“ ¿Esa fiebre por comprar dólares que parecía no calmarse se debió a la gente común (asalariados, amas de casa, jubilados entre otros) que acudía masivamente a las casas de cambio a reemplazar sus australes sin valor por dólares fuertes? Desmitificando esta idea instalada desde siempre: el mercado cambiario -antes, ahora- no eleva su temperatura por personas que forman largas filas para comprar 200, 300, 500 o más dólares (el comúnmente llamado “chiquitaje”) sino por grandes empresas, grupos, holdings, que en una mañana son capaces de adquirir decenas de millones de dólares.
Claro que atrás, lejos, cuando la suerte de la devaluación está echada, las familias intentarán preservar sus ahorros dolarizándolos. Los argentinos, acostumbrados desde varios años atrás a la inflación alta, experimentaban por primera vez la hiperinflación. Este fenómeno se da cuando hay un proceso acelerado de aumento del nivel general de precios, en que los agentes económicos (consumidores, empresarios entre otros) pierden noción del valor real de las mercancías porque éste se eleva en tal magnitud y con tanta rapidez que no permite determinar una relación de equivalencia cierta con la moneda. Juan Carlos Pugliese, histórico dirigente de la UCR, ex Ministro de Economía durante la presidencia de Arturo U. Illia y Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación desde 1983 fue convocado para ocupar el Ministerio de Economía justo en el momento de mayor efervescencia. Nada pudo hacer porque evidentemente la situación era incontrolable. En esos días -durante una rueda de prensa- cuando se le preguntó por la escalada del dólar pese a su exhortación a quienes mantenían en estado de ebullición el mercado cambiario, para que reduzcan los niveles de compra, pronunció una frase que quedó grabada para los tiempos no sólo por la simpleza de sus términos sino también por lo sincera y directa que fue: “les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo”.* Otra época, otros personajes, igual país, igual confusión económica, el ’89 como el 2014 como un retrato recién hecho por Discépolo al cual titularía: El mundo fue y será una porquería y esto que nos pasa un elocuente ejemplo. Pero muchachos, yo como la PresidenTe me voy pa, La Habana donde el ritmo del caribe nos hará olvidar del dólar, la inflación, los precios en alza y toda esta cosa que solo es producto de la imaginación de aquellos que critican todo. Hasta las estampillas conmemorativas de la década ganada. Por favor¡¡¡¡El video es propiedad de Alquimia la Sonora del XXI *fuente:Marcelo A. Krikorian
La hiperinflación de 1989/90. Aportes y reflexiones sobre un episodio que marcó la historia argentina (UNLP)