Revista Comunicación

Censura en ARCO

Publicado el 22 febrero 2018 por Felipe @azulmanchego

Censura en ARCO

Foto: cadenaser.com

LO HEMOS DICHO en alguna otra ocasión, y volveremos a repetirlo. Todas las veces que haga falta. La libertad de expresión tiene sus riesgos, pero siempre será mejor cualquier exceso en este sentido que las cortapisas, cuando no la censura o el castigo, por ejercer un derecho tan básico. Tan necesario como el aire que respiramos.

No se trata de estar de acuerdo con cualquier exabrupto o defender manifestaciones artísticas de dudosa calidad o gusto. No es eso. Se trata, lisa y llanamente, de que cualquiera pueda expresarse como mejor crea conveniente. Sin atentar, obvio es decirlo, contra los límites legales establecidos. Viene todo esto a colación, claro, de la pintoresca y extemporánea decisión de Ifema, a la que se opone el Gobierno municipal de Carmena, de retirar de Arco la obra de Santiago Sierra(Madrid, 1966) "Presos políticos en la España Contemporánea". Opina el artista que el propósito de su obra objeto de polémica, incluidas 24 imágenes pixeladas de "reconocidos encarcelados" como Oriol Junqueraso jóvenes encarcelados en Alsasua (Navarra) por agredir a dos guardias civiles, es la "evidencia de la existencia de presos políticos en la España contemporánea".Y añade Sierra, uno de los artistas más polémicos desde sus inicios, que con tan controvertida obra “quería mostrar las condiciones de persecución ideológica que vivimos los trabajadores de la cultura en este país. El retroceso será mayor si nosotros mismos no planteamos estos temas”.Muchos no estarán de acuerdo con esas afirmaciones pero, como bien dice el propio autor, “reflexionar no debería dar miedo”. A partir de ahí, cualquier acto de censura, se nos antoja vergonzoso e intolerable.Pero hay algo más y es la inutilidad de una actuación así. Si los directivos de la institución Ferial madrileña pretendían tapar con un velo la obra, lo que han conseguido es justamente lo contrario: encumbrar un trabajo que, muy posiblemente, hubiera pasado inadvertida de otra manera. 

En la Junta extraordinaria de Ifema convocada ayer a petición del Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad votó a favor de retirar la obra. El 93% del capital está dividido a partes iguales entre el Consistorio, la Comunidad de Madrid y la Cámara de Comercio, mientras que la Fundación Montemadrid posee el 7 % restante. 

Definitivamente, la decisión de Ifema nos dejó un día negro para la libertad de expresión, además de suponer un retroceso para la democracia. El arte necesita respirar el aire de la libertad. 

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