Cerezal se presentaba en Mieres el domingo 23 de noviembre a las 20:00 horas con su nuevo CD bajo el brazo, grabado en los Estudios Tutu de Corvera en los meses de septiembre y octubre de este año (con la producción de Gonzalo Pumares y Ruboh), apenas once meses después de la aparición del EP que perfilaba un camino que da precisamente título a este trabajo excelente: "Camín". Toda una maravilla de sonido y diseño, aunque de lectura difícil por la combinación de grafías y colores, puede que buscado para forzarnos a leer a fondo cada letra.
Además del quinteto habitual y "cerecero" formado por Andrea Álvarez (voz), Juan Yagüe (guitarras, bouzouki, mandolina), Gonzalo Pumares (violín y coros), Juanjo Díaz (batería, vibráfono, percusiones) y David Mori (flauta, whistle y gaita asturiana) participaron desde el comienzo Juan Carlos Vega "Cabín", bajo eléctrico y Marco Antonio Guardado, vibráfono y percusiones.
Poeta de referencia del grupo, el candasín Xurde Fernández, recitó mientra sonaba La to solombra. El pintor Miguel González Díaz fue otra auténtica sorpresa, ver cómo a partir del lienzo en blanco iba creando un árbol ¿una cerezal? que crecía a medida que iban sonando los temas siempre por detrás (en las fotos se puede apreciar la evolución del cuadro), con reminiscencias japonesas y auténtico magisterio plástico, al igual que sus ilustraciones en el CD.
Para el fin de fiesta se sumaron Nel Suárez, guitarra, Juan Duarte, voz, Ruboh, rapeo más Rubén Alba a la gaita. Todos están en el "Camín", el CD, salvo Víctor Manuel cuya agenda en plena presentación de sus "50 años no es nada" le impidió cantar San Xuan, aunque siempre nos quedará la grabación, pero Andrea siente este tema como nadie y en femenino singular.
Realmente la presentación fue única, irrepetible y cercana. El lleno en la Casa de Cultura fue de los que hacen historia, con público de todas las edades aunque mayoritariamente joven y auténticos fans de Cerezal. El directo de este quinteto es siempre seguro, independientemente de la mayor o peor calidad del equipo de sonido o del técnico de turno, aunque en Mieres tuvieron el suyo, con un repertorio propio muy trabajado (en Moreda pude comprobarlo y disfrutar de ellos), alternancia de tiempos, sabia inspiración o referencias a temas tradicionales pasados por su estilo fresco donde la voz de Andrea marca sello único con la base instrumental de un cuarteto perfectamente acoplado y empastado.
Comenzaron cantando "por abril" y después el tema Cereces, versión del popular "No quiero que me cortexes", y temas especiales como Pela to parte o el citado San Xuan así como Les foles que en el disco lleva base programada y en directo usaron palo de agua. No faltó tampoco Camín que da título al disco y resulta el cuaderno musical de bitácora. Tocarían el cielo (con Islla nel cielu) y el tema Colos güeyos cerraos de Xurde desde esa pincelada exquisita del vibráfono. Sólo Romaní como tema instrumental para un breve descanso en la voz de una Andrea pletórica, y llegarían después La truena, danza que entronca con la popular "Con qué lavas la cara" que recrean como sólo ellos saben, estallido final con una Añada para despertar, porque el elemento sorpresa y el giro que puede tomar un tema es siempre ramal del camino principal.
Cierto que en Mieres había invitados de lujo como el bajista Cabín y el vibráfono más percusiones de Marco Antonio completando un vivo especial a siete. Pero el cuarteto en solitario es capaz de cubrir este espectro instrumental con unas percusiones como las de Juanjo o la potente guitarra de Yagüe punteando con dulzura o reforzando graves haciendo olvidar los eléctricos. David alterna vientos con plena naturalidad y adaptados a cada tema, con una gaita capaz de tratarla como flauta cantable sin roncón, para rematar las cuatro patas Gonzalo, violín imposible capaz de "pizzicatos guitarrísticos" o fraseos de "arco cantábrico", además de ser la cara visible en las presentaciones.
Tener invitados nos permitió duplicar percusiones, tener a Juanjo en el primer tema con el vibráfono, volver al poco con la batería y retomar el cajón que en solitario es capaz de olvidar membranas, sólo algún "bodhran" que otro... y ver a Yagüe otra vez con la mandolina cuando Nel Suárez tomó la guitarra en el bis final.
Una auténtica banda con amigos, invitados para ese llover de Nueche que completaron un directo irrepetible.
El "Camín" será difícil pero bien asentado, pasos precisos aunque el destino final no lo conocemos, pero parafraseando a Machado "se hace camino al tocar".
El disco sigue sonando en mi cadena y llevo copia conmigo, aunque ellos se encargarán de publicitarlo. Felicidades "cerezales".
FOTO: © Fernando GeijoNoticia en el periódico La Nueva España, edición Cuencas, del lunes 24: