Este centro de ocio y deporte, obra del estudio Koz, ofrece una fuerte contraste con la realidad urbanística de Saint-Cloud, grisácea y discreta. Un tranquilo y acomodado barrio de la periferia parisina donde se incorpora un proyecto audaz, fresco y colorido, que renueva la imagen de la pequeña urbe.
Este edificio de uso público se sitúa en una parcela relativamente limitada para su función, pero hábilmente adecuada y rentabilizada por los arquitectos con una inteligente distribución. Por su funcionalidad, el proyecto alberga tanto una sala deportiva, como instalaciones para actividades extraescolares de los más pequeños. Para identificar las actividades se utilizan diferentes colores en la fachada e interior.
La sala deportiva se localiza en planta baja, donde el fondo gris contrasta con las paredes y señaléticas en rojo, rosa y naranja. La iluminación eléctrica se ve completada con la luz diurna que entra por la fachada y por un techo que puede abrirse para ganar mayor presencia solar.
Exteriormente, la edificación se asemeja a un castillo, una fachada cúbica con una cubierta de paneles con acabados que van del verde al rojo y del azul al amarillo. El estudio Koz describe el edificio como la superposición de espacios de forma vertical, envuelta en hormigón para dar un carácter homogéneo.
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