sigo sacando conclusiones, sigo acordándome de partes que me hicieron sufrir especialmente.
Y algo que también tiene este libro es una descripción de escenas muy detallada. Ilsa J. Bick es muy meticulosa sobre todo en las escenas más escabrosas, y es algo que me ha fascinado, encantado y que he disfrutado mucho. Puede sonar muy gore, pero es que las escenas viscerales despiertan en mí una fascinación muy particular. Y cuanto más detallada y visual, mejor.
Y para acabar quería recalcar una cosa que me ha gustado muchísimo, sobre todo de la última mitad del segundo libro y la primera del tercero. Ilsa encadena capítulos centrados en Alex, Tom y Ellie, creándonos una sensación de espiral continua, de vorágine, de que se acabe el capítulo y gritar ¡NO, NO ME DEJES ASÍ!, pero empezar el siguiente con unas ansias de volver a saber algo del personaje anterior... En fin, unas horas de lectura que me estaban dejando sin aliento, literalmente.
"Una vez que habías traicionado a un amigo, era como si una parte de tu alma cruzara ese punto invisible de no retorno." - Monstruos
Esta trilogía va a ser muy especial para mí por dos razones: es la primera trilogía en mucho tiempo con la que me han dado ganas de continuar tras soltar el primer libro. Cuando acabé el primer libro se me acabó la batería del kindle y me quería morir, porque necesitaba continuar, NECESITABA saber qué iba a pasar, así que le robé el cargador a un compañero del trabajo y lo cargué y no dejé de pensar en ese final hasta que pude continuar. Y con el final del segundo me pasó exactamente lo mismo. Y de hecho se acabó el tercero y QUERÍA MÁS. Quería saber más de Alex, de Tom, de Ellie y de Peter y Simon, y buf... asombroso. Y la segunda razón es que me ha devuelto las ganas de desgranar un libro, de sacarle las tripas, de analizarlo, de sacar conclusiones, de reflexionar y de plasmároslo a vosotros aquí en la reseña. Hace unas semanas que venía pensando que mis reseñas eran aburridas: narrador, personajes, ambientación, ritmo y fin. Y con esta reseña he vuelto a sentir esas ganas de contaros los vuelcos de corazón que había tenido leyendo, las relaciones que había establecido entre el libro y situaciones reales, comparaciones, conclusiones... en fin, lo que había SENTIDO con el libro. Y desde aquí le doy infinitas gracias a la autora, gracias, gracias, Ilsa J. Bick. Todavía no ha acabado el año, pero siento que finalizo con muy buen sabor de boca gracias a esta lectura.
No voy a pedir perdón por una reseña tan larga, porque siento que no he dejado nada en el tintero, porque he volcado todos mis sentimientos aquí, y porque espero y deseo que sirva para que queráis leer esta magnífica trilogía.