Revista Tendencias
Es ver un almendro o un cerezo y me vuelvo como loca !! Más aun si tengo una cámara fotográfica en la mano. No puedo parar. Ni de mirar ni de fotografiar. No sé si es la propia belleza de sus flores, o las sensaciones que despiertan en mí al ser un auténtico deleite para mis sentidos, o la señal de que la primavera ya está aquí lo que hace que me sienta tan fascinada por ellos. Puede que sean las tres cosas juntas y seguro que es lo más probable. Siempre pienso que, cualquiera de los dos, son mi planta, mi árbol, mi flor preferida. Sí, sin duda !! Luego miro rosas y pienso lo mismo, y con los cactus me pasa igual, veo el morado de los lirios, el rojo de las poinsettias, el blanco de las calas... y cualquiera de ellas se convierte, aunque sea por un momento, en mi flor favorita.
De la flor del cerezo, y de la temprana flor del almendro, están ahora mismo llenas las galerías fotográficas de muchos blogs como el mío o las de algunas de las redes sociales y se pueden encontrar cientos y cientos de espectaculares fotografías de estas flores tan vistosas. La Sakura, la flor del cerezo como la llaman en Japón, está asociada a distintas simbologías, según las culturas, entre las cuales destacan las relacionadas con su impresionante belleza y con su carácter efímero, ya que dura apenas 15 días. Es por esto por lo que este país se lleva a cabo en estas fechas, entre finales de marzo y principios de abril, el festival Hanami, celebración donde amigos y familiares, se reúnen para reflexionar sobre la naturaleza efímera de la vida y la mortalidad, debido a la corta vida de estas flores. En España también se han desarrollado desde antiguo multitud de festivales en torno a estas plantas aunque más relacionados con las tradiciones populares de cultivo y recogida de la cereza. El Valle de Caderechas, en Burgos, la comarca de Hoya de Huesca, Alfarnate en Málaga, la Sierra de Calderona en Valencia o el incomparable Valle del Jerte al norte de la provincia de Cáceres son algunos de los más bellos paisajes o enclaves más conocidos donde se pueden contemplar la floración de los cerezos en todo su esplendor.
Las fotografías que os traigo hoy bien podrían pertenecer a cualquiera de ellos sin embargo están tomadas en un lugar cercano, cercano a mi corazón. Pertenecen a la floración de los cerezos del Valle del Tiétar y fueron hechas hace unos días durante una tarde, casi noche, de mis vacaciones de Semana Santa. Me atrevo a decir que son cerezos aunque es posible que esté equivocada pues existe una gran variedad de árboles "prunus", cada uno con su flor específica difíciles de distinguir entre ellas, y también mucha variedad de cerezos entre mediterráneos, asiáticos, dulces o ácidos (si alguien puede corregirme que lo haga, a saber que es lo que plantaron ahí !!).
No hay tantos cerezos en este valle como en el Valle del Jerte, donde un millón y medio de cerezos cubren las laderas del valle como con un manto blanco proporcionando un espectáculo visual sin igual en España. En esta falda sur de Gredos, en la zona que comprende los bonitos pueblos de montaña de El Hornillo, El Arenal y Guisando existen alrededor de 10.000 pero son suficientes como para que algunos ya la hayan denominado "el pequeño Jerte de Ávila". A pesar de la gran cantidad de cerezos que encontré y fotografié en estos días, algunos más avanzados que otros, todas las fotografías pertenecen a cerezos de la Ruta Majada de las Cabras - Senda de las Escarilluelas, una ruta muy cortita, de apenas un par de kilómetros, muy fácil, que sigue el curso del río Cantos en El Hornillo y que pertenece a la etapa quinta del Proyecto de Turismo Activo "A vueltas con Gredos" (GR-293). En esta zona, algo más alta y menos cálida que el Valle del Jerte, la floración es algo más tardía a pesar que en general en ambas este año la floración fue rápida debido al buen tiempo y a las altas temperaturas, por eso algunas de las flores estaban aun sin abrir, lo que no les restaba ni un ápice de belleza.
Coincidiendo con el sábado de la Semana Santa y con muchas personas de vacaciones en la zona, tuvo lugar la quinta edición de la Ruta de los Cerezos en Flor organizada por el Ayuntamiento de El Hornillo y las asociaciones culturales de la localidad. Unas 250 personas se reunieron sobre las diez de la mañana en la plaza del pueblo para iniciar un magnífico itinerario por los alrededores y disfrutar de esta increíble fiesta. Chocolate con churros en la Plaza Mayor para empezar, una ruta de 2-3 horas y dificultad media-baja para contemplar los cerezos, y migas y torreznos para finalizar. Un agradable paseo que hizo las delicias de los amantes de la fotografía, pues es una zona de incuestionable belleza, y de todos aquellos amantes de la naturaleza y del turismo activo quienes encontraron en este recorrido a través de caminos y senderos una gran variedad de cerezos, chopos, pinos, higueras, castaños... rumor de aguas, frescor de ríos, cascadas y chorreras... además del gratificante olor de la primavera.
Este maravilloso espectáculo de la floración de los cerezos, por la gran atracción que ofrecen sus blancas flores que atraen a numerosos visitantes llegados de todas partes, se ha convertido en un importante reclamo turístico para el valle y son los ayuntamientos de la zona y la Diputación de Avila quienes están trabajando intensamente en la creación y promoción de la marca Cerezos en Flor Valle del Tiétar. Con este motivo recientemente, hacia finales de marzo, nada más estrenarse la primavera, se reunieron alcaldes, empresarios y representantes políticos para potenciar este recurso turístico de la Sierra de Gredos con la presentación de las Rutas del Cerezo como parte del festival del valle en flor y para impulsar en esta zona abulense el turismo de los sentidos.
Todas las fotografías firmadas pertenecen a Planeta Cereza.
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