Revista Cultura y Ocio

Cerdos y gallinas. Carlos Quilez

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Cerdos y gallinas. Carlos Quilez
     "Miguel era confidente de Pumba. Miguel y Pumba eran informadores de la periodista Patricia Bucana desde hacía años. Nunca hasta el momento le habían fallado."
     Supongo que hoy pensaréis que voy a empezar contando que, cuando vi el título del libro, recordé la famosa película... y sí, es así. No se si ese era su objetivo pero la identificación fue inmediata, aunque luego el libro no tenga nada que ver; claro que siempre digo que cualquier motivo es bueno para acercarnos a una lectura. Y este fue el mío. Hoy traigo a mi estantería virtual, Cerdos y gallinas.
     Conocemos a Patricia Bucana, periodista en un diario de amplia tirada de Cataluña. Su trabajo consiste en dar la mejor información y destapar las noticias de actualidad, y lo hace ayudada por informadores que la llevarán a tener que cuidar tanto lo que habla como aquello que calla. Cuando un periodista llega a tocar determinados temas, también tiene que empezar a mirar a sus espaldas.
     Cuando abrí el libro, ya en sus primeras páginas, me di cuenta que no era una lectura común. Me encontré con un lenguaje directo que no buscaba embellecer, sino dar efecto a sus palabras. Cercano al denominado realismo sucio el autor nos cuenta los hechos de forma descarnada, metiéndose en la piel de la protagonista y utilizando un cuidado vocabulario acorde con los temas que nos presenta, nos introduce en un mundo corrupto. Estamos en las calles de ciudades españolas que bien podrían pertenecer a una obra de acción estadounidense con atracos a furgones, redadas, corrupciones y agresiones en prisión. Todo tiene cabida en este libro que no busca la simpatía del lector por sus personajes.
     Poco a poco nos va cerrando un círculo en el que se mezclan las distintas fuerzas de seguridad, las bandas organizadas, la prensa y el poder judicial dando a cada uno su lugar y trazando las finas líneas de unión entre ellos. No siempre lícitas ni legales y, por supuesto, no siempre bonitas. Sin embargo, poco a poco vamos interesándonos por ellos, la fuerza de la periodista de el Informador nos va ganando, la fortaleza que tiene que sacar ante los reveses propios de los mas bajos ambientes que existen en cualquier ciudad grande hace que sigamos con intereses sus pasos en este feo mundo. La acompañan sus confidentes de uno y otro lado que siembran las dudas unos de otros, y somos nosotros los que vamos perfilando, disipando dudas sobre quienes son los "buenos" de la historia. Nos acerca al trabajo de campo, la investigación y los intereses ocultos sin filigranas. Con un lenguaje cinematográfico en apenas unas líneas nos vemos en encuentros en bares de mala muerte, asistimos a operaciones policiales escondidos desde contenedores y tenemos reuniones clandestinas que no hacen ora cosa que despertar el interés del lector por el trabajo de la protagonista. Esta vez no trata de periodistas que investigan en microfilmes grandes secretos que los pueden hacer famosos, sino de aquellos que están en la calle para vivir las noticias que nos están contando en sus crónicas. Una novela que me ha sorprendido mucho, ruda, visceral y muy, muy real, apoyándose en un argot feo que hace resaltar el lugar del que proviene. Aunque se trate de ficción.
     Evidentemente no toda la novela de acción trata de asesinatos, hay robos, hay drogas y hay mil tipos de delitos que están en las calles y que suelen pasar desapercibidos en la literatura actual. Y, sobre todo, hay corrupción. Hoy propongo una lectura que toca justo ese tipo de temas. Casi como aquellas viejas series que comenzaban cuando el capitán de policía decía esa frase de... "Tengan cuidado ahí fuera". Me encantaba esa serie, ¿la recordáis?, si no es así seguro que se os ocurre algún ejemplo en la misma línea. Decidme, soy toda ojos.
     Gracias
PD. Esta es una de las novelas incluidas en el sorteo del pack novela negra. Si no os habéis apuntado aún, no tenéis más que pinchar aquí.

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