Revista Viajes
"Todos los sábados las brujas de Cantabria tras chillar ¡Uuuyyyy! en las cenizas del hogar y al grito de ¡Sin Dios y sin Santa María, por la chimenea arriba! parten volando en escobas o transformadas en cárabos rumbo a Cernégula donde celebran sus reuniones brujeriles alrededor de un espino para luego del bailoteo, chapuzarse en una charca de agua helada".
Así comienza la leyenda de este pequeño pueblo en el frío y deshabitado páramo de Masa donde no sólo se juntaban las brujas de Burgos sino también las cántabras tras reunirse en una cueva cerca de Suances en Cantabria. Los pocos habitantes de Cernégula lejos de querer olvidar estas sorprendentes historias ponen como veletas y adornos sobre sus casas las siluetas de brujas montadas en escobas y el único negocio abierto durante todo el año es una gasolinera con el nombre de “Las brujas.”