Centro Kalkidan. Cena benéfica con velada musical

El pasado viernes 21 de marzo asistí a una cena benéfica organizada por la Asociación de Ayuda a la Infancia en el Mundo con el fin de recaudar fondos para la reconstrucción del centro Kalkidan, en la región de Oromia, Etiopia.

El centro Kalkidan opera como centro de día y escuela para un grupo de treinta niños y niñas que reciben educación, material escolar, alimentación, ropa y asistencia sanitaria. Este recurso fue construido en 2007 gracias a los fondos que se recaudaron en un concierto ofrecido por el grupo musical Ars Tunae en el Teatre del Liceu de Barcelona.

Ahora había llegado el momento de hacer unas obras de reconstrucción y mantenimiento en la escuela y se optó por organizar una cena con velada musical. La cena tuvo lugar en el restaurante del colegio oficial de médicos de Barcelona. Sí, yo tampoco sabía que el Colegio de Médicos tenía un restaurante, y me quedé sorprendida porque se trata de un espacio realmente amplio, además de muy agradable, en tres niveles.

En la planta baja se habilitó, justo al lado de la puerta, la zona de acreditaciones. Y enfrente, una zona de venta de productos artesanales etíopes: estatuas, fulares, brazaletes (me compré uno rojo chulísimo), y muchas cosas más. Todo era precioso, y daban ganas de llevárselo todo, la verdad, porque había productos realmente bonitos. A la cena asistimos 206 comensales.

El menú de la cena, servido por la Companyia Catalana de Catering, que también colaboró en la organización del evento fue el siguiente:

Mini bol de sopa de galets
Mini blinis con foie y mermelada de higos
Brocheta de salmón y queso fresco
Chips de Yuca
Ensalada tibia con crujiente de espinadas
Coca de pan de cristas con tomate
Virutas de jamón
Mini canelón de la casa
Croquetas de cocido
Vino blanco donado por Bodegas Castell del Remei

Roast beef con puré de manzanas
Vino tinto donado por Bodagas Roig Paral

Surtido de rolls dulces con helado.

 Durante la cena se realizó el sorteo de diecinueve lotes de productos y servicios de establecimientos y profesionales que colaboraron con el acto entre los que puedo comentarte que se sortearon dos billetes de avión a París para dos personas, un jamón, una cafetera etíope, café de Etiopía, una clase de Pilates, 4 cajas de dos botellas de Castell del Remei, un cesto de jabones artesanos o dos cajas de vinos del Club de Vinos La Vanguardia. Además de los diecinueve lotes que se sortearon, también se subastó una camiseta del F.C. Barcelona firmada por varios jugadores, porque la que se pagó la cantidad de 300 euros.

Lo más gracioso del sorteo es que muchos de los premios cayeron en la misma mesa, y al final la gente ya coreaba el famoso “¡tongo, tongo!” cada vez que alguien de la mesa lanzaba un grito porque había ganado uno de los premios. Sobra decir que lo de tongo, tongo se decía en broma; porque la verdad es que durante toda la cena imperó un ambiente de lo más agradable.

Después de la cena, de los sorteos, de la subasta de la camiseta, que me perdí por una aventurilla que sufrí con el parking y mi coche -si eres parte de Negra Flor Premium, ya sabes de qué te hablo- empezó la velada musical a cargo de Ars  Tunae.

La verdad es que nunca había oído hablar de Ars Tunae, y descubrirlos fue una muy grata sorpresa. Se trata de un grupo musical de 38 miembros. Sí, he dicho treinta y ocho con lo que, para mí, adquieren la categoría de pequeña orquesta. Como ellos mismos dicen, hacen música para la esperanza. Y verlos tocar y cantar en directo fue genial. Te digo, desde ahora, que lo que puedas ver en el vídeo (que lo he visto mientras lo editaba) no les hace justicia para nada en absoluto. Porque tocan y cantan de una manera que emociona.

A la cena para el centro Kalkidan no asistió todo el grupo de Ars Tunae, sino una representación. ¡Pero qué representación, oiga! Además tocaron temas bastante populares, e incluso animaron al público a corear las canciones y dar palmas mientras ellos cantaban. Fue realmente divertido. Si todavía no has visto el vídeo te recomiendo que lo veas y disfrutes de los fragmentos de las canciones que he seleccionado.

La velada terminó hacia las 01:30 de la noche, y fue un evento de lo más divertido. La cantidad final recaudada fue de 5,400 euros. El precio del menú era de 30 euros de los cuales 10 euros se destinaban a la reconstrucción del centro Kalkidan; además de lo que se recaudó con el importe de la cena, se recaudó otra parte con la venta de los boletos para los sorteos, la venta de los productos artesanales y con la subasta de la camiseta. No sé si además se recibieron donaciones; pero lo mejor de todo es que se consiguió el presupuesto de la restauración. Yo estoy encantada de haber podido participar tanto con mi donación como de la velada, porque -insisto- fue un rato realmente agradable. Compartí mesa con Divaika Kiemba, el presidente del Centre Euro Àfrica, y con ocho personas más a las que no conocíamos, pero con las que estuvimos charlando toda la noche, como si nos conociéramos de toda la vida, y me parecieron todos encantadores. En especial, quiero mencionar a Gemma, por haberme descubierto el aceite de baobab -que me lo voy a comprar ya de ya, y te contaré qué tal me va-.

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