Este post ha surgido por una simple insistencia de Quique (ya sabéis, el pequeño de una de nosotras) en que le mida... Sí, si,..., mamás, peluqueras, costureras, diseñadoras, abogadas, administrativas, licenciadas en Historia del Arte... ¡y ahora también medidoras! (Ojo, estamos hablando de ambas, algunas habilidades y conocimientos son de una, otro/as de la otra, jeje y a veces, conjuntos). El caso es que el muchachito en cuestión es menudito, delgado y esbelto en su pequeñez. Sus compañeros de clase le sacan media cabeza algunos, cabeza entera otros. No nos preocupa..., cada cual tiene su ritmo de crecimiento. De hecho, la progenitora del chaval era la más bajita de su clase hasta que, tras un verano "milagroso", sus amigas alucinaron al ver que la interfecta volvía al "cole" con dos cuartas más de altura. Así que ahí tienen a esa madre buscando el metro, poniendo al chiquillo descalzo y pegado a la pared, y con un libro en la cabeza para señalar cuánto ha crecido (poco, dicho sea de paso). Y como ya sabéis que nosotras le buscamos el fondo decorativo a todo objeto de uso cotidiano..., pues ahí van metros y más metros.
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Y vosotr@s, ¿medís o no medís? Y ya que estamos... (sacamos nuestro lado cotilla), ¿cuánto medís?